Argentina condena a cadena perpetua a cuatro jueces por delitos de lesa humanidad
Un tribunal los consider¨® part¨ªcipes primarios de secuestros, torturas y homicidios durante la dictadura militar
La justicia argentina ha dado otro paso sin precedentes en el castigo al terrorismo de Estado. A los cientos de militares juzgados y condenados suma ahora a cuatro exjueces federales de la provincia de Mendoza (1.000 kil¨®metros al oeste de Buenos Aires) culpables de garantizar la impunidad en decenas de secuestros, torturas y asesinatos cometidos durante la ¨²ltima dictadura militar (1976-1983) al no investivar los delitos. La novedad del fallo, le¨ªdo el jueves por la noche, es la condena a una conducta sistem¨¢tica del Poder Judicial y no a casos puntuales, como en causas anteriores.
"Hemos entrado en la historia con un fallo ejemplar a nivel internacional. Creo que despu¨¦s del juicio a los jueces del nazismo no hay otro antecedente en el mundo. Los jueces condenados dijeron a los represores ¡®secuestren, apr¨®piense de ni?os que nosotros les cubrimos las espaldas sin investigar y archivando las denuncias¡±, dice Pablo Salinas, querellante por el Movimiento Ecum¨¦nico por los Derechos Humanos (MEDH) de Mendoza.
La garant¨ªa de impunidad fue la clave de las condenas a prisi¨®n perpetua contra Rolando Carrizo, Guillermo Max Petra Recabarren, Otilio Romano y Luis Miret. El tribunal consider¨® que todos fueron part¨ªcipes primarios de los delitos de lesa humanidad cometidos por otros 21 acusados en el juicio, entre militares y polic¨ªas que fueron la ¡°mano de obra¡± de la dictadura. ¡°Part¨ªcipes primarios significa que los jueces realizaron un aporte esencial a la realizaci¨®n del delito, por eso la pena es la misma que para los autores materiales. Estos jueces tuvieron el dominio de la jurisdicci¨®n de Mendoza durante terrorismo de Estado¡±, explic¨® Alan Iud, abogado de las Abuelas de Plaza de Mayo. S¨®lo Romano fue condenado por 84 casos de secuestros, 38 tormentos y 33 homicidios. Su caso fue emblem¨¢tico porque se ocult¨® en Chile y pidi¨® asilo pol¨ªtico, hasta que la Corte Suprema de ese pa¨ªs aprob¨® su extradici¨®n a Argentina.
?La condena ha sido tambi¨¦n un avance hacia los responsables civiles del terrorismo de Estado. Si bien los juicios contra los militares avanzaron con rapidez con el regreso a la democracia en 1983, con el juicio a la Junta militar como emblema, los funcionarios que apoyaron a la dictadura lograron evadir durante a?os a los tribunales. El caso de los cuatro magistrados ahora condenados es paradigm¨¢tico. ¡°Siguieron siendo jueces hasta 2011, bien entrada la democracia. Tuvimos que sacarlos con el Consejo de la Magistratura con todas las garant¨ªas legales, las mismas que ellos no dieron durante la dictadura a las v¨ªctimas¡±, dice Salinas. En todo caso, el fallo condenatorio entendi¨® que esta negaci¨®n de garant¨ªas fue el aceite que permiti¨® mover los engranajes de la represi¨®n estatal. ¡°Si su postura durante la dictadura hubiese sido otra, seguramente no hubi¨¦ramos tenido cr¨ªmenes de esta magnitud. Habr¨ªa habido cr¨ªmenes, seguro, pero quiz¨¢s ni tantos ni tan f¨¢ciles de realizar y ocultar¡±, agrega Iud.
?El fallo fue el resultado de una larga investigaci¨®n. Desde el 17 de febrero de 2014, cuando se inici¨® el juicio oral, el tribunal escuch¨® a v¨ªctimas de tormentos y a los familiares de los que no sobrevivieron al aparato represivo montado en Mendoza. Luz Faingold, actual directora de Derechos Humanos de Mendoza, estaba en el ¨²ltimo a?o de secundaria cuando fue detenida junto a varios compa?eros en los meses previos al golpe 1976. Del centro clandestino de detenci¨®n D2 de Mendoza la pasaron a un instituto de mujeres provincial, a pesar de que sus padres ped¨ªan su restituci¨®n. En ese momento fue interrogada por Miret, uno de los condenados: ¡°Me pregunt¨® por mis apuntes. Yo ten¨ªa matem¨¢ticas y astronom¨ªa, nos hab¨ªan pedido que todo lo que vi¨¦ramos en la prensa relacionado con astronom¨ªa lo peg¨¢ramos en la carpeta y lo ¨²ltimo que ten¨ªa era la copia del Apolo y del Soyuz. Miret me pregunt¨® ¡®qu¨¦ es este art¨ªculo del diario¡¯, porque la Soyuz era sovi¨¦tica. Fue lo ¨²nico que pudo encontrar que tuviera que ver con la izquierda¡±, declar¨® Faingold durante el juicio. ¡°Yo era muy chica, no me dejaron salir y volver a mi casa. Mi madre fue a preguntar por m¨ª y le dijeron que me consideraban subversiva, una delincuente peligrosa¡±, recuerda Faingold a EL PA?S.
Horas despu¨¦s de escuchar el fallo, Faingold asegura sentirse ¡°como si hubiera librado una batalla terrible¡±. ¡°Qued¨¦ muy conmovida de escuchar la sentencia y el nombre de las v¨ªctimas. El m¨ªo y el de amigos, algunos muertos, desaparecidos¡¡±, se?ala. Fuera del tribunal, una multitud celebr¨® la sentencia.
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