De asesina en serie a voluntaria en la escuela donde estudian sus hijos
Karla Homolka, que viol¨® y mat¨® junto a su primer marido a tres adolescentes en Canad¨¢ a principios de los noventa, provoca inquietud entre los padres de los alumnos
Pronunciar el nombre de Karla Homolka provoca escalofr¨ªos. A principios de los a?os noventa, ella y su primer marido, Paul Bernardo, violaron y asesinaron a tres adolescentes en la provincia canadiense de Ontario. Una de las v¨ªctimas era Tammy Homolka, hermana menor de Karla. La pareja grab¨® sus ataques en v¨ªdeo.
¡°?C¨®mo te sentir¨ªas al saber que tu hijo est¨¢ interactuando con una asesina en serie?¡±, declar¨® la madre de uno de los alumnos bajo anonimato
El pasado martes, la cadena City News inform¨® que Karla Homolka ha desempe?ado tareas de voluntariado en la Greaves Adventist Academy, la escuela privada donde estudian sus hijos en Notre-Dame-de-Gr?ce, un barrio tranquilo del oeste de Montreal. Al parecer, Homolka ha acompa?ado a ni?os en salidas tem¨¢ticas y ha llevado a su perro para que interact¨²e con los alumnos. La cadena?Breakfast Television abord¨® a Homolka a la salida de la instituci¨®n, pero evit¨® hacer declaraciones.
¡°?C¨®mo te sentir¨ªas al saber que tu hijo est¨¢ interactuando con una asesina en serie?¡±, declar¨® la madre de uno de los alumnos inscritos en la escuela a Breakfast Television bajo anonimato. Otros padres han mostrado parecida preocupaci¨®n. Representantes del centro de ense?anza aclararon a los medios que Homolka no es una voluntaria frecuente y que en ning¨²n momento estuvo a solas con los ni?os, puesto que ¡ªseg¨²n las normas del Ministerio de Educaci¨®n de la provincia de Quebec¡ª habr¨ªa sido necesario verificar sus antecedentes criminales.
Cabe destacar que en 1995, Paul Bernardo fue condenado a cadena perpetua. Los abogados de Homolka consiguieron un acuerdo en 1993 con la fiscal¨ªa para que su defendida pasara 12 a?os tras las rejas, a condici¨®n de que brindara detalles sobre los cr¨ªmenes y declarara contra Bernardo. Homolka cont¨® una y otra vez que hab¨ªa sido forzada por su pareja a participar en los hechos delictivos. Sin embargo, material audiovisual hallado tiempo despu¨¦s mostraba que ella hab¨ªa tenido una mayor participaci¨®n en los cr¨ªmenes de la que hab¨ªa asegurado. No obstante, el acuerdo ya hab¨ªa sido firmado y sus cl¨¢usulas imped¨ªan modificaciones.
Homolka sali¨® de prisi¨®n en 2005, contrajo nupcias con el hermano de uno de sus abogados y cambi¨® varias veces de identidad. La prensa canadiense la ubic¨® en la isla caribe?a de Guadalupe, donde residi¨® un tiempo. En 2014 volvi¨® a instalarse en Canad¨¢ con su esposo e hijos, espec¨ªficamente en Ch?teauguay, a pocos minutos de Montreal. Varios habitantes de esta poblaci¨®n mostraron preocupaci¨®n por ser vecinos de Homolka, quien tiene ahora 47 a?os de edad. Hoy la intranquilidad se pasea en el oeste montreal¨¦s, especialmente en la escuela de sus hijos.
?Tiene derecho Homolka a una vida normal? ?Pag¨® su deuda con la sociedad? ?Sus hijos y esposo son v¨ªctimas de esta situaci¨®n? Estas y otras preguntas aparecen con asiduidad en las tertulias de los medios canadienses. Pese a que sus abogados consiguieron un acuerdo para evitarle pasar el resto de sus d¨ªas en prisi¨®n, Karla Homolka debe cumplir con una condena social, producto de aquellos v¨ªdeos que muestran sangre fr¨ªa y participaci¨®n en unos cr¨ªmenes lejos de la coacci¨®n.
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