Las v¨ªctimas cuentan la pesadilla del incendio de la torre de Londres
Los vecinos del edificio Grenfell relatan c¨®mo escaparon y ayudaron a otros a salir. Residentes como Khadija, Anthony o Nura no lograron huir de las llamas
¡°Por favor, rezad por m¨ª, hay un incendio en el bloque y no puedo salir del piso. Rezad por m¨ª y por mi madre¡±, es el mensaje que Khadija Saye colg¨® en su cuenta de Facebook a las 3 horas de madrugada del mi¨¦rcoles, mientras las llamas segu¨ªan devorando la torre Grenfell de Londres. Nada se ha vuelto a saber de esta artista de 24 a?os, que resid¨ªa en uno de los apartamentos del piso 20, desde que lanzara la desesperada misiva al saberse atrapada junto con su progenitora, Mary. Una espesa capa de humo les imped¨ªa salir del inmueble de 24 plantas, que acab¨® ardiendo como una tea.
El ¨²ltimo balance del siniestro, de este mismo s¨¢bado, cifra en al menos 58 el n¨²mero de muertos. Aunque la Polic¨ªa Metropolitana teme que acabe siendo m¨¢s elevada y avisa de que quiz¨¢ nunca sea posible identificar a todos los fallecidos en el edificio, cuya normativa de seguridad ha sido gravemente cuestionada. A la espera de los muchos interrogantes a los que deber¨¢ responder la investigaci¨®n oficial, los testimonios de varios supervivientes, de sus familiares y amigos, esbozan el relato de c¨®mo los vecinos del inmueble vivieron aquella pesadilla.
Las autoridades no han aventurado ning¨²n indicio sobre las causas del incendio, pero la hip¨®tesis principal es que se origin¨® en el apartamento de Behailu Kebede, en la cuarta planta. En la madrugada del mi¨¦rcoles, este taxista et¨ªope, de 44 a?os y que lleva residiendo tres lustros en Reino Unido, llam¨® a la puerta de su vecino Abdul. ¡°Nos dijo que ten¨ªamos que salir porque hab¨ªa fuego en su apartamento. Su amigo a?adi¨® que la nevera hab¨ªa explotado, pero los dos parec¨ªan tranquilos¡±, relata Abdul. Maryann Adam, otra residente, ha explicado a la prensa brit¨¢nica que fueron los vecinos quienes la despertaron, porque no son¨® ninguna alarma contra incendios. Y ello a pesar de que ella misma pudo ver un fuego ¡°peque?o¡± en el piso de Kebede. Cuando las llamas ¡ªque todav¨ªa no se sabe si procedieron de ese u otro punto¡ª comenzaron a propagarse con rapidez, Paul Munark se precipit¨® escaleras abajo desde la s¨¦ptima planta y logr¨® escapar. "Las alarmas antiincendios no saltaron dentro del edificio¡±, ha corroborado tambi¨¦n.
Looking for our dear friend Khadija Saye who lives 20th floor of Grenfell Tower on fire this morning she always wears this Africa necklace. pic.twitter.com/EtosIJAwfj
— Nicola Green (@NicolaGreenArt) June 14, 2017
Miguel Alves y su joven vecino Khalid Ahmed seguramente salvaron varias vidas al golpear fren¨¦ticamente cuantas puertas pudieron para alertar sobre el fuego a los residentes que estaban durmiendo. El primero se encontr¨® con el incendio al llegar muy tarde a su casa tras una cena familiar, mientras que el segundo segu¨ªa despierto a esas horas porque hab¨ªa estado esperando la ca¨ªda del sol para comer algo, en cumplimiento del Ramad¨¢n. Muchas familias residentes en este bloque multicultural son musulmanas que, por el mismo motivo que Khalid, no se hab¨ªan acostado todav¨ªa cuando el fuego comenz¨® a propagarse. El p¨¢nico y el caos se hicieron presa de los habitantes de la torre que albergaba 120 viviendas, pero tambi¨¦n despunt¨® la solidaridad de much¨ªsimos vecinos. Como Sidani Atmani, de 41 a?os, que no abandon¨® el piso 15 hasta localizar a un hombre discapacitado para ayudarle a bajar las escaleras. ¡°Incluso hubo gente que volvi¨® a subir hacia donde estaba el fuego para asistir a otros¡±, ha relatado.
La torre Grenfell, a pesar de estar ubicada en un barrio acomodado del oeste de la ciudad (Notting Hill, distrito de North Kensington), inclu¨ªa pisos de protecci¨®n oficial y el perfil de los vecinos era en su mayor¨ªa muy modesto. El sirio Mohammed Alhajali, de 23 a?os, resid¨ªa en una de las viviendas de la planta 14 desde que fue acogido en el pa¨ªs como refugiado hace tres a?os. Su nombre fue el primero en divulgarse entre las v¨ªctimas mortales. Este estudiante de ingenier¨ªa intent¨® huir escaleras abajo junto a su hermano Omar pero el humo les separ¨® e impidi¨® a Mohammed seguir m¨¢s all¨¢ del piso 13. Regres¨® entonces a su apartamento para hacer una llamada de despedida cuando las llamas ya le estaban alcanzando: ¡°Por favor, ay¨²dame. D¨ª a mi familia que les quiero¡±, le dijo muy asustado a su interlocutor, un amigo que no ha facilitado su nombre. Omar, dos a?os mayor, est¨¢ hospitalizado y se recupera bien de sus heridas.
Como este joven, que despu¨¦s de sobrevivir al r¨¦gimen de Bachar el Asad y a la guerra siria, sucumbi¨® al incendio, otros vecinos atrapados en sus pisos intentaron contactar desesperados con el exterior. Anthony Disson, de 65 a?os, llam¨® a unos amigos desde el ba?o de su piso de la planta 22. Le recomendaron que se envolviera en una s¨¢bana e intentar¨¢ salir, pero dijo que el suelo estaba demasiado caliente. Al filo de las 4 de la madrugada habl¨® con otro amigo: ¡°D¨ª a mis hijos que les quiero¡±, le pidi¨®. Su vecina Ranya Ibrahim envi¨® a sus allegados un mensaje de Snapchat con la misiva ¡°Perdonadme todos. Adi¨®s¡±. Nura Jamal, madre de dos peque?os, gritaba en su ¨²ltima llamada: ¡°El fuego est¨¢ aqu¨ª, vamos a morir¡± .
Frente a ese espantoso relato, han ejercido de peque?o b¨¢lsamo para el p¨²blico algunos episodios de supervivencia casi milagrosa. Como el de Elpidio Bonifacio, un abuelo casi ciego a quien la televisi¨®n film¨® cuando ped¨ªa ayuda desde la ventana. Fue rescatado 12 horas despu¨¦s de que se declarara el incendio y cuando parec¨ªa asumido que ya no se pod¨ªa localizar a nadie vivo. O como el del beb¨¦ lanzado por su madre desde una ventana del d¨¦cimo piso y al que un hombre pudo atrapar ¡ªy salvar¡ª en la ca¨ªda.
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