La magn¨¦tica espontaneidad del primer ministro
El mandatario luxemburgu¨¦s Xavier Bettel se vale de un estilo cercano y directo alejado del habitual discurso pol¨ªtico vac¨ªo
Liderar un pa¨ªs peque?o tiene sus inconvenientes. En pleno renacimiento del eje franco-alem¨¢n, las voces amplificadas de Emmanuel Macron y Angela Merkel dejan poco margen para que otros gobernantes europeos dispongan de decibelios propios en el debate continental. Viktor Orban y sus habituales desaf¨ªos contra el proyecto comunitario desde Budapest tal vez sean la inc¨®moda excepci¨®n. Pero en Luxemburgo, el segundo pa¨ªs m¨¢s peque?o de la UE tanto en poblaci¨®n como en superficie ¡ªpoco m¨¢s de medio mill¨®n de habitantes, solo por encima de Malta¡ª puede que esa relativa ausencia de escrutinio milim¨¦trico sobre sus palabras facilite al primer ministro, Xavier Bettel, el uso de un discurso que destila autenticidad y no se deja arrastrar por la corriente de la historia.
As¨ª lo demostr¨® durante un encuentro con periodistas en la capital centroeuropea en el que trat¨® un amplio abanico de temas. Dej¨® su impronta, en primer lugar, con un pron¨®stico menos optimista sobre el futuro entendimiento Merkel-Macron: "No creo que sean hermanos mellizos durante los pr¨®ximos cinco a?os". Bettel utiliz¨® con humor un eufemismo para referirse a lo que habr¨ªa pasado si Macron hubiera sido derrotado. "Con Marine Le Pen habr¨ªa habido... menos armon¨ªa", dijo. Y a continuaci¨®n reconoci¨® al ahora inquilino del El¨ªseo la capacidad de haber sabido dotarse de un aura cargada de audacia, al menos en la escenificaci¨®n. "Nunca hab¨ªa visto a un l¨ªder poner la novena sinfon¨ªa de Beethoven tras ser elegido".
La visi¨®n de Bettel sobre el gasto militar choca con la postura de la mayor¨ªa de socios de la OTAN, que desde la elecci¨®n de Donald Trump han recibido la reprimenda del presidente norteamericano por no cumplir con su compromiso de dedicar al menos el 2% del presupuesto al ej¨¦rcito para afrontar amenazas como las crisis ucrania y Siria, la tensi¨®n con Rusia, el terrorismo o los ciberataques. "Cuando [Trump] repet¨ªa que hay que gastar el 2% fui muy honesto con ¨¦l. Yo invierto en la gente. Somos uno de los pocos pa¨ªses que dedica el 1% a cooperaci¨®n al desarrollo. La mejor manera de prevenir conflictos es dar esperanza a la gente". Luxemburgo es, con diferencia, el pa¨ªs con menos gasto militar de la Alianza.
Tambi¨¦n ech¨® en cara a Trump su salida del acuerdo clim¨¢tico de Par¨ªs. "Si debe haber consenso en algo es en el medio ambiente. Puede ser una buena decisi¨®n de cara a su electorado pero no para las futuras generaciones. Vi al se?or Trump y se lo dije. Ten¨ªa que aprovechar la oportunidad, no lo tengo todos los d¨ªas al tel¨¦fono", ironiz¨®. El pol¨ªtico luxemburgu¨¦s dijo sentirse aliviado tras una visita a China en la que el presidente Xi Jinping le asegur¨® que no abandonar¨ªan el pacto. "Mi mayor pesadilla era que hubiera un efecto domin¨®".
Bettel admite que mantiene una qu¨ªmica especial con los otros l¨ªderes del Benelux, el holand¨¦s Mark Rutte y el belga Charles Michel. Sobre las malas pr¨¢cticas que han situado a Luxemburgo como para¨ªso fiscal para las grandes multinacionales durante a?os, lejos de reconocer el problema, responde a la defensiva. "Cada uno decide sobre sus impuestos. Los alimentos aqu¨ª tienen un IVA de solo el 3% y en otros est¨¢ al 21%. Es una elecci¨®n pol¨ªtica. Nunca hemos sido un para¨ªso fiscal".
