Las ¡®so?adoras afganas¡¯ podr¨¢n entrar en Estados Unidos

A Donald Trump le impresionan las historias de superaci¨®n. Y si se resumen con una fotograf¨ªa, mejor. Justo lo que ofrece el peque?o drama de las seis adolescentes afganas a las que Estados Unidos imped¨ªa cumplir su sue?o: participar en Washington en un concurso internacional de rob¨®tica. Rechazada su entrada por el Departamento de Estado, el presidente ha decidido apagar la pol¨¦mica y concederles un permiso extraordinario.

En un pa¨ªs estragado por la guerra y la discriminaci¨®n, las chicas se hab¨ªan vuelto un s¨ªmbolo de modernidad. Desoyendo las tradiciones, formaron equipo en Herat y se presentaron al First Global Challenge, una competici¨®n tecnol¨®gica para estudiantes de todo el planeta. El desaf¨ªo, que se celebra en Washington y en el que participan 160 pa¨ªses, consiste en construir un robot que reparte bolas.

Desde que dieron el primer paso todo fueron tropiezos. En marzo, los materiales que hab¨ªa enviado la organizaci¨®n para fabricar el robot no les llegaron porque quedaron retenidos en la frontera por miedo a un uso terrorista. Decidieron entonces construir el ingenio con elementos caseros. Logrado este objetivo, viajaron 500 kil¨®metros a Kab¨²l a solicitar el visado en la Embajada de EEUU.

Dos veces lo hicieron y dos veces les fue denegado por el Departamento de Estado. El motivo no fue explicitado. Pero en Estados Unidos se entendi¨® como una prueba m¨¢s de la intransigencia de una Administraci¨®n que ha impuesto un despiadado veto migratorio a seis pa¨ªses (Ir¨¢n, Libia, Somalia, Siria, Sud¨¢n y Yemen) y que somete a Afganist¨¢n a controles extremos.

Las im¨¢genes de las seis adolescente rechazadas dieron la vuelta al mundo. Su sue?o roto mostraba con crudeza las pr¨¢cticas de la Administraci¨®n Trump. ¡°No dejaban de llorar¡±, se?al¨® una de las patrocinadoras del equipo. Y en Afganist¨¢n se levantaron no pocas cr¨ªticas contra un Gobierno que dice apoyar los esfuerzos educativos e igualitarios y luego les da un portazo.

Todo ello vino extremado por el propio candor de las chicas, cuya presentaci¨®n dec¨ªa as¨ª: ¡°Deseamos transformar la cultura de nuestra comunidad; queremos desarrollar nuestra mente y creatividad y tal vez revelar el genio que hay dentro de nosotras. Esta oportunidad nos permitir¨¢ inventar, dise?ar y crear. Los grandes avances nacen del sue?o de un ni?o de hacer algo grande. Queremos ser ese ni?o y perseguir nuestros sue?os para mejorar la vida de nuestra gente¡±.

La organizaci¨®n del concurso intent¨® presionar, pero la soluci¨®n no lleg¨® hasta que, seg¨²n los medios estadounidenses, la Casa Blanca intervino discrecionalmente. ¡°Agradezco lo que han hecho. No hay poder mayor que convencer a las naciones para trabajar juntos en una meta com¨²n y demostrar que nuestros parecidos superan nuestras diferencias¡±, afirm¨® el presidente del concurso, el congresista dem¨®crata y almirante retirado Joe Sestak. Las chicas podr¨¢n permanecer 10 d¨ªas en Estados Unidos. Luego tendr¨¢n que volver a Afganist¨¢n a proseguir su lucha.