El ADN, 30 a?os al lado de Abuelas para encontrar a los nietos robados por la dictadura
El Banco Nacional de Datos Gen¨¦ticos identifica a los hijos de desaparecidos que fueron apropiados por el r¨¦gimen argentino. Hasta hoy, 122 nietos han recuperado su identidad
En su b¨²squeda infatigable de los nietos que les hab¨ªa robado la dictadura argentina, las Abuelas de Plaza de Mayo leyeron en un diario que un an¨¢lisis de sangre hab¨ªa permitido probar la paternidad en un juicio. ?Puede nuestra sangre servir para identificar a nuestros nietos?, se preguntaron entonces, a principios de los 80, cuando todo lo que ten¨ªan para presentar ante un juez eran denuncias, fechas de parto que coincid¨ªan y fotograf¨ªas que mostraban parecidos. Tras meses de investigaciones, la ciencia logr¨® darles una respuesta positiva: un ¨ªndice de abuelidad fiable al 99,9%. En 1984, ya en democracia, Paula Eva Logares se convirti¨® en la primera nieta recuperada gracias al ADN. Tres a?os despu¨¦s, Argentina cre¨® el pionero Banco Nacional de Datos Gen¨¦ticos (BNDG). El organismo cumple este mes 30 a?os dedicado a reunir a las Abuelas de Plaza de Mayo con sus nietos apropiados. Hasta hoy, 122 han podido conocer a su familia.
Cerca de unas 1.200 personas se acercan cada a?o al Banco con la sospecha de ser hijos de desaparecidos de la ¨²ltima dictadura (1976-1983). En su sede, situada en el centro de Buenos Aires, les extraen una muestra de sangre y analizan su ADN para saber si coincide con el de las casi 300 familias de su base de datos. Todas buscan a los ni?os que los militares robaron a sus madres detenidas-desaparecidas y entregaron a otros brazos para que los criaran. Los resultados tardan entre 15 d¨ªas y 2 meses. S¨®lo unos cuatro al a?o dan positivo, pero cada hallazgo se convierte en una fiesta. "Es una gran alegr¨ªa cada nieto", dice la directora del BNDG, Mariana Herrera Pi?ero, frente a la Nietera, un gran corcho en el que cuelgan fotograf¨ªas de los ¨²ltimos nietos recuperados, del equipo del Banco en el momento de cantar "bingo" y los tapones de las botellas de champ¨¢n que abren para celebrarlo.
Quienes fueron v¨ªctimas del plan sistem¨¢tico de robo de beb¨¦s del r¨¦gimen se enteran de la noticia a trav¨¦s de la Comisi¨®n Nacional para la identidad (Conadi), pero algunos sienten la necesidad de ir al Banco y ver de primera mano c¨®mo fue el proceso que permiti¨® su identificaci¨®n. Las t¨¦cnicas han avanzado desde los primeros pasos que dio la genetista Mary-Claire King y un equipo de investigadores en Estados Unidos, explica Herrera Pi?ero. "Al principio no hab¨ªa automatizaci¨®n, era todo manual y requer¨ªa mucho del ojo humano, lo que obligaba a repetir muchas veces y ten¨ªa un margen de error importante", cuenta en un laboratorio equipado con tecnolog¨ªa punta. El ¨ªndice de abuelidad es una f¨®rmula matem¨¢tico-probabil¨ªstica que combina los resultados de los an¨¢lisis gen¨¦ticos. Entre ellos est¨¢ el ADN mitocondrial, que se hereda ¨²nicamente de las madres y permite establecer el parentesco a trav¨¦s de abuelas, t¨ªos o primos de la rama materna. Al descubrirlo, las Abuelas vieron en ¨¦l una se?al oculta de la biolog¨ªa para enlazarlas directamente con sus nietos.