Su condici¨®n de primer jefe de Gobierno homosexual de la Uni¨®n Europea en contraer matrimonio en pleno mandato ¡ªsu pareja, el belga Gauthier Destenay, trabaja como arquitecto¡ª le ha granjeado una fama poco habitual para el l¨ªder de un pa¨ªs peque?o. La escasa oposici¨®n con la que logr¨® aprobar la ley de matrimonio homosexual en un estado tradicionalmente cat¨®lico le ha llevado a ser consultado sobre la cuesti¨®n. "Renzi me dijo, Xavier ¡ªdice alargando la ¨²ltima vocal de su nombre para imitar el acento italiano de Renzi¡ª, no logro aprobar las bodas homosexuales. No tengo mayor¨ªa por el tema de las adopciones", relata. Y prosigue: "Le dije que sacara las adopciones de la ley. Y me respondi¨®: "no estar¨¢ completa". Le recomend¨¦ que es mejor ir paso a paso. Si apruebas las bodas ahora la gente ver¨¢ que no hay drama y en dos o tres a?os tendr¨¢s las adopciones". Finalmente, la ley aprobada por Italia en febrero excluy¨® la posibilidad de que uno de los miembros de la pareja adopte a los hijos naturales del c¨®nyuge.?
Bettel, que cada a?o recuerda en Twitter el aniversario de su boda ¡ªcelebrada en 2015¡ª, aparece como uno m¨¢s de los miembros de una generaci¨®n de l¨ªderes que optan por la naturalidad en su comunicaci¨®n externa. La espontaneidad como estilo pol¨ªtico que cultivan dirigentes como el canadiense Justin Trudeau, que particip¨® en el desfile del Orgullo Gay con la bandera del arcoiris pintada en la mejilla y luciendo unos calcetines con mensajes de felicitaci¨®n para los musulmanes por el fin del Ramad¨¢n, o en el otro extremo del arco pol¨ªtico y con un tono mucho m¨¢s agresivo, el estadounidense Donald Trump con su fren¨¦tica actividad en redes sociales. Unos usos desconocidos en pol¨ªticos como la brit¨¢nica Theresa May, la alemana Angela Merkel o el espa?ol Mariano Rajoy.
Long standing friendship between #Canada and #Europe pic.twitter.com/eIMGOCjQbY
— Xavier Bettel (@Xavier_Bettel) May 25, 2017
En el caso de Bettel, la menor repercusi¨®n de Luxemburgo en el tablero internacional puede tener algo que ver en su mayor libertad a la hora de expresarse. Hay periodistas que prefieren acudir a las semivac¨ªas ruedas de prensa de l¨ªderes de pa¨ªses m¨¢s peque?os tras una cumbre europea. Han estado tan presentes en torno a la mesa como Merkel, Macron o May pero, a priori, pueden permitirse aportar m¨¢s detalles. Est¨¢n menos encorsetados porque no se presta tanta atenci¨®n a sus palabras.
La facilidad para conectar del primer ministro luxemburgu¨¦s aumenta gracias a su ret¨®rica, poco dada al discurso vac¨ªo y rica en an¨¦cdotas. Antes de despedirse record¨® una de ellas. Cuando todav¨ªa no era primer ministro fue invitado a un evento por un pa¨ªs cuyo nombre prefiere obviar. Bettel coment¨® a los organizadores que ir¨ªa acompa?ado por su pareja, un hombre, y le sugirieron que le registrara en el formulario como su asistente pol¨ªtico. "Prefiero tener la reputaci¨®n de ser gay que la de acostarme con mis empleados", respondi¨®.
When visiting another country, gay Luxembourg PM @Xavier_Bettel was asked to call his partner his assistant. Here's his answer #EconPride pic.twitter.com/0ABmJF5Rhe
— The Economist (@TheEconomist) March 23, 2017
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