Los sondeos en Reino Unido marcan una vuelta al bipartidismo
A una semana de las elecciones, conservadores y laboristas suman el 78% de intenci¨®n de voto, un umbral que no se alcanza desde hace casi 40 a?os
A apenas una semana de las elecciones en Reino Unido, los sondeos dibujan una tendencia clara y llamativa: la vuelta al bipartidismo. Conservadores y laboristas, los dos grandes partidos que se han alternado tradicionalmente en el poder, sumar¨ªan un apoyo superior al 78%, un umbral que no se alcanzaba desee 1979. La debacle del UKIP, hundido en la irrelevancia, y el limitado ¨¦xito de la apuesta proeuropea de los liberal dem¨®cratas, convergen en una ruptura de la tendencia a la fragmentaci¨®n del voto que domin¨® las ¨²ltimas elecciones.
¡°El bipartidismo est¨¢ muerto¡±, clamaban los analistas en los d¨ªas previos a las anteriores elecciones generales, hace tan solo dos a?os. El antieuropeo y populista UKIP acababa de ganar los ¨²ltimos comicios a escala nacional (las elecciones al Parlamento Europeo de 2014). Los liberal-dem¨®cratas, que en las generales de 2010 hab¨ªan cosechado el 23% de los votos, gobernaban con los tories en el primer Ejecutivo de coalici¨®n desde el gabinete de Churchill en plena Segunda Guerra Mundial. El conservador David Cameron y el laborista Ed Miliband sufr¨ªan en los sondeos para sumar, entre los dos, el 65% del voto. Migajas, si se tiene en cuenta que, a mediados del siglo pasado, el 97% de los votantes optaba por uno u otro partidos. El caleidoscopio hab¨ªa sido agitado, parafraseando a Tony Blair, y nadie sab¨ªa d¨®nde iban a acabar las piezas.
El 7 de mayo de 2015, Cameron lograba una inesperada mayor¨ªa absoluta en la c¨¢mara baja. Los expertos constitucionalistas que llevaban semanas especulando sobre los diferentes escenarios que ofrec¨ªa el derecho consuetudinario para sobrevivir a un Parlamento ingobernable, eran desterrados de repente de los plat¨®s de televisi¨®n. El sistema electoral brit¨¢nico, de escrutinio uninominal mayoritario, facilit¨® la fr¨¢gil mayor¨ªa de Cameron. Pero los cierto es que los conservadores solo obtuvieron el 36,8% de los votos que, sumado al 30,4% de los laboristas, situaba a los dos grandes partidos en un 67,2%. Eran las terceras elecciones generales consecutivas en que el apoyo a los dos grandes estaba por debajo del 70%.
Dos a?os m¨¢s tarde, ante las elecciones anticipadas que se celebrar¨¢n el pr¨®ximo 8 de junio, los ¨²ltimos sondeos sit¨²an la suma de conservadores y laboristas por encima del 78%. Se tratar¨ªa del mayor apoyo a los dos grandes partidos desde que Margaret Thatcher gan¨® sus primeras elecciones en 1979.
¡°El declive del bipartidismo ha terminado¡±, explica Patrick Dunleavy, profesor de Ciencias Pol¨ªticas en la London School of Economics. ¡°La principal raz¨®n es el suicidio que han cometido los otros dos partidos nacionales. Los liberal dem¨®cratas siguen pagando por sus a?os en el Gobierno de coalici¨®n. El UKIP, por su parte, se hunde al carecer de un plan para despu¨¦s del refer¨¦ndum europeo, y como consecuencia de un disparatado proceso de elecci¨®n de l¨ªder¡±.
El via crucis que ha atravesado el UKIP desde el 23 de junio del a?o pasado ser¨ªa c¨®mico, si no se tratase de un partido que obtuvo uno de cada ocho votos en 2015 y que pr¨¢cticamente ha marcado la agenda pol¨ªtica de las dos ¨²ltimas legislaturas. Resumiendo: dimisi¨®n de su ¨²nico diputado, dos elecciones al liderazgo, una l¨ªder que dur¨® 18 d¨ªas y un candidato derribado de un pu?etazo, por sus propios compa?eros, en el suelo de la Euroc¨¢mara. Hoy la embarcaci¨®n sigue a la deriva con Paul Nuttall, un timonel, cuando menos, flojo. Su predecesor, Nigel Farage, fue una imagen omnipresente. Hoy, un 50% de los votantes no tiene una opini¨®n formada sobre Nuttall. Las encuestas pronostican al UKIP un desplome hasta el 4% del voto nacional.
Los liberal-dem¨®cratas, por su parte, decidieron apostarlo todo a una ficha: Europa. A lomos del 48% que vot¨® contra el Brexit, el partido centrista habr¨ªa de resurgir de las cenizas a las que fueron reducidos en 2015. La estrategia les vali¨® algunos ¨¦xitos en elecciones parciales y tambi¨¦n en las locales de principios de este mes. Pero a medida que la campa?a ampl¨ªa su prisma, la estrategia parece no dar m¨¢s de s¨ª.
¡°Confiaron en regresar con un mensaje anti Brexit. Pero las campa?as pol¨ªticas basadas en un ¨²nico tema no deciden la composici¨®n de la C¨¢mara de los Comunes, como ha descubierto el UKIP en cada una de las ¨²ltimas elecciones, en las que Nigel Farage ha fracasado en su intento de convertirse en diputado¡±, opina Denis McShane, ex secretario de Estado para Europa y diputado laborista durante 18 a?os. Las ¨²ltimas encuestas sit¨²an a los liberal-dem¨®cratas con el 8% del voto.
Si los sondeos anuncian una vuelta al bipartidismo, la propia campa?a no hace sino reforzar m¨¢s la tendencia. Confiando en la imagen de no apto para primer ministro que, para buena parte del electorado, tiene el laborista Jeremy Corbyn, los conservadores han planteado la campa?a como una elecci¨®n binaria. Lynton Crosby, el estratega electoral y figura clave en la campa?a tory, quiere plantearla como una elecci¨®n presidencial: Jeremy Corbyn o Theresa May. La bipolaridad de la campa?a ha hecho que los dos grandes hayan subido sustancialmente en las encuestas desde que, el pasado 18 de abril, May anunci¨® las elecciones anticipadas.
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