Escocia mide en las urnas la fuerza para otro refer¨¦ndum de independencia
Las elecciones brit¨¢nicas son un examen clave para los nacionalistas escoceses. Los sondeos a pie de urna auguran que perder¨ªan 22 esca?os
En los mejores sue?os de Andrew McNair, Escocia es un pa¨ªs independiente. ¡°Independiente y miembro de la UE de pleno derecho¡±, apostilla el ingeniero agr¨®nomo de 25 a?os, rostro afilado, barba de tres d¨ªas y una capa de agua con la que se cubre de la ventisca que azota Edimburgo. Debajo muestra una chapa amarilla que indica: ¡°Que pare el mundo, que Escocia se quiere subir¡±. Lo dijo hace casi cinco d¨¦cadas la destacada nacionalista escocesa Winnie Ewing, cuya victoria electoral en 1967 allan¨® el camino para el SNP que hoy se enfrenta, de nuevo, a uno de los mayores retos de su historia. Porque las elecciones de este jueves no solo marcan qui¨¦n se sienta a negociar el divorcio entre Reino Unido y la Uni¨®n Europea. Tambi¨¦n van a recalibrar el ¨®rdago independentista que los nacionalistas ¡ªque siempre hicieron campa?a contra el Brexit¡ª pusieron sobre la mesa en marzo. De la fuerza con la que salga en la contienda electoral el SNP de la carism¨¢tica Nicola Sturgeon depender¨¢ el calendario y la posibilidad de un nuevo pulso a Westminster. Un pulso que no tendr¨¢ nada f¨¢cil si se confiman los sondeos a pie de urna que le auguran un desplome de 22 esca?os.
Escocia se quiere ¡®subir¡¯ a la Uni¨®n Europea. De eso no hay duda. En las tierras altas, al norte del muro de Adriano, el sentimiento de permanencia al club comunitario es mucho mayor que en la vecina Inglaterra. Aqu¨ª, el 62% de los escoceses vot¨® por la permanencia, frente a un 48% del resto de pa¨ªs. Y Sturgeon ha alzado esa mayor¨ªa para defender que si Reino Unido abandona la UE, entonces Escocia no puede permanecer en el pa¨ªs de las cuatro naciones. Sacudida y alterada por los ataques del 3 de junio, que han copado con los asuntos de seguridad la ¨²ltima parte de la carrera electoral, esta campa?a tambi¨¦n ha sido un pulso entre dos mujeres: la primera ministra Theresa May y Sturgeon, que desde que ocup¨® el sill¨®n de ministra principal escocesa se ha convertido en la mejor oposici¨®n a May a nivel nacional.
¡°?En qui¨¦n confi¨¢is para fortalecer los lazos de Reino Unido, para defender nuestra preciosa uni¨®n? Yo soy una unionista apasionada que quiero asegurar que Reino Unido se mantenga unido¡±, dijo hace unos d¨ªas en Edimburgo May, en uno de sus ¨²ltimos actos de campa?a, dedicado precisamente a la cuesti¨®n escocesa. Y con su argumento, la primera ministra apelaba no solo al miedo a la ruptura del pa¨ªs, tambi¨¦n al temor a que el laborista Jeremy Corbyn estrechase lazos con Sturgeon. Y todo ello pese a que Corbyn no defiende una segunda consulta de sececi¨®n. ¡°Estas elecciones son muy importantes para Escocia. De ellas va a depender mucho nuestro lugar en Europa¡±, afirmaba Sarah-Louise Irvine, de 35 a?os, justo despu¨¦s de votar en Edimburgo.
Sturgeon y el SNP se enfrentan a un examen clave. Y complicado. La incertidumbre de las negociaciones con Bruselas y la situaci¨®n econ¨®mica, que no es mala pero tampoco es demasiado halag¨¹e?a para una futura Escocia autosuficiente e independiente, no ayudan a la causa. Porque pese a que desde el refer¨¦ndum de 2014 el SNP ha experimentado una impresionante crecida (arras¨® en 2015 y con 56 esca?os se convirti¨® en la tercera fuerza pol¨ªtica a nivel nacional), los ¨²ltimos sondeos, de mayo, muestran que el 44% de los escoceses apoyar¨ªan la independencia. Una cifra muy similar a la de hace tres a?os, cuando los sue?os de los nacionalistas saltaron por los aires (un 55,3% vot¨® por la uni¨®n).
Cuando Sturgeon puso sobre la mesa un nuevo desaf¨ªo independentista no contaba con que May fuera a convocar elecciones anticipadas. La conservadora hab¨ªa dicho en reiteradas ocasiones que no era el momento. Pero May lo hizo y eso ha pillado con el pie algo cambiado al SNP, que ha centrado su campa?a en la necesidad de parar a los tory y en ser el contrapunto a sus programas de recortes y austeridad, en lugar de centrarse y abanderar solo la opci¨®n de una nueva consulta. Reclaman el voto para ser la ¡°voz fuerte de Escocia en Westminster¡± y evitar ¡°dar carta blanca¡± a los conservadores de May.
Pero el desaf¨ªo independentista y el argumento de los conservadores de que ya que se hace un Brexit, que se haga con fuerza, ha cambiado un poco el terreno pol¨ªtico en unas tierras en las que hasta hace unos a?os votar tory era algo no solo casi invisible sino bastante mal visto.
Escocia es un pa¨ªs de lideresas y el partido conservador no pod¨ªa ser menos. Al mando, Ruth Davidson, una mujer de clase obrera, alejada de la imagen fr¨ªa y clasista que tienen en Escocia de los tory de Westminister. Abiertamente lesbiana y buena comunicadora, hizo campa?a contra el Brexit y los conservadores ganaron terreno en las elecciones municipales de hace unos meses, en las que se hicieron con algunos esca?os clave. Sobre todo enclaves de clase trabajadora que le arrebataron a los laboristas.
¡°He votado tory. Son los ¨²nicos que pueden enfrentarse a una negociaci¨®n sobre el Brexit en Bruselas¡±, afirma Steven, de 52 a?os. Es uno del alrededor del mill¨®n de escoceses que vot¨® por el Brexit. ¡°La UE no es m¨¢s que una mara?a burocr¨¢tica que quita recursos y donde no se escucha la voz de los ciudadanos. Con el tiempo acabar¨¢ derrumb¨¢ndose como el imperio romano, por eso es mejor salir ahora¡±, asegura. Andrew, Steven, Sarah-Louise. La decisi¨®n de Escocia a?ade m¨¢s presi¨®n al complicado tablero pol¨ªtico al que se va enfrentar la persona que dirigir¨¢ Reino Unido a partir de ma?ana.
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