Dimite Mike Dubke, director de comunicaci¨®n de Trump

El director de comunicaci¨®n de la Casa Blanca, Mike Dubke, dejar¨¢ su puesto en los pr¨®ximos d¨ªas. La renuncia llega en plena especulaci¨®n sobre la reestructuraci¨®n que prepara Donald Trump de su equipo para tratar de aislar su corta presidencia del desgaste constante por la investigaci¨®n de los lazos su entorno con Rusia.

Dubke, de 47 a?os, entr¨® en la Casa Blanca en febrero contratado por el jefe de prensa y portavoz, Sean Spicer. No particip¨® en la campa?a electoral de Trump, lo que convirti¨® desde el principio en un outsider que no contaba con la confianza plena del republicano. Trump prima la fidelidad de los suyos y ese puede haber sido uno de los lastres de Dubke. El exempresario en publicidad dimite por ¡°un n¨²mero de razones¡±, entre ellas razones personales, seg¨²n explic¨® este martes a la cadena CNN.

Dubke present¨® su renuncia el 18 de mayo, pero se decidi¨® no anunciarlo hasta que Trump culminara su primera gira internacional. La dimisi¨®n se har¨¢ efectiva en los pr¨®ximos d¨ªas y es posible que venga acompa?ada de otros cambios. El portavoz Spicer tambi¨¦n est¨¢ en la cuerda floja y se especula con que pueda perder presencia p¨²blica.

¡°Apreciamos a Mike y estamos muy agradecidos por su servicio al presidente Trump y a nuestro pa¨ªs¡±, se?al¨® el jefe de gabinete del presidente, Reince Priebus, en un comunicado. Priebus no detall¨® los motivos de la renuncia de Dubke, dijo que seguir¨¢ en la Casa Blanca hasta que culmine la transici¨®n de su cargo y que en el futuro ser¨¢ un ¡°fuerte defensor¡± de Trump.

Acechado por la trama rusa, Trump est¨¢ sopesando hacer cambios en su equipo de comunicaci¨®n. Estudia crear un grupo de comunicaci¨®n de crisis que se centre solo en la gesti¨®n de las novedades de la investigaci¨®n sobre los v¨ªnculos de su entorno con Mosc¨². Los portavoces actuales aparecer¨ªan menos ante los medios de comunicaci¨®n, y el presidente aumentar¨ªa sus actos p¨²blicos para cortejar a su base fiel de votantes y tratar de centrar el debate en su agenda pol¨ªtica.

Trump tambi¨¦n prepara la creaci¨®n de un equipo legal que se le ayude a navegar la investigaci¨®n del FBI y de un fiscal especial, que buscan determinar si hubo coordinaci¨®n entre el entorno del republicano y el ciberataque de Rusia contra el Partido Dem¨®crata durante la campa?a electoral y que buscaba ayudar a Trump a ganar las presidenciales de noviembre.

Los pasos que estudia el millonario neoyorquino son similares a los que tom¨® Bill Clinton en los noventa durante la investigaci¨®n por su affaire con Monica Lewinsky, que propici¨® la apertura de un fallido proceso de impeachment contra el presidente dem¨®crata. No es infrecuente que un mandatario asediado por una pol¨¦mica trate de corregir el rumbo con cambios internos.

Cuesta pensar en un puesto m¨¢s complejo en la Casa Blanca de Trump que el del equipo de comunicaci¨®n. El presidente ha declarado una guerra abierta a la prensa, que ha demonizado como el ¡°enemigo del pueblo¡±, y califica como ¡°noticia falsa¡± cualquier informaci¨®n que le sea cr¨ªtica.

La mayor complicaci¨®n es que Trump va a su aire, habla cuando ¨¦l quiere y no tiene reparos en esquivar e incluso denigrar a sus propios portavoces. Por ejemplo, no es inusual que contradiga, al cabo de unas horas en Twitter o en entrevistas, informaciones que han dado sus portavoces poco antes para tratar de minimizar y contener una pol¨¦mica.

Con la reestructuraci¨®n que tiene en mente, el presidente quiere diluir a su equipo de comunicaci¨®n y convertirse cada vez m¨¢s en la ¨²nica voz fiable de la Casa Blanca. Eso le permitir¨ªa conectar mejor con su base de votantes, que valora su lenguaje directo y soez, pero tambi¨¦n disparar¨ªa el riesgo de desatar pol¨¦micas dada la propensi¨®n de Trump a lanzar mensajes incendiarios y abrir una crisis pol¨ªtica detr¨¢s de otra.