Escocia, un nuevo frente contra el ¡®Brexit¡¯ duro

Ahora, la Piedra del Destino, que regres¨® a Edimburgo en 1996, se llama Brexit suave. Es la salida menos mala, para los escoceses, tras el desastre que provoc¨® el refer¨¦ndum de hace un a?o en un territorio que vot¨® mayoritariamente para quedarse en la UE (62%), a diferencia de sus vecinos ingleses. Y Escocia ya no es aquella naci¨®n que Margaret Thatcher lleg¨® a definir como un ¡°desierto de escombros mantenido por Westminster¡±. Tampoco una regi¨®n a la que le?roban un s¨ªmbolo en forma de piedra arenisca y 150 kilos de peso. Si en los ¨²ltimos a?os ya hab¨ªa logrado una importante influencia pol¨ªtica, en las elecciones de la semana pasada Escocia ha pasado a ser un elemento de enorme poder y presi¨®n dentro del Partido Conservador y del Gobierno de una da?ada Theresa May. Y hoy es una conservadora escocesa, Ruth Davidson, la que tiene la sart¨¦n por el mango para defender la postura de sus vecinos.

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La l¨ªder del partido en Escocia, que ha logrado 13 valios¨ªsimos esca?os all¨ª (ten¨ªa solo uno) sin los que los conservadores no podr¨ªan completar el acuerdo con los norirlandeses del Ulster ¡ªlo ¨²nico que les garantiza la permanencia en el Gobierno¡ª, se ha movilizado para evitar que la primera ministra ¡ª¡°salir sin acuerdo es mejor que un mal acuerdo¡± o ¡°Brexit significa?Brexit¡± ha dicho May reiteradamente¡ª complete sus intenciones de sellar un divorcio duro con el club comunitario. Davidson reclama, y no se corta en hacerlo en p¨²blico, un acuerdo ¡°suave¡± con la UE. La escocesa, que fue una voz fundamental en la campa?a por la permanencia, ha exigido a May que ¡°ponga la econom¨ªa del pa¨ªs primero¡± y que deje de centrarse tanto en el control migratorio. La emergente Davidson, que se reuni¨® este lunes con la jefa de Gobierno en Downing Street, est¨¢ poniendo todo su empe?o en que el Ejecutivo trabaje para conseguir un tratado que permita a Reino Unido permanecer en el mercado ¨²nico. Y parece que May la ha escuchado, seg¨²n declar¨® Davidson a la salida de la cita. ¡°Creo que puede haber cambios en la oferta sobre el Brexit, as¨ª que podremos avanzar¡±, apunt¨®.

Davidson ¡ªque es diputada en el Parlamento regional y no en Westminster¡ª tiene la influencia para exigir lo que otros parlamentarios tory de zonas que votaron contra el Brexit no hab¨ªan tenido la fuerza para reclamar. Ha afirmado, adem¨¢s, que su equipo en Londres trabajar¨¢ por los intereses de Escocia, sobre todo en temas comerciales y de libre circulaci¨®n. La voz llega alta y clara desde la naci¨®n m¨¢s septentrional de Reino Unido, donde tambi¨¦n la ministra principal, la nacionalista Nicola Sturgeon, ha exigido a May un cambio radical de postura. Ambas escocesas, rivales, comparten los mismos intereses. La conservadora se ha convertido tambi¨¦n en otra voz que puede resultarle inc¨®moda a la primera ministra al reclamar que, aunque el acuerdo con los norirlandeses ¡ªun partido ultraconservador que ataca los derechos sexuales y reproductivos¡ª, sea absolutamente fundamental, no puede ceder ni un palmo en temas como el matrimonio igualitario; al que el DUP se opone frontalmente.

Al antiguo destilador McNair, que el s¨¢bado disfrutaba del partido de f¨²tbol que enfrentaba a Escocia contra Inglaterra en un pub de Edimburgo con su hijo, Steve, le preocupan seriamente las consecuencias para Escocia del divorcio con la UE. Vivi¨® en su juventud los a?os m¨¢s duros de una Escocia rural y minera. La ¨¦poca de los recortes y la mano de hierro de una Margaret Thatcher que se ceb¨® con un territorio que, afirma, ¡°despreciaba¡±. Fue entonces, cuenta el destilador que antes fue obrero, cuando se form¨® una verdadera frontera mental entre Inglaterra y Escocia. Una diferencia y un recelo que alimentaron primero el laborismo y poco a poco al independentismo. ¡°Ahora la gente no est¨¢ para experimentos, la inestabilidad asusta, pero si el Brexit sale mal habr¨¢ muchos que vuelvan a querer una Escocia independiente¡±, afirma. Una opini¨®n que comparten tambi¨¦n distintos analistas, entre ellos Ian Wooton, de la Universidad de Strathclyde.

La emergente Davidson lo sabe. La conservadora ha centrado la campa?a de las elecciones generales para su partido en un rechazo total a un segundo refer¨¦ndum de independencia, un asunto que ahora no es deseable para la mayor¨ªa de los escoceses. Y le ha salido bien. Ha conseguido que los nacionalistas del SNP pierdan terreno y arrebatarle esca?os decisivos. McNair hijo, que trabaja como abogado, por ejemplo, cuenta que ha votado conservador por primera vez en su vida. Su padre, laborista. Y como ellos, la l¨ªder de los tory es muy consciente de que un mal acuerdo con Bruselas puede dar alas a las aspiraciones nacionalistas. Y volver a poner sobre la mesa un asunto que est¨¢ descansando en la nevera pero que, ni mucho menos, est¨¢ enterrado.