Irak afronta el reto de la reconciliaci¨®n tras la reconquista de Mosul

¡°La lucha tal vez haya acabado, pero la crisis humanitaria no¡±, ha recordado la coordinadora humanitaria de la ONU para Irak, Lise Grande, coincidiendo con el anuncio de la liberaci¨®n de Mosul de manos del Estado Isl¨¢mico (ISIS). La derrota de ese grupo en la mayor ciudad bajo su f¨¦rula es sin duda un gran triunfo simb¨®lico. Sin embargo, para los responsables pol¨ªticos iraqu¨ªes s¨®lo marca el principio de un reto a¨²n mayor: lograr la reconciliaci¨®n nacional. Ello exige facilitar asistencia humanitaria y servicios b¨¢sicos a una poblaci¨®n traumatizada que lo ha perdido todo.

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¡°Mucha gente que ha huido ha perdido todo. Necesitan refugio, comida, atenci¨®n sanitaria, agua y equipos de emergencia. Los niveles de trauma que estamos viendo est¨¢n entre los m¨¢s altos que hemos visto. Resulta poco menos que inimaginable por lo que ha pasado la gente¡±, se?ala Grande en un comunicado.

S¨®lo hay que observar las miradas perdidas y las caras de terror de las familias que en los ¨²ltimos d¨ªas han emergido de detr¨¢s de la l¨ªnea de frente. Son la imagen misma del horror. Demacrados, sedientos, alienados¡­ los ni?os ni siquiera se sobresaltan ante las explosiones o el tableteo de las ametralladoras. Se ha convertido en el sonido de fondo bajo el que han malvivido durante los ¨²ltimos nueve meses mientras las fuerzas de seguridad iban estrechando el cerco a las huestes del ISIS.

De acuerdo con los datos que maneja la ONU, desde que el pasado 17 de octubre se lanz¨® la ofensiva para recuperar Mosul, un total de 920.000 civiles se han visto obligados a abandonar sus casas en el per¨ªmetro urbano y las poblaciones pr¨®ximas. Aunque desde la liberaci¨®n del este de la ciudad en enero hay familias que han empezado a regresar a esa orilla del r¨ªo Tigris, a¨²n quedan 700.000 desplazados, la mitad de ellos distribuidos en 19 campamentos de emergencia, donde las agencias de la ONU y las ONG apenas alcanzan a cubrir sus necesidades.

Naciones Unidas apenas ha recibido un 43 % de los 985 millones de d¨®lares (865 millones de euros) que pidi¨® para su Plan de Respuesta Humanitaria para Irak del a?o en curso. La oficina de Grande ha hecho un llamamiento urgente para que se desembolsen los 562 millones de d¨®lares restantes con el fin de poder atender a los millones de iraqu¨ªes que necesitan ayuda en todo el pa¨ªs, pero sobre todo en Mosul.

¡°Hay mucho que hacer en las pr¨®ximas semanas y meses. De los 54 barrios residenciales del oeste de Mosul, 15 est¨¢n muy da?ados y al menos 23 moderadamente da?ados¡±, eval¨²a Grande.

La ONU ha estimado que se requiere una inversi¨®n de 1.000 millones de d¨®lares nada m¨¢s que para reparar las infraestructuras da?adas, primero por el ISIS y luego por los combates. El grupo destruy¨® intencionadamente no s¨®lo iglesias cristianas y templos de otras minor¨ªas religiosas, sino bibliotecas, museos e incluso centros m¨¦dicos. El gran hospital provincial ha sido uno los ¨²ltimos baluartes de sus milicianos. Incluso las zonas que a¨²n permanecen en pie est¨¢n a menudo llenas de trampas explosivas, lo que exige una costosa labor de limpieza para que puedan declararse seguras para el regreso de los civiles.

El ensa?amiento de los yihadistas con las minor¨ªas?ha tenido una especial intencionalidad: borrar la diversidad hist¨®rica de la regi¨®n

Sin esa inversi¨®n y una convincente ayuda, no s¨®lo econ¨®mica sino tambi¨¦n sanitaria y psico-social, el proyecto de normalizaci¨®n de Mosul y el resto de las regiones recuperadas no tendr¨¢ ninguna posibilidad de avanzar. Incluso si el Gobierno de Bagdad logra cumplir sus promesas a ese respecto, reconstruir la diversidad de comunidades que caracterizaban esa ciudad se presenta como una tarea tit¨¢nica. La fractura ¨¦tnica y sectaria que explot¨® el ISIS cuando se adue?¨® de casi un tercio de Irak en 2014 se ha agravado desde entonces.

¡°El 85 % de los habitantes de Mosul apoyaron al ISIS¡±, asegura Hogar, un joven profesional en la vecina Erbil, la capital de la regi¨®n aut¨®noma de Kurdist¨¢n. Es una generalizaci¨®n que irrita enormemente a los mosule?os como Rasha al Aqeedi, una investigadora que, desde el think tank en el que trabaja en Dub¨¢i, ha combatido durante los pasados tres a?os el estereotipo de ¡°iraqu¨ª sun¨ª igual a simpatizante del ISIS¡± y subrayado que esa comunidad ha sido tan v¨ªctima como las dem¨¢s de la brutalidad del grupo.

No obstante, el ensa?amiento de los yihadistas con los chi¨ªes, los cristianos y otras minor¨ªas religiosas como los yazid¨ªes ha tenido una especial intencionalidad: borrar la diversidad hist¨®rica de la regi¨®n. La desconfianza intercomunitaria se ha agravado. Los yazid¨ªes y los cristianos no se atreven a volver a sus aldeas. Los sun¨ªes recelan de la venganza de los chi¨ªes que, aun siendo minoritarios en el islam suman dos tercios de la poblaci¨®n de Irak. Y los kurdos quieren garantizar la seguridad de su autonom¨ªa apropi¨¢ndose los territorios que disputan a los ¨¢rabes y que ocuparon con el pretexto de la lucha contra el ISIS.