¡°Hay demasiada ira pol¨ªtica en este pa¨ªs¡±

Pasaban unos minutos de las siete de la ma?ana y se empezaron a o¨ªr los disparos. A Raimon Johnson le agarr¨® el tiroteo cuando enfilaba la calle Monroe para empezar su turno en la cafeter¨ªa en la que trabaja; a Viola Miller, una vecina de la zona, cuando rezaba en su casa, como cada ma?ana, por su familia y por Am¨¦rica; y al padre John Roddy, de la iglesia Santa Margarita de Escocia, ahora acordonada por la polic¨ªa, cuando se dispon¨ªa empezar la jornada: este martes hab¨ªa misa especial, tambi¨¦n rezo de la Biblia en grupo.

El barrio de Alexandria (estado Virginia) sacudido este martes por el tiroteo contra unos congresistas que jugaban al b¨¦isbol es una tranquila sucesi¨®n de casas de jardines cuidados y porches de madera blanca, que cumple los preceptos de una postal de aquel amanecer estadounidense de los anuncios optimistas de Reagan ("Amanece en en Am¨¦rica", dec¨ªa), con canastas de baloncesto junto al garaje y se?ores que arreglan su jard¨ªn desde temprano. Pero justo despu¨¦s despu¨¦s del ataque, sin un m¨®vil confirmado, los vecinos que se dejaban vez por sus terrazas ya dec¨ªan muy claro que todo se deb¨ªa al venenoso ambiente pol¨ªtico. La convicci¨®n en s¨ª revela que algo en esa postal del amanecer americano no marcha bien.

"O¨ª muchos disparos, muchos, aqu¨ª hay alg¨²n incidentes de vez en cuando, pero estos eran muchos disparos, pam, pam, pam, pam, pam... Quis¨¦ ir al Walgreens, pero a¨²n no estaba abierto, y me met¨ª en un Deli, bajaron las persiana y esperamos. O¨ªa gritos y enseguida coches, daba miedo, s¨ª da miedo," contaba Johnson, ya al otro lado del cord¨®n, cuando se marchaba de la zona.

Para entonces, el sospechoso ya hab¨ªa sido arrestado. Un rato despu¨¦s se sabr¨ªa que era un tipo de 66 a?os llamado James T. Hodgkinson del Estado de Illinois, muerto tras ser abatido. Los guardaespaldas se hab¨ªan lanzado a proteger a los congresistas en medio de la confusi¨®n. En el barrio se especulaba si los pol¨ªticos atacados eran realmente el objetivo esta ma?ana en Alexandr¨ªa, una ciudad a tan solo 20 minutos de Washington en coche.

"Am¨¦rica ha perdido el sentido de lo que est¨¢ bien y lo que est¨¢ mal, ese es el problema, hay un clima muy malo, los dem¨®cratas tienen que superar el resultado de las elecciones. Yo no vot¨¦ a Barack Obama, gan¨® y tir¨¦ adelante, es lo que hay que hacer", explicaba el due?o de una preciosa casa junto al cord¨®n policial, que prefiere no revelar su nombre. Estaba trabajando en su patio cuando comenz¨® la balacera. "Empez¨® alg¨²n disparo, luego dir¨ªa que fueron 30 o 50, proces¨¦ que era algo grave", dijo, aunque asegura que no sinti¨® p¨¢nico alguno. "Tengo 62 a?os, este no es el primer tiroteo de mi vida", recalca.

Como ocurre cada vez que se produce una balacera, hoy en Estados Unidos se hablar¨¢ de nuevo sobre limitar la posesi¨®n armas, un derecho muy identificado con la libertad individual de los americanos, su potestad para la autodefensa. ¡°Esto no es culpa de las armas, si ese hombre quer¨ªa matar a un pol¨ªtico, si no tiene un fusil agarrar¨¢ un bate de b¨¦isbol, lo que pasa es que hay demasiada ira pol¨ªtica, muy alentada por la izquierda¡±, criticaba el padre John. Para Viola Miller, una jubilada de 71 a?os que vive junto a la casa parroquial, ¡°mucha de la gente que comete esas barbaridades no son propietarios de armas, sino que las ha robado o las tiene de forma ilegal, el problema es otro¡±, recalcaba.

Hubo cinco heridos este martes en Alexandr¨ªa, uno de ellos, un l¨ªder del grupo republicano en la C¨¢mara de Representantes, Steve Scalise, en estado cr¨ªtico. La calle se llen¨® de polic¨ªa y prensa. Los vecinos, escasos, empezaron a meterse de nuevo en sus casas. Lo que ocurre, dec¨ªa Viola Miller, "es que hay mucho enfado con los pol¨ªticos, yo rezo por Am¨¦rica y por ellos cada d¨ªa", dijo antes de marcharse.