Temer suma a sus problemas la detenci¨®n de uno de sus pocos hombres de confianza

La noticia no podr¨ªa haber llegado en peor momento para el presidente. Temer lleva ya mes y medio luchando por salir airoso de la crisis provocada por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y el nuevo obst¨¢culo que tiene delante es especialmente delicado: el fiscal general Rodrigo Janot le denunci¨® la semana pasada ¨Cla primera vez que se denuncia a un presidente por estos cr¨ªmenes¨C y la forma m¨¢s limpia de apagar ese incendio es convencer al Congreso de que no mande esa denuncia al Tribunal Supremo, el ¨²nico con potestad de destituirlo. Para ello, debe mantener la decreciente red de apoyos que tiene en la c¨¢mara baja y, en fin, rezar para que nadie de su c¨ªrculo ¨ªntimo sea acusado de querer comprar desesperadamente el silencio de corruptos.

Sobre todo porque los dos corruptos a los que supuestamente estaba sobornando Vieira Lima son nombres pesados de las investigaciones que est¨¢n corroyendo a la clase pol¨ªtica. Uno es Eduardo Cunha, quien fuera el todopoderoso expresidente de la C¨¢mara de los Diputados, principal instigador del impeachment a Dilma Rousseff y uno de los mayores conocedores (y part¨ªcipes) de todas las corruptelas de Brasilia. Por sus conocimientos y capacidad para urdir estratagemas, en Brasilia se le tiene pavor. Y por su reputaci¨®n y la cantidad de cargos que le llevaron a la c¨¢rcel hace unos meses, en las calles se le tiene como sin¨®nimo de lo peor de las cloacas pol¨ªticas. Es una de las ¨²ltimas personas con las que Temer deber¨ªa compartir en los titulares en este momento si quiere aunque sea proyectar una imagen de inocencia, necesaria para que el Congreso bloquee su demanda.

El otro corrupto es Lucio Funero, empleado del gigante c¨¢rnico J&F: las confesiones premiadas de sus directivos fueron las que provocaron la actual crisis que asfixia a Temer desde mayo. Ahora es el turno de cargos menores como el de Funero, que ocupaba el puesto de doleiro, es decir, encargado de limpiar el dinero proveniente de transacciones il¨ªcitas. La polic¨ªa ha estudiado cientos de mensajes en los que Vieira Lima se comunica con la mujer de Funero (lo hac¨ªa con tanta frecuencia que este guard¨® en el m¨®vil el n¨²mero del pol¨ªtico como carainho, es decir ¡°pesado¡±) buscando la forma de detener la confesi¨®n.

No es el ¨²nico caso de corrupci¨®n que se asocia a Geddel Vieira Lima. El ex jefe de Secretar¨ªa tuvo que renunciar a su cargo a finales del noviembre pasado, cuando el ministro de Cultura dimiti¨® asegurando que era por su culpa: cont¨® que hab¨ªa recibido la visita de Vieira Lima y que este le hab¨ªa obligado a interceder para que un organismo aprobase la construcci¨®n de un edificio en una zona protegida de Salvador de Bah¨ªa, donde Vieira Lima hab¨ªa comprado un apartamento millonario.

Pero no es de esto de lo que se le acusa al pol¨ªtico. La detenci¨®n se ha producido dentro de la operaci¨®n Cui Bono, que investiga otra de las creativas formas en las que la clase pol¨ªtica brasile?a lograba robar de las arcas p¨²blicas. En este caso, desviaban fondos de la Caja Econ¨®mica Federal, un banco p¨²blico, y hac¨ªan que ese dinero llegase a empresas amigas, que a cambio agasajaban a los pol¨ªticos con lo que la polic¨ªa describe ¡°tratos favorables¡±.

Vieira Lima se convierte as¨ª en otro de los hombres de confianza de Temer en ser detenido. Uno fue el mism¨ªsimo Eduardo Cunha. El otro, Rodrigo Roucha Loures, fue fotografiado recogiendo una maleta con 150.000 d¨®lares de manos de un empresario corrupto, est¨¢ en prisi¨®n preventiva desde junio. El cerco alrededor del presidente se sigue estrechando.