La nueva coalici¨®n de May provoca turbulencias en Irlanda del Norte

En una inusual comparecencia ante el n¨²mero 10 de Downing Street, los dirigentes del Sinn F¨¦in (antiguo brazo pol¨ªtico del IRA) reclamaron el jueves a la primera ministra, Theresa May, que su pacto de Gobierno con los unionistas radicales del DUP no ponga en cuesti¨®n los acuerdos del Viernes Santo que sellaron la paz en Irlanda del Norte despu¨¦s de m¨¢s de tres d¨¦cadas de violencia sectaria. ¡°Le hemos dicho muy directamente que est¨¢ rompiendo el acuerdo de Viernes Santo¡±, dijo el l¨ªder del Sinn F¨¦in, Gerry Adams.

La primera ministra, cuya minor¨ªa parlamentar¨ªa en Westminster precisa de los votos de los protestantes radicales para salir adelante, trat¨® de garantizar la ecuanimidad de su Gobierno frente a un escenario norirland¨¦s que exige la participaci¨®n mixta en el Gobierno de los antiguos enemigos unionistas y republicanos para salir adelante.

La aprensi¨®n expresada ante Theresa May por el abanico de partidos norirlandeses convocados el jueves en Londres (desde el Sinn F¨¦in hasta los protestantes moderados del SDLP, pasando por el multiconfesional Partido de la Alianza) responde al car¨¢cter ultranacionalista del DUP, cuyos diez diputados aparecen como esenciales para apuntalar a la primera ministra en el Parlamento.

El propio ex primer ministro conservador brit¨¢nico John Major, bajo cuya ¨¦gida se fraguaron los acuerdos del Viernes Santo que zanjaron un conflicto de d¨¦cadas en el que murieron 3.500 personas, ha advertido sobre cualquier subversi¨®n de aquel pacto de Gobierno compartido que buscaba zanjar las heridas entre las dos comunidades enfrentadas de cat¨®licos y protestantes.

El DUP y el Sinn F¨¦in, anta?o enemigos declarados, se han entendido bien a lo largo de los ¨²ltimos a?os de Gobierno compartido y bajo el respectivo liderazgo del reverendo protestante Ian Paisley y del cat¨®lico (y exmiembro del IRA) Martin McGuinness, ambos fallecidos hoy.

Pero las recientes elecciones en esa autonom¨ªa no lograron traducirse en un Gobierno de consenso, que sigue pendiente de que se produzca alg¨²n tipo de acuerdo. El pr¨®ximo 29 de junio es t¨¦cnicamente la fecha en la que el Gobierno de Londres deber¨ªa asumir los poderes de la provincia en caso de que los interlocutores norirlandeses no arribaran a un acuerdo de Gobierno compartido.

Pragmatismo

La letra peque?a del acuerdo de May con el DUP indica, sin embargo, que los unionistas han centrado sus reclamaciones en mayores inversiones estatales en la provincia, y al margen de las cuestiones partidistas locales que pretenden resolver internamente y sin la intermediaci¨®n de Londres.

Incluso en la cuesti¨®n del Brexit, cuya causa hizo propia el DUP, el pragmatismo imperar¨¢ en las posiciones de los unionistas radicales, defensores sin embargo de una frontera ¡°suave¡± con la Rep¨²blica de Irlanda (miembro de la UE que en su d¨ªa adopt¨® el euro) porque las cuestiones econ¨®micas y de intercambios comerciales reinan por encima de cualquier otra consideraci¨®n.

El ¡°miedo y ansiedad¡± con que el Sinn F¨¦in, el principal partido de los cat¨®licos de Irlanda del Norte, ha admitido encarar la alianza entre Theresa May y la l¨ªder de los 10 diputados del DUP en Westminster, Arlene Foster, acabar¨¢ diluido, seg¨²n los analistas, por las reclamaciones tan s¨®lo econ¨®micas del sector m¨¢s extremo de los protestantes norirlandeses, que busca aprovechar un inesperado y ventajoso momento pol¨ªtico.