La reforma laboral en Brasil inspira a Argentina
Macri carga contra la "industria del juicio" y advierte que el aumento de las demandas de los trabajadores lastra el crecimiento del empleo
El presidente Mauricio Macri quiere menos juicios laborales. Atento a los reclamos de los empresarios, llam¨® p¨²blicamente a combatir ¡°la mafia¡± de los abogados y jueces que cada d¨ªa ¡°dejan a mucha gente sin trabajo¡±. Los empleadores, dijo semanas atr¨¢s, no toman trabajadores porque muchas veces temen ¡°que su esfuerzo se vaya en estos comportamientos mafiosos". Macri apunt¨® sobre todo contra las decenas de miles de causas que se tramitan cada a?o, m¨¢s de 185.000 en 2016 s¨®lo en la ciudad de Buenos Aires. La cifra fue un 20% m¨¢s alta que en 2015 y m¨¢s del doble que los juicios iniciados hace diez a?os. Nadie lo dice a viva voz porque en octubre hay elecciones legislativas y es mejor evitar pol¨¦micas, pero el tel¨®n de fondo de la discusi¨®n es conocido: Argentina tiene un poderoso sistema sindical integrado por 6.400 gremios y leyes laborales heredadas del peronismo que los empresarios ven como el origen de todos sus males. La aprobaci¨®n en Brasil de un nuevo r¨¦gimen laboral, mucho m¨¢s restrictivo para los trabajadores, dio nuevo impulso al debate.
Flexibilidad laboral son dos malas palabras en Argentina. Sobre todo porque atacan los cimientos de un sistema que trabajadores de todo el mundo consideran un ejemplo. La ley madre es el convenio colectivo aprobado en 1974, bajo un gobierno peronista. Dos a?os despu¨¦s, la ley fue cercenada en una tercera parte por los militares golpistas. Carlos Menem la limit¨® otra vez en los 90, cuando el imperio de las teor¨ªas neoliberales exigi¨® reducir los costos laborales. Pero a partir de 2003, el kirchnerismo emprendi¨® un largo pero persistente camino de reconstrucci¨®n que revivi¨® el esp¨ªritu de aquella ley de los a?os 70. Bajo su sombre se animan las discusiones actuales. ¡°En Argentina envidiamos el sistema de trabajo en Brasil¡±, dijo el abogado H¨¦ctor Garc¨ªa, asesor de empresas en derecho laboral. ¡°Hay objetivos comunes porque los dos, junto con M¨¦xico, tenemos problemas graves con los litigios laborales. Brasil tiene tres pleitos por cada diez trabajadores, Argentina tiene dos por cada diez y M¨¦xico uno cada diez. El resto de la regi¨®n aparece muy abajo. Chile, por ejemplo, tiene 0,25 juicios cada diez empleados¡±, explic¨®.
No debe sorprender entonces el entusiasmo que despert¨® en Argentina la reforma brasile?a. Los diarios econ¨®micos detallaron la nueva ley en sus portadas y hasta hubo dec¨¢logos con los puntos m¨¢s destacables. El Gobierno no oculta que tiene el tema en agenda, pero tuvo que aclarar que los cambios que planea no afectar¨¢n a los trabajadores, seg¨²n su lectura. ¡°Lo vamos a hacer en base al consenso y al di¨¢logo. No necesariamente implica una mayor vulnerabilidad del trabajador¡±, dijo el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, a radio La Red. En todo caso, las discusiones quedar¨¢n para despu¨¦s de las elecciones legislativas de octubre.
¡°La reforma en Brasil es todo lo que necesita Argentina: descentralizar la negociaci¨®n colectiva, una jornada con banco de horas sin habilitaci¨®n adicional y reducir la litigiosidad laboral¡±, opin¨® Garc¨ªa. ¡°La reforma en Brasil es tremenda¡±, dijo, en cambio, Mat¨ªas Cremonte, presidente de la Asociaci¨®n de Abogados Laboralistas. ¡°Permite que se negocie al menor nivel y por empresa, favoreciendo los convenios individuales. En Argentina se puede negociar en forma individual pero s¨®lo cuando el acuerdo mejora el convenio general, porque existe el principio de la norma m¨¢s beneficiosa: si hay dudas se aplica la que favorece al trabajador¡±, explic¨® el abogado.
Una ley como la brasile?a es, adem¨¢s, un ataque a la verticalidad sindical argentina, basada en agrupaciones por actividad y no por empresa, grandes organizaciones capaces de plantar cara a las compa?¨ªas m¨¢s poderosas. Sin embargo, es un error pensar que esa es la foto que describe al sindicalismo argentino. En Argentina no hay 90 sindicatos, como se escuch¨® de boca de algunos empresarios brasile?os durante las discusiones de la nueva ley, sino 6.400, ni son tan verticales como lo fueron en el pasado.
Sobre este escenario de cambios se escuch¨® el reclamo de Macri y su denuncia contra la ¡°industria del juicio laboral¡±. Los dardos apuntaron sobre todo contra las causas judiciales abiertas por accidentes, porque ¡°son las que tienen m¨¢s impacto sobre los costos del trabajo¡±, dijo Garc¨ªa. ¡°El 70% de todos los juicios laborales que se inician en Argentina son por accidentes y eso aumenta la prima de riesgo de las aseguradoras (ART). Hay empresas que pagan hasta 20% de la n¨®mina salarial a las ART, con el agravante de que los accidentes no est¨¢n aumentando sino bajando, mientras los juicios crecen¡±. La denuncia del Gobierno fue que una ¡°mafia¡± integrada por m¨¦dicos, abogados y jueces fraguan las pruebas de muchos trabajadores que en realidad no est¨¢n en condiciones de litigar. A cambio se quedan con una jugosa porci¨®n de las indemnizaciones que consiguen.
Los abogados laboralistas rechazan de plano las acusaciones oficiales y dicen que las f¨¢bricas no cierran por culpa de los juicios sino de la crisis econ¨®mica. ¡°Cada vez que hay ataques a los abogados y se habla de industria del juicio es que est¨¢n pensando cambios en la legislaci¨®n laboral. Lo hizo Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner y lo hace ahora Macri¡±, dijo Cremonte. Las noticias que llegaron desde Brasil no hicieron m¨¢s que agitar esos fantasmas.
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