Venezuela se asoma a la anarqu¨ªa
El pa¨ªs, cada vez m¨¢s dividido, encara un choque de legitimidades entre el Gobierno y la oposici¨®n
La actualidad pol¨ªtica de Venezuela, y su repercusi¨®n en la vida cotidiana de los ciudadanos, se parece cada vez m¨¢s a un electrocardiograma. La intensidad de los acontecimientos pasa en cuesti¨®n de horas por picos de violencia y tensi¨®n sin apenas precedentes en el pa¨ªs caribe?o, que tiene una historia reciente ya de por s¨ª agitada, y por baches que parecen restablecer la rutina. Las previsiones, incluso a corto plazo, resultan atrevidas m¨¢s all¨¢ de las declaraciones de los dirigentes pol¨ªticos y de las esperanzas de los venezolanos. Lo que s¨ª est¨¢ sucediendo es que las circunstancias del choque pol¨ªtico han llevado a la sociedad, sobre todo en Caracas, hacia una sensaci¨®n de anarqu¨ªa soterrada que a veces deriva en episodios de caos expl¨ªcito y autoritarismo.?
?Qu¨¦ est¨¢ pasando? Las elecciones de una Asamblea Nacional Constituyente celebradas el domingo endurecieron desde su anuncio, hace tres meses, los enfrentamientos entre el Gobierno de Nicol¨¢s Maduro y los partidos de la coalici¨®n opositora, la Mesa de Unidad Democr¨¢tica (MUD). La capital del pa¨ªs parece dividida en dos bloques con vidas pr¨¢cticamente paralelas. El oeste es considerado tradicionalmente fiel al chavismo, mientras que el este es un basti¨®n de los cr¨ªticos con el r¨¦gimen. En realidad, la situaci¨®n es m¨¢s compleja y la compartimentaci¨®n geogr¨¢fica solo ofrece una instant¨¢nea del terremoto pol¨ªtico que a diario sacude a Venezuela.
El domingo por la ma?ana estas dos zonas parec¨ªan, en efecto, universos opuestos. En el municipio Libertador, donde se encuentran el palacio de Miraflores, sede de la Presidencia de la Rep¨²blica, y el Capitolio, se observaban colas de votantes en distintos centros y en medio de fuertes medidas de seguridad. En los barrios del este como Chacao quedaban las huellas de las protestas de las ¨²ltimas semanas mientras los manifestantes comenzaban a levantar las barricadas para la que fue una de las jornadas de protesta m¨¢s sangrientas. En Petare, un barrio humilde, el m¨¢s poblado de Venezuela, en el ambiente se mezclaba la euforia de los seguidores de Maduro y de quienes se opon¨ªan a la votaci¨®n.
Ayer por la ma?ana, tras una jornada electoral de descontrol y violencia, todo parec¨ªa volver a la normalidad. Hab¨ªa tr¨¢fico normal en casi toda la ciudad, los venezolanos acudieron a trabajar, aunque la oposici¨®n promet¨ªa redoblar su resistencia al Gobierno, seguir trabajando en el Parlamento que Maduro pretende sustituir con los diputados electos el domingo y mantener el pulso en la calle.
En la plaza de Altamira ¡ªuno de los s¨ªmbolos de las protestas, donde el domingo se registr¨® un ataque con explosivo a la polic¨ªa motorizada que dej¨® varios heridos y al que siguieron unos duros enfrentamientos con las fuerzas de seguridad¡ª dos j¨®venes ingenieros de sistemas esperan a que comience una nueva jornada de protesta, pero no saben con exactitud qu¨¦ ocurrir¨¢. ¡°Estamos a la expectativa. Hay una movilizaci¨®n aqu¨ª, en este punto, pero hay que esperar a ver qu¨¦ pasa¡±, explica Rafael Carvajal, de 23 a?os y que reside en el sur de la capital. ¡°En todas las zonas de Caracas hay movilizaciones a diario, en las zonas populares tambi¨¦n hay movilizaciones, lo que pasa es que muchas veces no son como las de aqu¨ª, que son m¨¢s noticia. La gente piensa lo del este¡ pero eso es mentira. Est¨¢ toda Venezuela en la inconformidad¡±. Su compa?ero de trabajo, Kevin Garc¨ªa, de 22 a?os, es del suroeste de la ciudad. ¡°Mis planes son de irme porque desgraciadamente las oportunidades se est¨¢n esfumando y no hay c¨®mo salir adelante. Si la situaci¨®n sigue as¨ª y no da para m¨¢s me tocar¨¢ emigrar¡±, asegura.
La situaci¨®n que atraviesa el pa¨ªs se encuentra bajo la amenaza de la anarqu¨ªa desde muchos puntos de vista. El primero, una vez enterrada aparentemente una posibilidad de di¨¢logo real entre el Gobierno y la oposici¨®n, es el escenario pol¨ªtico. La Asamblea Nacional que se constituir¨¢ este jueves va a desmantelar el anterior Parlamento, de mayor¨ªa opositora y votado hace menos de dos a?os. Maduro amenaza con quitar la inmunidad a los antiguos diputados, mientras las fuerzas cr¨ªticas con el chavismo aseguran que seguir¨¢n trabajando con normalidad.
Se dar¨¢, por tanto, un choque de legitimidades entre distintos poderes que no se reconocen mutuamente, que representan a dos pa¨ªses encontrados y que no parecen dispuestos a ceder. Mientras tanto, Venezuela sigue sumida en una tr¨¢gica crisis econ¨®mica agravada por una imparable tendencia hiperinflacionista y el desabastecimiento. Por la ma?ana, a unos metros de la Asamblea Nacional, dos j¨®venes encargados de una tienda de gorras y otros complementos lamentaban la escasa afluencia de clientes y esperaban el comienzo de una nueva etapa. No quieren decir a qui¨¦n apoyan. Quieren, aparentemente, normalidad.
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