Crece la presi¨®n sobre May para incluir a toda la oposici¨®n en la negociaci¨®n del Brexit
La conveniencia de que todos los partidos participen en las negociaciones ha sido defendida por pesos pesados de todo el espectro pol¨ªtico
Theresa May deber¨¢ implicar al resto de partidos en la negociaci¨®n de la ruptura con la UE. As¨ª lo quiere la ciudadan¨ªa, seg¨²n los sondeos, y as¨ª se lo han pedido pesos pesados de todo el espectro pol¨ªtico y l¨ªderes empresariales. La primera ministra busc¨® en las urnas el respaldo a un Brexit duro y conducido a puerta cerrada por su n¨²cleo duro. Pero perdi¨® la mayor¨ªa absoluta y, con ella, la inexpugnabilidad de su proyecto. Mientras trata de sacar adelante su Gobierno en minor¨ªa, con los Veintisiete esperando ya en la mesa de negociaci¨®n, cada vez son m¨¢s las voces que piden un Brexit suave y consensuado.
La conveniencia de que todos los partidos participen en las negociaciones ha sido defendida p¨²blicamente, en los ¨²ltimos d¨ªas, por pesos pesados de todo el espectro pol¨ªtico. Desde el ex primer ministro John Major y el exministro de Exteriores William Hague, ambos del Partido Conservador, hasta las laboristas Yvette Cooper y Harriet Harman, exministra y exl¨ªder del partido, pasando por la l¨ªder nacionalista escocesa Nicola Sturgeon. Si May est¨¢ obligada a consensuar su postura con el marginal Partido Unionista Democr¨¢tico, la formaci¨®n norirlandesa con la que este martes dej¨® encarrilado un pacto para un Gobierno en minor¨ªa, por qu¨¦ no hacer sitio en la mesa a los dem¨¢s.
Tambi¨¦n altos cargos de la City de Londres han pedido al Gobierno que elimine las barreras pol¨ªticas y construya un equipo negociador multicolor. El mundo empresarial, tradicional aliado de los tories que se ha sentido abandonado desde que May lleg¨® a Downing Street el verano pasado, pide ahora ser tenido en consideraci¨®n en la toma de decisiones pol¨ªticas tan trascendentales como el Brexit.
¡°Si alguna vez ha habido un momento para un acuerdo de los partidos, sin duda es ahora en relaci¨®n con las negociaciones del Brexit¡±, dijo Douglas Flint, presidente del grupo bancario HSBC, en el Financial Times. ¡°Reino Unido estar¨¢ mejor servido con un equipo negociador compuesto por los mejores talentos del pa¨ªs¡±.
La petici¨®n parece coincidir tambi¨¦n con el sentir de la ciudadan¨ªa. El 51% de los brit¨¢nicos, seg¨²n un sondeo realizado por la empresa YouGov despu¨¦s de las elecciones, prefiere que el Brexit sea negociado por un equipo que incluya miembros de los diferentes partidos, frente al 30% que prefiere que lo negocien solo los conservadores. Una campa?a en Internet con el mismo objetivo superaba este martes por la tarde las 110.000 adhesiones.
¡°Los puntos de vista del 48% [el porcentaje de los votantes que eligi¨® permanecer en la UE] no pueden ser despreciados, como pretenden algunos de los m¨¢s rigurosos partidarios del Brexit radical¡±, dijo en la BBC el ex primer ministro conservador John Major. ¡°Ser¨ªa sin duda muy inteligente congregar una opini¨®n parlamentaria mucho m¨¢s amplia, de modo que cuando la primera ministra tenga un acuerdo, pueda estar segura de que va a tener el respaldo del Parlamento y del p¨²blico¡±.
La primera ministra hab¨ªa dejado bastante claro el tipo de Brexit que quer¨ªa. Primero en su discurso en la Lancaster House en enero, despu¨¦s en el documento remitido al Parlamento en febrero y, por ¨²ltimo, en la carta enviada a Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, que activaba el art¨ªculo 50 del Tratado de Lisboa. Quer¨ªa un Brexit duro. No estaba dispuesta a ceder en el control de las fronteras y, por tanto, asum¨ªa la salida completa del mercado ¨²nico y la uni¨®n aduanera. Antes de aceptar un acuerdo que no considerara satisfactorio, a?ad¨ªa, estaba dispuesta a abandonar la mesa de negociaci¨®n sin acuerdo alguno.
Adem¨¢s de esos objetivos, Theresa May hab¨ªa dejado meridianamente claro c¨®mo quer¨ªa manejar el proceso. Lo pilotar¨ªan ella y su c¨ªrculo de confianza. En secreto. Ense?ar demasiado, defend¨ªa, debilitar¨ªa su baza negociadora. Quiso incluso esquivar el escrutinio parlamentario, y tuvo que ser el Tribunal Supremo el que lo impidiera. Por eso convoc¨® las elecciones, a¨²n teniendo mayor¨ªa absoluta, confiando en cosechar una victoria hist¨®rica. Porque, como ella misma dijo el 19 de abril, la oposici¨®n amenazaba con ¡°paralizar la acci¨®n de Gobierno¡±.
Pero las urnas han obligado a May, como dice la expresi¨®n inglesa, a comerse su ¡°pastel de humildad¡±. A una semana de que empiecen oficialmente las negociaciones en Bruselas, ya nada es sagrado: ni el Brexit duro ni la necesidad de que el proceso transcurra a puerta cerrada. El tono llamativamente m¨¢s conciliador del que hizo gala este martes la primera ministra, en el regreso a la c¨¢mara tras las elecciones, revelaba un cambio de actitud. ¡°Si hay un resultado de estas elecciones que todos podemos celebrar, es que hoy tenemos el Parlamento m¨¢s diverso y m¨¢s representativo de nuestra historia¡±, dijo May. ¡°Mientras afrontamos los dif¨ªciles retos que tenemos por delante, un¨¢monos en un esp¨ªritu de unidad nacional¡±.
La austeridad, cuestionada
El mal resultado electoral ha fortalecido a quienes, dentro del Partido Conservador, consideran que es hora de poner fin a las pol¨ªticas de austeridad. El ¨¦xito de Jeremy Corbyn, que logr¨® aumentar notablemente el apoyo al laborismo con un programa generoso en gasto p¨²blico, ha hecho bien audibles lo que hasta las elecciones eran m¨¢s bien susurros dentro del partido del Gobierno. La propia May, en su reuni¨®n el lunes con sus diputados, seg¨²n public¨® The Times, reconoci¨® que la paciencia de los votantes con la austeridad se hab¨ªa agotado. La presi¨®n por acabar con el rigor presupuestario se a?ade a las preocupaciones del ministro de Finanzas, Philip Hammond, que asiste a una desaceleraci¨®n de la econom¨ªa a pocos d¨ªas del inicio de las negociaciones del Brexit.
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