?Qui¨¦n fabricar¨¢ las salchichas inglesas?
Un tercio de los empleados de la industria alimentaria brit¨¢nica son extranjeros, la mayor¨ªa comunitarios. Con un Brexit duro que limite su contrataci¨®n algunos sectores pueden entrar en crisis
Sin Iclodean, Ludmila, Georgeta o Saulius, las salchichas de Heck Sausages no llegar¨ªan al plato. Debbie Keeble, due?a de esta empresa familiar en expansi¨®n, que desde hace cuatro a?os fabrica una variedad sin gluten de este embutido, no tiene ninguna duda de que si no fuese por los extranjeros que alimentan su cadena de producci¨®n Heck no sobrevivir¨ªa. All¨ª, Vladim Protasovs revisa una enorme bandeja de carne picada de cerdo, antes de que vaya a parar a la maquina que le dar¨¢ forma. Bata y pantal¨®n blanco y delantal de carnicero azul, a juego con los guantes y la redecilla que le cubren el cabello, este let¨®n de 35 a?os controla la cadena de producci¨®n de Heck en Kirklington. Como ¨¦l, 60 de los 70 empleados de esta peque?a compa?¨ªa asentada en North Yorkshire proceden de pa¨ªses como Bulgaria, Rumania, Lituania o Polonia.
Y como con las salchichas que Heck hace con carne de cerdos de la regi¨®n y manzana, muchos se preguntan qui¨¦n alimentar¨¢ Reino Unido si no hay acuerdo sobre el Brexit ¡ªo es muy duro¡ª y los trabajadores comunitarios dejan de llegar. Son el 30% de los recolectores de fresas, frambuesas y otras bayas que tanto adoran los brit¨¢nicos. O casi el 90% de quienes trabajan estacionalmente recogiendo zanahorias o apio, un sector, el de la horticultura, que mueve unos 3.000 millones de libras (unos 3.400 millones de euros) al a?o y que es completamente dependiente de la mano de obra extranjera.
Ya en abril, un mes despu¨¦s de que la primera ministra Theresa May pidiera el divorcio activando el art¨ªculo 50 del tratado de la Uni¨®n, un informe de un comit¨¦ del Parlamento brit¨¢nico alertaba de que el 30% de los trabajadores de la industria de la alimentaci¨®n en Reino Unido son extranjeros. Y sin la libre circulaci¨®n de estos empleados, la industria alimentaria brit¨¢nica enfrentar¨¢ enormes dificultades, conclu¨ªa el documento con el gr¨¢fico nombre de ¡®Alimentando a la naci¨®n: restricciones laborales¡¯. Algunos sectores pueden entrar en crisis y es probable que se disparen los precios de los alimentos, sosten¨ªa.
En Kirklington, en la planta que Heck ha inaugurado hace apenas un par de semanas, Debbie Keeble, que gestiona la compa?¨ªa junto a su esposo Andrew, afirma que ya nota las consecuencias del Brexit. Y eso a pesar de que la separaci¨®n a¨²n no se ha producido. ¡°Nos enfrentamos ahora a un desaf¨ªo enorme para mantener la compa?¨ªa y que siga creciendo¡±, dice. Las salchichas de Heck se venden bien y necesita m¨¢s personal. Y precisar¨¢n todav¨ªa m¨¢s cuando empiecen a producir sus nuevas variedad vegana. Pero Keeble cuenta que est¨¢n teniendo problemas para reclutar. ¡°Ahora la gente tiene miedo de venir a Reino Unido, no saben qu¨¦ pasar¨¢ con el Brexit as¨ª que, si tienen opci¨®n prefieren ir a otro sitio¡±, asegura.
Vladim Protasovs lleg¨® a Heck hace cuatro a?os con su esposa, Ludmila. Se han asentado en Bedale, un pueblo cercano y all¨ª han escolarizado a sus dos hijos. La pareja letona reconoce que volver a su pa¨ªs ser¨ªa un mal trago. Sobre todo por los chiquillos. Tienen miedo de que las cosas en Reino Unido cambien. Como la mayor¨ªa de empleados de la f¨¢brica de salchichas, desembocaron all¨ª por el boca a oreja y la recomendaci¨®n de amigos de amigos. ¡°Ahora casi ninguno de nuestros conocidos apuesta por venir¡±, dice Vladim.
