Dudoso sigilo
'Modus operandi': robar, pagar a pol¨ªticos, comprar propiedades en terceros pa¨ªses, para¨ªsos fiscales, chuzadas e hijas como testaferros y de nuevo a votar¡en las pr¨®ximas elecciones
Era esperable que Brasil no levantara la reserva en el caso Odebrecht. La expectativa por el levantamiento el pasado 1 de junio, cuando se cumpl¨ªan seis meses del esc¨¢ndalo que involucra ya a 10 exmandatarios latinoamericanos, cientos de funcionarios de todos los pa¨ªses, empresarios otrora respetables, termin¨® con todo menos con el mensaje de transparencia.
Deja muchas dudas que el procurador de Brasil, Rodrigo Janot Monteiro, dijera, justo el d¨ªa en que se esperaba conocer la documentaci¨®n del mayor esc¨¢ndalo de soborno y corrupci¨®n empresarial y pol¨ªtica en d¨¦cadas, que las pruebas deben permanecer bajo sigilo para no perjudicar la investigaci¨®n.
M¨¢s del autor
?Es para eso o para proteger los intereses econ¨®micos de Odebrecht, que a¨²n no recibe el castigo de no poder participar nunca m¨¢s de ninguna licitaci¨®n en nuestros pa¨ªses? Ya Colombia, a trav¨¦s de la procuradur¨ªa, con Fernando Carrillo a la cabeza, estudia esa posibilidad y la que corresponde a aquellos que se lucraron con el manejo irregular de los dineros p¨²blicos.
Todo lo que empez¨® el 1 de diciembre pasado con el acuerdo de cooperaci¨®n firmado en Brasil tiene a 77 miembros de Odebrecht mostrando la cara de la ambici¨®n y a sus sobornados en Am¨¦rica Latina develando la forma c¨®mo se usan los cargos para deshonrarlos. 788 millones de d¨®lares pagados en sobornos le reconoci¨® el propio Odebrecht al Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Pero no solo ha resultado ser una operaci¨®n internacional de soborno y lavado. Es tambi¨¦n, y como ocurre con todos los delincuentes, un proyecto pol¨ªtico. Desde los m¨¢s reconocidos capos de leyenda italianos hasta el criminal colombiano Pablo Escobar, todos siempre han querido tener curul en el Congreso y pagar pol¨ªticos no solo para garantizarse contratos y llenar sus bolsillos, sino para instaurar reg¨ªmenes poco democr¨¢ticos construidos con los buenos esl¨®ganes de los Duda Mendoza de cada ¨¦poca.
De los exmandatarios involucrados, empezando con Lula Da Silva, la gran mayor¨ªa es de izquierda. Y los de izquierda que no aparecen hoy refugian en sus pa¨ªses a otros. Es el caso de Nicaragua que recibi¨® a Mauricio Funes. Odebrecht financiando el socialismo del siglo XXI, me dijo recientemente una de las autoridades que investigan el caso. ?Qu¨¦ verg¨¹enza!
Y como las serpientes en medio de los escenarios opacos de esta investigaci¨®n, se arrastran silenciosas otras especies, los Robertos Prietos que de entidad en entidad acumulan en Colombia contratos hasta por 30 millones de euros para luego llamar perra a la periodista Vicky D¨¢vila que lo cuestiona. Se le olvida al se?or Prieto que tiene los d¨ªas contados para que le definan su situaci¨®n jur¨ªdica una vez valorado el accionar delictivo del que ha sido se?alado y su abuso de confianza.
C¨®mo entender que personas consideradas por a?os impecables terminen firmando acuerdos con la justicia, que al expresidente de Corficolombiana, Jos¨¦ El¨ªas Melo, a quien le imputar¨¢n cargos el pr¨®ximo lunes 5 de junio por los delitos de cohecho por dar, ofrecer e inter¨¦s indebido en la celebraci¨®n de contratos. O que Luis Fernando Andrade, presidente de la Agencia para la Infraestructura, hombre de Mackenzie, termine si quiera mencionado en esta porqueriza.
Y no hemos salido de Odebrecht cuando, gracias a la Cadena Ser, nos topamos con otra operaci¨®n de crimen y corrupci¨®n internacional. El Canal Isabel II crea una empresa, Inassa, para invertir en 7 pa¨ªses de Am¨¦rica Latina. Pone los ojos en las empresas de servicios colombianas Triple A y Metroagua. Algunos de los nombres que ya se escucharon en otros dudosos manejos vuelven y aparecen. Y en este caso familias pol¨ªticas de la Costa Caribe colombiana no se salvan. Ya han sido mencionados los Char, algunos de ellos.
Y tambi¨¦n se repiten los pa¨ªses. Seg¨²n datos de El Pa¨ªs, Ignacio Gonz¨¢lez, ya detenido, le hizo un hueco de 23,3 millones de euros al erario por la compra de la empresa brasilera Emiss?o. Como la que interes¨® en Colombia a Edmundo Rodr¨ªguez Sobrino en Barranquilla.
Solo cambia el negocio: de las carreteras al agua. De resto es lo mismo, y el mismo modus operandi: robar, involucrar pol¨ªticos, comprar propiedades en terceros pa¨ªses, esconder la plata en los para¨ªsos fiscales, o en Reino Unido. Grabaciones ilegales, pinchazos telef¨®nicos, hijas como testaferros.
Y los pol¨ªticos nuevamente montando la siguiente campa?a electoral con base en la corrupci¨®n de los antecesores. ?Hasta cu¨¢ndo?
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