Una diputada que da esperanza al futuro de ?frica
La gambiana Fatoumata Jawara, torturada en las c¨¢rceles de Jammeh, asegura no querer venganza, ¡°pero s¨ª justicia¡±
La desnudaron, la golpearon hasta casi matarla y llamaron a una decena de hombres para que asistieran a la humillaci¨®n. Entonces ella les dijo, con un hilo de voz, que iba a morir sobre aquella mesa si la violaban. Un a?o despu¨¦s de aquel horror que vivi¨® en una l¨®brega habitaci¨®n de los servicios de inteligencia del Estado, Fatoumata Jawara se ha convertido en flamante diputada en la Asamblea Nacional de Gambia y miembro del Parlamento Panafricano. ¡°Quiero justicia, no venganza. Puedo perdonar a quienes me hicieron todo aquello, pero deben reconocerlo, decir la verdad¡±, asegura esta mujer de 30 a?os y madre de tres hijos que se ha convertido en el rostro de un nuevo pa¨ªs que emerge sobre las cenizas del r¨¦gimen dictatorial de Yahya Jammeh, hoy exiliado en Guinea Ecuatorial.
Tras pasar ocho meses en la c¨¢rcel, Jawara regres¨® en diciembre pasado a su modesta casa de planta baja con un enorme patio en Talinding, un barrio popular de la capital gambiana atravesado por calles de arena. Jammeh estaba a¨²n en el poder, pero su derrota electoral, que abri¨® las puertas de las c¨¢rceles a los presos pol¨ªticos, anunciaba ya su partida, que tuvo lugar en enero, apremiado por la amenaza de una intervenci¨®n militar de sus vecinos africanos. Despu¨¦s, las elecciones legislativas del 6 de abril alumbraron un Parlamento controlado por los antiguos opositores de la UDP (31 de los 53 esca?os) y dirigido por otra mujer, Mariama Diack Denton. Fatoumata Jawara se convert¨ªa en diputada.
¡°No ha sido f¨¢cil llegar hasta aqu¨ª. Durante ocho meses no pude ver a mis hijos, que lloraban d¨ªa y noche. Estaba aislada en una celda, orin¨¦ sangre durante semanas a consecuencia de los golpes. A¨²n hay cosas que no puedo contar ni explicar, es un trauma que no he superado¡±, asegura con gesto amargo. Con s¨®lo 16 a?os se hab¨ªa quedado fascinada por la figura de Ouseinou Darboe, l¨ªder opositor y actual ministro de Exteriores gambiano, su aut¨¦ntico mentor quien tambi¨¦n por la c¨¢rcel en varias ocasiones. ¡°Mi familia me dec¨ªa que no siguiera a los pol¨ªticos, que iba a acabar mal. Pero yo ve¨ªa muchas cosas que hab¨ªa que cambiar en este pa¨ªs¡±, explica. ¡°Rezo cada d¨ªa para que lo que yo pas¨¦ no vuelva a suceder. Nunca m¨¢s¡±.
En la actualidad, la diputada trabaja en el Parlamento en la reforma de la Ley de Prensa porque ¡°los periodistas no tienen reconocido ning¨²n derecho¡± y en la renovaci¨®n de las fuerzas del orden. ¡°Los soldados de la Misi¨®n de?Comunidad Econ¨®mica de Estados de ?frica Occidental (CEDEAO) en Gambia (Ecomig) deben quedarse m¨¢s tiempo y ayudarnos a crear un nuevo Ej¨¦rcito, una nueva Polic¨ªa¡±. Las tropas africanas, lideradas por Senegal, a¨²n hacen frente a cierta resistencia de partidarios del antiguo r¨¦gimen dictatorial. La tensi¨®n es especialmente fuerte en Kanilai, el pueblo natal de Jammeh, donde el pasado 2 de junio falleci¨® un hombre a consecuencia de un disparo en el abdomen cuando se manifestaba pidiendo la retirada de dichas tropas.
As¨ª, con avances y retrocesos, se construye la nueva Gambia. Excluida de momento la opci¨®n de solicitar la extradici¨®n del dictador, el Gobierno trabaja en varios frentes con no pocas dificultades presupuestarias que se notan en los habituales cortes de luz que sufre la capital, m¨¢s que en la ¨¦poca anterior, y los problemas de abastecimiento de agua. Una investigaci¨®n abierta por el Ministerio de Justicia ha cuantificado ya la dimensi¨®n del dinero robado por Jammeh antes de su precipitada salida del pa¨ªs, 45 millones de euros, y ha congelado 88 cuentas bancarias a su nombre o de las 14 empresas que controlaba.
Para hacer frente a los desaf¨ªos presupuestarios, la Gambia de Adama Barrow cuenta con el sost¨¦n de su vecino senegal¨¦s y el apoyo de nuevos aliados con quienes la relaci¨®n se hab¨ªa enfriado en los ¨²ltimos a?os, especialmente la Uni¨®n Europea que ha desbloqueado una primera partida de 225 millones de euros para ayudar a la transici¨®n, que debe durar tres a?os. El regreso a la Commonwealth y el respaldo gambiano a la Corte Penal Internacional, de la que Jammeh anunci¨® la retirada, apuntalan la reconexi¨®n internacional del pa¨ªs.
Mientras el Gobierno trabaja a su ritmo en la creaci¨®n de una comisi¨®n de la Verdad y la Reconciliaci¨®n, las v¨ªctimas de la dictadura se organizan. Fatoumata Jawara expresa que le gustar¨ªa ¡°que Jammeh sufra lo que hemos sufrido nosotros¡±. Por su parte, Phateema Sandeng, hija del opositor Solo Sandeng cuyo asesinato en abril del a?o pasado fue uno de los factores que desencaden¨® el vuelco electoral, asegura estar ¡°feliz de volver a mi pa¨ªs, de empezar de nuevo. Nunca sabes lo fuerte que puedes llegar a ser hasta que vives algo as¨ª, la muerte de tu padre, el exilio¡±. Aisatu Kanji, esposa del opositor Kaniba Kanyi, desaparecido en el agujero negro de las c¨¢rceles del r¨¦gimen en 2006, le dijo durante a?os a su hijo Abdoulsalam que su padre hab¨ªa emigrado a Europa. ¡°Pero ahora ya sabe. Y est¨¢ orgulloso de ¨¦l¡±.
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