Y no solo influye la inestabilidad y la incertidumbre de un acuerdo que a¨²n est¨¢ por negociar. Tambi¨¦n que desde el refer¨¦ndum de hace casi un a?o la libra se ha debilitado un 20%, as¨ª que los salarios de estos trabajadores valen menos en casa. Empresas de trabajo temporal, como la rumana Est-Vest, ya han notado que les cuesta m¨¢s cubrir los puestos disponibles.
Puestos, afirma la due?a de Heck, que los brit¨¢nicos no quieren ocupar. Y no solo en su sector, el c¨¢rnico, donde el 63% de los empleados son extranjeros. El patr¨®n se repite en la mayor¨ªa de la cadena alimentaria. Por eso, a esta mujer de 52 a?os y cuatro hijos, que se define como ¡°votante conservadora de toda la vida¡±, le indign¨® tanto que el foco principal de la campa?a sobre el Brexit fuese el debate migratorio. ¡°Todo era sobre que la gente de fuera llega para quitar el trabajo a los de aqu¨ª cuando no es cierto, nadie aplica para estos empleos¡±, afirma. Keeble vot¨® por la permanencia, y el 23 de junio se despert¨® con la desagradable sorpresa de que Reino Unido quer¨ªa el divorcio. Y m¨¢s en su regi¨®n, donde un 59% vot¨® por el Brexit, frente a un 52% de la media nacional. Y todo ello pese a que la suya no es la ¨²nica compa?¨ªa que se puede ver en dificultades por la salida de la UE. Tambi¨¦n en Yorkshire, Guy Poskitt, director de Vegetales Poskitt, con cultivos de zanahorias, colinabo o calabaza, reconoce que el Brexit ser¨¢ un ¡°desaf¨ªo may¨²sculo¡± para el sector.
De nuevo en la f¨¢brica de salchichas, Saelius Serelis, lituano de 51 a?os, lamenta el resultado del refer¨¦ndum. No por las consecuencias. Es optimista y pese a las amenazas de la primera ministra May, que antes del batacazo electoral anunci¨® medidas para endurecer la contrataci¨®n de mano de obra de fuera, est¨¢ convencido de que los acuerdos permitir¨¢n a los ciudadanos comunitarios transitar y trabajar libremente. Se siente algo dolido porque sus vecinos, con los que tiene una buena convivencia desde hace 14 a?os, votasen por el Brexit y, sobre todo, para que gente como ¨¦l no se instalen en Reino Unido.
?Helados m¨¢s caros?
Durante la campa?a del Brexit se habl¨® mucho de que, con la salida de Reino Unido de la UE, subir¨ªa el precio de los helados. Podr¨ªa parecer una gracieta, pero lo cierto es que si cuesta m¨¢s importar la leche, estos y otros dulces producidos en Reino Unido subir¨¢n. Tambi¨¦n si se importan de otros pa¨ªses comunitarios y no disfrutan de los acuerdos arancelarios actuales. Y como con los helados, el vino, las frutas y otros alimentos que cada d¨ªa pasan por la mesa de los brit¨¢nicos. El mes pasado, un informe de la C¨¢mara de los Lores apuntaba que abandonar la UE sin un acuerdo comercia pondr¨ªa en riesgo el 97% de las exportaciones brit¨¢nicas de comidas y bebidas.
En los ¨²ltimos 20 a?os, el tipo de comida que los ciudadanos de Reino Unido se llevan a la boca ha cambiado mucho. Hoy, el 27% de los alimentos consumidos en este pa¨ªs (por valor) llegan desde pa¨ªses de la UE, como apuntan el profesor de la Universidad City de Londres Tim Lang y la economista experta en agricultura Victoria Schoen en un estudio en el que afirman que con el Brexit y el aumento de precios que puede producirse, los brit¨¢nicos, que se han acostumbrado a disfrutar de frutas y verduras frescas, podr¨ªan cambiar sus patrones alimentarios y que eso tambi¨¦n se traducir¨¢ en un empeoramiento de su salud.
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