An¨¢lisis forzosos
La mayor¨ªa de los que pisan el Banco acude de forma voluntaria, pero tambi¨¦n hay quienes se someten a an¨¢lisis de sangre por orden judicial. Ese fue el caso de Mariana Zaffaroni Islas, que ten¨ªa un a?o cuando los militares entraron en su casa y la secuestraron junto a su padre y su madre embarazada en septiembre de 1976. Las Abuelas la localizaron cuando ten¨ªa 17 a?os y en su DNI figuraba como Daniela Furci, supuesta hija del exagente de inteligencia Miguel ?ngel Furci y su esposa, sus apropiadores. La prueba forzosa de ADN confirm¨® que era hija de desaparecidos, pero le cost¨® aceptarlo. "No quer¨ªa ni pensar en eso, era demasiado doloroso, tard¨¦ 20 a?os en aceptar mi identidad", dice Zaffaroni en la celebraci¨®n del trig¨¦simo cumplea?os del BNDG. "Pero me gustase o no la verdad, con el an¨¢lisis no hab¨ªa dudas. Quedaba en m¨ª aceptarla", contin¨²a. S¨®lo cuando fue madre logr¨® construir un v¨ªnculo con su familia biol¨®gica.
Alejandro Sandoval Fontana fue a¨²n m¨¢s all¨¢. En 2006 no s¨®lo se opuso a la extracci¨®n de sangre sino que incluso intent¨® hacer trampa con la complicidad de su apropiador, el exgendarme V¨ªctor Rei, quien le llam¨® desde el penal en el que estaba detenido desde 2004. "Me dijo que en 48 horas me iban a hacer un allanamiento y me dio una toalla, un peine, una remera y un cepillo de dientes", dice Sandoval Fontana. No sabe explicar por qu¨¦, pero en ese momento se puso a peinar a un perro que hab¨ªa all¨ª y a lavarle los dientes con el cepillo del que cre¨ªa su padre y esa acci¨®n, sumada a irregularidades en el protocolo, oblig¨® a realizar un nuevo allanamiento, del que Rei no lo previno. El resultado confirm¨® que era hijo de Liliana Celia Fontana Deharbe y Pedro Fabi¨¢n Sandoval, secuestrados en julio de 1977, con su madre embarazada de dos meses y medio.
Alejandro se encontr¨® por primera vez con su familia a los 28 a?os, tres semanas despu¨¦s del resultado positivo del BNDG. Pero en el juicio por su apropiaci¨®n, tres a?os despu¨¦s, Rei a¨²n manten¨ªa que ¨¦l era su hijo adoptivo, lo que llev¨® a Alejandro a cambiar de opini¨®n e ir voluntariamente al Banco para someterse a un an¨¢lisis de sangre. El resultado tumb¨® definitivamente la mentira. "Brot¨¦ de felicidad y llam¨¦ a casa de la abuela Chela, que me pas¨® al abuelo. 'Bueno, ves, ahora yo s¨ª s¨¦ que sos mi nieto', me dijo", recuerda.
La fiabilidad de las pruebas gen¨¦ticas las vuelve irrefutables para la justicia, para los nietos apropiados y tambi¨¦n para el conjunto de la sociedad argentina, que con cada restituci¨®n pone en su lugar una nueva pieza del rompecabezas macabro que ide¨® la dictadura. "El Banco y la Conadi son organismos creados por el Estado que cometi¨® un delito para reparar ese delito", dice Herrera Pi?ero, convencida de que la ciencia tambi¨¦n es pol¨ªtica y en este caso juega un rol fundamental para que Argentina conozca la verdad y pueda juzgar los cr¨ªmenes perpetrados durante los a?os m¨¢s oscuros del pa¨ªs.
La titular del BNDG est¨¢ convencida de que encontrar¨¢n m¨¢s nietos en los pr¨®ximos a?os. Sabe que algunos tienen dudas sobre su identidad, pero esperan a que mueran sus apropiadores para presentarse ante el Banco y as¨ª evitar que sean juzgados, como hizo Mart¨ªn Ogando Montesano. "Esperan a que fallezcan, pero en ese caso se pueden encontrar que tambi¨¦n fallecieron sus abuelos, o un hermano, los t¨ªos... y s¨®lo les queda un familiar lejano", lamenta. Las Abuelas de Plaza de Mayo, ya nonagenarias, los recibir¨¢n hasta el ¨²ltimo de sus d¨ªas con los brazos abiertos.
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