Al menos 90 muertos y 460 heridos por un cami¨®n bomba en el barrio diplom¨¢tico de Kabul
Los talibanes niegan su implicaci¨®n en el atentado, uno de los m¨¢s graves en la capital afgana
Un cami¨®n bomba ha causado al menos 90 muertos y 463 heridos en Kabul este mi¨¦rcoles, seg¨²n el Ministerio del Interior afgano. El atentado, el m¨¢s grave ocurrido en esa capital desde la intervenci¨®n de EE UU en 2001, ha afectado a varias embajadas, entre ellas las de Alemania, Francia e Ir¨¢n. Los talibanes, que combaten para recuperar el poder que perdieron entonces, han negado su responsabilidad. Sea quien sea el autor, el ataque subraya la fragilidad de Afganist¨¢n a pesar de la ayuda militar vertida por Occidente en estos ¨²ltimos 16 a?os.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, ha calificado el ataque de ¡°crimen contra la humanidad¡± al expresar su condena a trav¨¦s de Twitter. La onda expansiva tuvo que sentirse en el propio palacio presidencial, conocido como Arg (Ciudadela), que se encuentra apenas a 800 metros en l¨ªnea recta del lugar de la explosi¨®n. La matanza, apenas comenzado el mes de Ramad¨¢n, ha suscitado una repulsa generalizada de gobiernos y organizaciones internacionales.
¡°Ha sido como un terremoto¡±, describen varios testigos citados por las agencias de noticias. Era poco antes las 8.30 de la ma?ana, todav¨ªa hora punta, cuando la ciudad sufri¨® la sacudida. Las im¨¢genes de la cadena de televisi¨®n ToloNews mostraban una enorme columna de humo negro, paredes derrumbadas, restos calcinados y coches que a¨²n ten¨ªan dentro a sus ocupantes, muertos o heridos. Los hospitales cercanos se han visto desbordados por las v¨ªctimas, la mayor¨ªa civiles que iban al trabajo o a la escuela.
Seg¨²n la polic¨ªa, los explosivos estaban escondidos en un cami¨®n cisterna de recogida de aguas residuales que estall¨® cerca del recinto amurallado de la Embajada de Alemania. La deflagraci¨®n revent¨® uno de los edificios de la sede diplom¨¢tica, cuya pared exterior se derrumb¨® por completo. Varios empleados resultaron heridos y uno de sus guardias de seguridad afganos muerto, ha informado el ministro alem¨¢n de Exteriores, Sigmar Gabriel. Tambi¨¦n la Embajada de Francia ha sufrido ¡°da?os materiales¡±. Adem¨¢s, las legaciones de Ir¨¢n, Turqu¨ªa, China, Jap¨®n, India y Kazajast¨¢n se han visto afectadas por la explosi¨®n, al igual que el hospital de la ONG italiana Emergency.
La Embajada de Espa?a, situada un poco m¨¢s al Este, ha comunicado que no hay v¨ªctimas ni entre su personal espa?ol ni entre sus trabajadores locales, de acuerdo con fuentes de la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica (OID). La legaci¨®n se traslad¨® a un nuevo edificio a ra¨ªz del atentado talib¨¢n de diciembre de 2015.
La misi¨®n de la OTAN para Afganist¨¢n ha dado a entender que el cami¨®n no hab¨ªa logrado su objetivo. En un comunicado atribuye a ¡°la vigilancia y la valent¨ªa de las fuerzas de seguridad el haber evitado que el veh¨ªculo explosivo entrara en el ¨¢rea de alta protecci¨®n conocida como Zona Verde¡±, donde se concentran numerosas embajadas, as¨ª como su cuartel general.
¡°Este ataque muestra los continuos fallos de seguridad e inteligencia, una enfermedad que sigue persiguiendo a las fuerzas de seguridad afganas¡±, discrepa sin embargo Bilal Sarwary, un analista local que se hace eco de una cr¨ªtica muy extendida. En conversaci¨®n con EL PA?S, Sarwary se pregunta c¨®mo pudo entrar en Kabul semejante cantidad de explosivo sin que nadie lo detectara.
