El aborto desnuda el conservadurismo de la clase pol¨ªtica argentina
El pa¨ªs austral, pionero en muchas conquistas sociales, comienza a quedar por detr¨¢s de sus vecinos al oponerse a despenalizar la interrupci¨®n del embarazo
Los planes de modernizaci¨®n de Mauricio Macri para la Argentina del siglo XXI excluyen la despenalizaci¨®n del aborto y el pa¨ªs austral va camino de quedar detr¨¢s de sus vecinos en la aprobaci¨®n de esta deuda hist¨®rica con las mujeres. Uruguay legaliz¨® el aborto durante las primeras 12 semanas de embarazo en 2012. La Corte Suprema de Brasil consider¨® "inconstitucional" criminalizar la interrupci¨®n voluntaria del embarazo en el primer trimestre en un fallo del a?o pasado. Incluso la conservadora Chile acaba de aprobar la despenalizaci¨®n del aborto en m¨¢s supuestos de los que actualmente prev¨¦ el C¨®digo Penal argentino, que lo permite en caso de violaci¨®n o de peligro para la vida o la salud de la madre. .
El aborto se ha colado esta semana en la campa?a electoral argentina por la tajante oposici¨®n de dos candidatos a las legislativas de octubre. "La mujer embarazada no es due?a de su cuerpo, hay otro ser dentro", respondi¨® el martes el cabeza de lista para Diputados del peronismo disidente, Felipe Sol¨¢, al ser preguntado sobre su postura sobre el aborto. El postulante al Senado por la coalici¨®n gobernante Cambiemos, Esteban Bullrich, equipar¨® un aborto a un feminicidio. "Si hay una beba dentro (del ¨²tero) tambi¨¦n es Ni Una Menos porque la est¨¢s matando", dijo, al distorsionar las demandas del movimiento que exige el fin de la violencia contra las mujeres.
Sus argumentos, similares a los del Vaticano, sorprenden en uno de los pa¨ªses latinoamericanos a la vanguardia de muchas conquistas sociales. Pero no son una novedad: todos los presidentes argentinos se han opuesto a la interrupci¨®n voluntaria del embarazo. "Lo importante es defender la vida", respondi¨® Macri al ser preguntado sobre el tema el a?o pasado. Tampoco respald¨® el aborto la exmandataria Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner (2007-2015). La dura resistencia de la Iglesia no fue un obst¨¢culo para que durante el kirchnerismo se aprobasen las leyes de matrimonio homosexual, educaci¨®n sexual integral, identidad de g¨¦nero y el acceso a tratamientos de fertilidad asistida sin discriminaci¨®n por orientaci¨®n sexual o estado civil. Pero el aborto se mantuvo como un tema tab¨². En 2015, el entonces ministro de Salud Daniel Goll¨¢n declar¨® que "en el pa¨ªs hay 500.000 abortos por a?o y esa es la principal causa de muerte materna", por lo que pidi¨® "un debate maduro sobre el aborto". La respuesta fue una r¨¢pida desautorizaci¨®n por parte del exjefe de Gabinete, An¨ªbal Fern¨¢ndez.
Movimientos similares se han registrado en el macrismo. Como alcalde de Buenos Aires, Macri vet¨® en 2012 la ley local de aborto no punible en caso de violaci¨®n. Tres a?os despu¨¦s, en plena campa?a presidencial, Macri se apresur¨® a decir que su asesor ecuatoriano, Jaime Dur¨¢n Barba, hablaba "a t¨ªtulo personal" cuando respald¨® la libre elecci¨®n de las mujeres: "Estamos a favor de la libertad, si una se?ora quiere abortar, que aborte". La provincia de Buenos Aires aprob¨® en 2016 un protocolo para la atenci¨®n de abortos que fue dejado sin efecto a las 24 horas. Y la vicepresidenta argentina, Gabriela Michetti, propuso la adopci¨®n como alternativa: "Los Estados tienen toda la responsabilidad para hacer que no ocurran los embarazos no deseados. Ese es el trabajo m¨¢s fuerte que hay que hacer. Y luego, trabajar para que haya posibilidades mucho m¨¢s f¨¢ciles para la adopci¨®n, que la gente vea m¨¢s naturalmente este tema, que si una chica se embaraza y no quiere tener a su hijo no haya ninguna condena social porque lo puede dar y otra familia lo puede criar".
500.000 abortos al a?o
El rival kirchnerista de Macri en las urnas, Daniel Scioli, tambi¨¦n se declar¨® "en contra de la legalizaci¨®n del aborto" durante la campa?a, pero despu¨¦s sali¨® a la luz que no lo descartaba en su vida privada. "Quer¨ªa que me haga un aborto. A-BOR-TO", declar¨® su expareja Gisela Berger, despu¨¦s de que Scioli anunciase por televisi¨®n que iba a ser padre a sus 60 a?os. "Cuando me entero de que estoy embarazada y se lo digo, su reacci¨®n fue, 'No. Esto es una cagada, esto es una cagada. ?No hay algo para hacer?", asegur¨® Berger. El doble discurso de Scioli deriv¨® en un esc¨¢ndalo nacional, pero refleja una realidad, la pr¨¢ctica cotidiana de abortos en el pa¨ªs. El supuesto de riesgo para la salud de la madre permite numerosas interpretaciones bajo las que se amparan quienes deciden no llevar adelante un embarazo.
Mientras los sucesivos proyectos legislativos para legalizar el aborto que ingresan en el Congreso argentino languidecen por falta de apoyo, cada a?o medio mill¨®n de mujeres abortan, m¨¢s de 60.000 tienen que ser hospitalizadas por complicaciones y entre 50 y 100 mueren. La ¨²ltima iniciativa parlamentaria, presentada hace un a?o, lleva la firma de 40 de los 257 integrantes de la C¨¢mara de Diputados: los legisladores de los partidos de izquierda y algunos representantes del resto del arco parlamentario contrarios a la oposici¨®n mayoritaria de sus bloques.
"Educaci¨®n sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir" es una de las consignas de la campa?a a favor del aborto, que ha sido adoptada tambi¨¦n por el movimiento Ni Una Menos en sus marchas multitudinarias. La ¨¦lite pol¨ªtica argentina hace por ahora o¨ªdos sordos a esta demanda.
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