Los republicanos aplazan la votaci¨®n de la reforma sanitaria en el Senado por su desacuerdo interno

La votaci¨®n de la reforma sanitaria tuvo que aplazarse este martes en el Senado, pese a que los republicanos controlan la c¨¢mara, porque al menos cinco de ellos pensaban pronunciarse en contra. La propuesta elevar¨ªa el n¨²mero de ciudadanos sin cobertura sanitaria de los 28 millones que hay en la actualidad hasta los 49 millones (el 15% de la poblaci¨®n) en el plazo de 10 a?os, seg¨²n el informe de la Oficina Presupuestaria del Congreso, un organismo independiente. Una de las promesas estelares de Donald Trump, demoler el sistema impulsado por Obama en 2010, se tamblea por las propias divisiones internas. Aun as¨ª, el presidente se reuni¨®con los senadores republicanos por la tarde, justo despu¨¦s del sonado aplazamiento, asegur¨® que est¨¢n "muy cerca" del consenso.

Los republicanos est¨¢n de acuerdo en lo que no quieren, pero no logran consensuar el reemplazo. El debate interno muestra las diferencias entre los conservadores moderados y los al¨¦rgicos a los impuestos, enemigos declarados de todo lo que huela a Obamacare. Los primeros quieren salvar buena parte de Medicaid, la cobertura de las clases trabajadoras y los desfavorecidos, y est¨¢n preocupados por los efectos que estos tenga en sus territorios ¡ªdonde hay muchos votantes del propio Trump¡ª, mientras que los segundos sacan brillo a cifras con las que tambi¨¦n creen que pueden contentar al electorado trumpista: el ahorro de dinero p¨²blico de esta reforma permitir¨¢ las rebajas fiscales.

La actual propuesta legislativa recortar¨¢ el d¨¦ficit p¨²blico federal en 321.000 millones de d¨®lares en el plazo de 10 a?os y dejar¨ªa ganadores y perdedores claros. El programa Medicaid es el que cargar¨ªa con el mayor peso del ahorro (772.000 millones de d¨®lares hasta 2026), seguido de los menores cr¨¦ditos fiscales (408.000 millones), con el fin de compensar la ca¨ªda de ingresos en otros cap¨ªtulos, como la eliminaci¨®n o retraso de impuestos en personas de altos ingresos o algunas tarifas impuestas a las empresas del sector, lo que borrar¨¢ 541.000 millones de d¨®lares de las arcas p¨²blicas.

Los dem¨®cratas han puesto el grito en el cielo con estos n¨²meros, as¨ª como muchas asociaciones?de corte progresista, ya que la legislaci¨®n poda la sanidad p¨²blica o accesible en un pa¨ªs que, pese a ser la primera econom¨ªa del mundo, sufre un grave problema de desigualdad y salud: la diferencia en la esperanza de vida puede ser de hasta 20 a?os en funci¨®n de en qu¨¦ estado hayas nacido y las causas socioecon¨®micas y raciales explican el 60% de esta brecha. El problema es que la nueva legislaci¨®n en debate tambi¨¦n se encuentra con el no de algunos del partido que la impulsan.

La reforma ha pasado ya por varias versiones, desde la primera presentada por Donald Trump, pasando por la aprobada el pasado 6 de mayo por la C¨¢mara de Representantes y la que ahora se encuentra en el Senado, pero no hay cambios dr¨¢sticos en lo mollar ni tampoco en los c¨¢lculos que ha hecho la Oficina Presupuestaria de los efectos que tendr¨ªa cada uno de estos textos, por una parte en las personas y, por otra, en los d¨®lares contantes y sonantes.

El principal autor de la propuesta, el l¨ªder de la mayor¨ªa republicana en el Senado, Mitch McConnell, intentaba que se vote antes de las vacaciones del 4 julio, pero no es f¨¢cil porque el Partido Republicano podr¨ªa condenarla al fracaso. Los conservadores controlan la c¨¢mara con una mayor¨ªa de 52 puestos, frente a los 48 dem¨®cratas, pero eso no sirve cuando hay cinco de los propios republicanos que hab¨ªan advertido de su oposici¨®n, como los senadores?Susan Collins (Maine), Rand Paul (Kentucky), Dean Heller (Nevada), Ron Johnson (Winsconsin) y Mike Lee (Utah).

"Vamos a hablar y vamos a ver lo que podemos hacer. Estamos muy cerca", dijoTrump. "Realmente no tenemos otra opci¨®n que resolver esta situaci¨®n, porque Obamacare es un desastrel", a?adi¨®. La batalla de esta reforma sanitaria, contrarreforma de la de Obama, sigue abierta.