El barrio en el que ha ocurrido el atentado, Wazir Akbar Khan, est¨¢ considerado el m¨¢s seguro de la capital debido a las fuerzas desplegadas para proteger tanto el complejo presidencial como las embajadas. Sin embargo, despu¨¦s de 16 a?os de entrenamiento, apoyo y financiaci¨®n por parte de EE. UU. y sus aliados, los uniformados afganos a¨²n se ven sorprendidos regularmente por este tipo de ataques y un tercio del pa¨ªs se escapa a su control.
La OTAN tiene desplegados 13.000 soldados (8.400 estadounidenses y 5.000 de otros pa¨ªses miembros), la mayor¨ªa en tareas de asesoramiento y muy lejos de los 100.000 que EE. UU. tuvo hasta hace seis a?os. Pero la constataci¨®n de que, en medio de deserciones y disputas pol¨ªticas, la insurgencia est¨¢ avanzando, ha llevado al Pent¨¢gono a pedir a la Casa Blanca el env¨ªo de varios miles de efectivos m¨¢s para dar la vuelta a esa situaci¨®n.
Los talibanes, que buscan reinstaurar el r¨¦gimen islamista previo a 2001, han negado su implicaci¨®n en el ataque, a pesar de que el grupo se encuentra en plena ¡°ofensiva de primavera¡±. En un comunicado, el portavoz de la guerrilla, Zabihullah Mujahid, reitera que condenan ese tipo de ¡°operaciones indiscriminadas que causan v¨ªctimas civiles¡±. El desmentido est¨¢ en l¨ªnea con el intento del grupo de presentarse como una alternativa de gobierno frente al que califican de ¡°marioneta de Occidente¡±.
Sin embargo, los servicios secretos afganos acusaron anoche a la llamada red Haqqani (por el clan familiar que lo fund¨®) y a sus patronos paquistan¨ªes. El grupo se uni¨® a los talibanes, pero conserva una cierta autonom¨ªa y cuenta con el respaldo de sectores del ISI, la agencia de espionaje del pa¨ªs vecino. El a?o pasado, su cabecilla, Sirajuddin Haqqani, fue nombrado lugarteniente del nuevo l¨ªder talib¨¢n, Haibatullah Akhundzada.
Los talibanes, el ISIS y el clan Haqqani
Aunque los analistas consideran que los talibanes siguen siendo la mayor amenaza a la seguridad de Afganist¨¢n, el ISIS tiene una creciente presencia en el este del pa¨ªs. Una de sus bases, en una cueva de la provincia de Nangarhar, fue el objetivo de la mayor bomba convencional lanzada por EE. UU. el pasado abril.
El Estado Isl¨¢mico en la Provincia de Joras¨¢n, como en la terminolog¨ªa yihadista se denomina a la regi¨®n hist¨®rica que incluye el actual Afganist¨¢n, el este de Ir¨¢n y zonas de Tayikist¨¢n, Turkmenist¨¢n y Uzbekist¨¢n, se ha responsabilizado de atentados anteriores en Kabul, entre ellos uno contra un hospital militar el pasado marzo que caus¨® medio centenar de muertos.? El temor ahora es que pueda darse una convergencia entre el ISIS y la gente de Haqqani.
Sirajuddin Haqqani, fue nombrado lugarteniente del nuevo l¨ªder talib¨¢n, Haibatullah Akhundzada. El temor ahora es que pueda darse una convergencia entre el ISIS y la gente de Haqqani.
Mientras, el Estado Isl¨¢mico en la provincia de Joras¨¢n, como se autodenomina la filial del ISIS en Afganist¨¢n, guardaba silencio. S¨®lo en el primer trimestre de este a?o, la misi¨®n de la ONU para Afganist¨¢n ha documentado 715 civiles muertos y 1.466 heridos.
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