Cientos de miles de turcos se manifiestan en Estambul por la Justicia y contra Erdogan
El l¨ªder de la oposici¨®n anuncia que continuar¨¢n las movilizaciones masivas
¡°Que nadie piense que esto culmina con esta marcha, s¨®lo ha sido un primer paso¡±. En un duro discurso en el que tach¨® al Gobierno turco de dictatorial y lo compar¨® con la Alemania de Hitler, el jefe de la oposici¨®n, Kemal Kili?daroglu, presidente de la formaci¨®n socialdem¨®crata CHP, se reivindic¨® como nuevo l¨ªder de la contestaci¨®n al pol¨¦mico presidente turco Recep Tayyip Erdogan. El mitin presidido por Kili?daroglu, que congreg¨® en Estambul a cientos de miles de personas (m¨¢s de un mill¨®n seg¨²n los organizadores), era el punto final de la Marcha de la Justicia que durante 25 d¨ªas ha llevado al pol¨ªtico centroizquierdista a recorrer los m¨¢s de 400 kil¨®metros que separan la capital del pa¨ªs, Ankara, de Estambul, el lugar donde se encuentra la c¨¢rcel en la que est¨¢ internado su compa?ero y diputado del CHP, Enis Berberoglu, condenado a 25 a?os de c¨¢rcel por filtrar a la prensa un v¨ªdeo que demostrar¨ªa que el Gobierno turco envi¨® armas a los rebeldes sirios de forma ilegal. Esta condena, que Kili?daroglu considera ¡°dictada¡± por el propio Erdogan a los tribunales, fue ¡°la gota que colm¨® el vaso¡± de la paciencia de la oposici¨®n y llev¨® al l¨ªder del CHP a iniciar su marcha.
La marcha y el mitin de Estambul han sido el primer gran pulso en la calle de la oposici¨®n al Ejecutivo turco desde la revuelta de Gezi en 2013 y han servido para visibilizar el descontento de aquellos que no apoyan a los islamistas que dirigen el pa¨ªs desde hace casi tres lustros. ¡°Hemos caminado por la justicia que no existe en Turqu¨ªa, por los diputados y periodistas presos, por los profesores y acad¨¦micos despedidos, por los sectores m¨¢s pobres de Turqu¨ªa. Un Estado no puede vivir sin justicia. Por eso lo primero es la justicia, y el respeto del [Estado de] derecho. Y [actualmente] el poder judicial est¨¢ bajo el monopolio del Ejecutivo¡±, denunci¨® Kili?daroglu.
Ante ¨¦l se extend¨ªa un mar rojiblanco compuesto por miles de ense?as de Turqu¨ªa y banderines con la palabra Adalet (Justicia) ondeados por cientos de miles de manifestantes llegados desde diversas ciudades del pa¨ªs y desde todos los barrios de Estambul. ¡°En un pa¨ªs en el que no hay justicia no puede funcionar nada¡±, justifica Fuat Karakaca, un ingeniero jubilado de 77 a?os que acompa?¨® la marcha durante la ¨²ltima semana, durmiendo sobre una esterilla que cargaba a su espalda. La piel de sus brazos y cara enrojecida por el sol era la prueba de sus palabras: ¡°Hace tiempo que ten¨ªamos que haber hecho algo as¨ª, pero mejor tarde que nunca. Y yo creo que tendr¨¢ un efecto positivo¡±.
Llamamiento a la vuelta del sistema parlamentario
El l¨ªder opositor Kemal Kili?daroglu present¨® en Estambul un ¡°Llamamiento por la Justicia¡± de diez puntos, en el que inst¨® al Gobierno islamista a dejar de utilizar como excusa para sus purgas y sus maniobras pol¨ªticas el fallido intento de golpe de Estado del a?o pasado. Entre las medidas que exige la oposici¨®n est¨¢ el fin del estado de emergencia que rige en el pa¨ªs desde hace casi doce meses; la liberaci¨®n de los m¨¢s de 150 periodistas presos; la anulaci¨®n del contestado refer¨¦ndum del pasado mes de abril y la marcha atr¨¢s de la reforma constitucional aprobada en dicho plebiscito que, a partir de 2019, transformar¨¢ el sistema turco en un r¨¦gimen presidencialista. Por tanto, exige que se preserve un sistema ¡°parlamentario y democr¨¢tico¡± en el que se respete la separaci¨®n de poderes y el poder pol¨ªtico ¡°no dicte ¨®rdenes¡± a los tribunales.
Erkan Yilmaz, otro participante en el mitin, es ¨¦l mismo testigo de la situaci¨®n que se vive en Turqu¨ªa debido a su profesi¨®n, abogado: ¡°Quienes gobiernan en Turqu¨ªa cambian las leyes a su antojo a cada minuto as¨ª que a esto no se le puede llamar Estado de derecho, es una comedia¡±. Pero la protesta iniciada por el l¨ªder de la oposici¨®n le ha dado esperanza de que las cosas cambien: ¡°Porque esto no puede seguir as¨ª, no puede ser que estos bufones contin¨²en gobernando un pa¨ªs tan grande como si se tratase de su finca¡±.
Aunque entre los participantes hab¨ªa representantes de todos los sectores profesionales y sociales, en su mayor¨ªa se trataba de integrantes de la clase media laica de Turqu¨ªa, esa clase media que ha aumentado en n¨²mero durante los a?os de crecimiento econ¨®mico vividos bajo el Gobierno de Erdogan pero que, al mismo tiempo, ve atacado su estilo de vida por los islamistas. La conversi¨®n de numerosas escuelas p¨²blicas y escuelas religiosas, la retirada del estudio de la evoluci¨®n del curr¨ªculo educativo, las restricciones al consumo de alcohol, la impronta religiosa que, cada vez m¨¢s, ti?e los discursos de las autoridades turcas, asustan a la Turqu¨ªa laica, como deja claro Makbule, dependienta en una tienda de relojes y madre de dos criaturas: ¡°Estoy aqu¨ª por mis hijos, para que puedan vivir en el futuro en un pa¨ªs justo. Porque hay una persona que se quiere hacer con el control absoluto del pa¨ªs y marginar a todos aquellos que no pensamos como ¨¦l¡±.
Cada vez m¨¢s desatado, el mismo Erdogan que exige al CHP que acepte el dictamen de los tribunales y la condena a su diputado, tacha de ¡°terrorista¡± al l¨ªder del partido kurdo HDP, Selahattin Demirtas, encarcelado desde hace meses, y de ¡°golpistas¡± a los diez activistas de derechos humanos detenidos esta semana en Estambul, pese a que la Justicia todav¨ªa no se ha pronunciado sobre sus acusaciones. ¡°Erdogan dice que tal o cual persona ser¨¢ duramente castigada. ?C¨®mo lo sabe? ¡ªse pregunt¨® Kili?daroglu e inmediatamente se respondi¨®¡ª, porque ¨¦l mismo es el que da la orden a los tribunales¡±.
¡°Los que nos manifestamos somos gente normal, que ama su pa¨ªs. Representamos al 50% de la poblaci¨®n¡±, afirman Volkan y G?k?e Avci, una joven pareja de empleados de banca, haciendo referencia al resultado del plebiscito del pasado abril en el que se vot¨® una reforma constitucional que dar¨¢ amplios poderes al presidente turco pero cuyo resultado revel¨® que la sociedad del pa¨ªs euroasi¨¢tico est¨¢ dividida en dos mitades pr¨¢cticamente iguales: la de aquellos que aman a Erdogan y la de aquellos que lo odian. ¡°Si los que participamos en la Marcha de la Justicia somos terroristas ¡ªprosigue Volkan¡ª, entonces la mitad de este pa¨ªs son terroristas¡±.
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