La batalla del burkini no se ha acabado a¨²n en Francia
Organizaciones luchan contra los esfuerzos de los alcaldes de volver a prohibir la prenda de ba?o usada por muchas musulmanas
La noticia de que el propietario de una piscina en el sureste Francia quiere hacerle pagar el costo de su desinfecci¨®n a una mujer porque se ba?¨® en burkini, denunciado esta semana por el Colectivo Franc¨¦s contra la Islamofobia (CCIF), ha recordado que el debate sobre el uso de esta prenda, si bien m¨¢s soterrado que hace un a?o, sigue bullendo en el pa¨ªs galo.
El CCIF, ha asumido el caso y est¨¢ examinando con la afectada las posibilidades de una demanda, explica a EL PA?S Lila Charef, codirectora de esta asociaci¨®n que defiende en Francia a musulmanes v¨ªctimas de discriminaci¨®n, racismo o violencia. ¡°Los hechos son sencillos¡±, resume en un correo electr¨®nico. ¡°Una mujer de vacaciones que se alegraba de pasar una agradable temporada de verano ha sido tratada como una cochina porque se ba?¨® en la piscina con un burkini¡±.
La mujer, que estaba con su marido y sus tres hijos en una residencia privada que hab¨ªa reservado para una semana en La Ciotat, cerca de Marsella, se ba?¨® sin problemas el primer d¨ªa con esta prenda isl¨¢mica hecha con un material similar que los ba?adores y que cubre el cabello y el cuerpo, a excepci¨®n de los pies, las manos y la cara. Pero cuando, la jornada siguiente, acudi¨® a la piscina comunal, el vigilante le pidi¨® que saliera del agua porque, seg¨²n su relato, la comunidad de copropietarios hab¨ªa denunciado que una mujer se hab¨ªa ba?ado vestida y que se hab¨ªa negado a salir cuando se lo pidieron, algo que ella niega. Adem¨¢s de retenerle el dinero de la fianza ¡ª490 euros¡ª a la espera de que pague la desinfecci¨®n de la piscina, la mujer sufri¨® la humillaci¨®n de que se le prohibiera volver a utilizar el recinto el resto del tiempo que permaneci¨® en el complejo.
Lo que difiere en este caso de los sucesos de hace un a?o es que se trata de una piscina privada y no, como en 2016, de ordenanzas emitidas por varios ayuntamientos del pa¨ªs, muchos de ellos en esta misma zona de la Costa Azul, intentando prohibir el burkini en sus playas y piscinas p¨²blicas. El Consejo de Estado franc¨¦s acab¨® anulando dicha prohibici¨®n. Pero un a?o m¨¢s tarde, esta instituci¨®n, la mayor instancia judicial administrativa del pa¨ªs, ha tenido que volver a intervenir en otro caso relacionado, lo que evidencia que el debate no est¨¢ cerrado del todo y no se restringe tampoco a casos particulares como el de La Ciotat.
En junio, el ayuntamiento de Lorette, cerca de Lyon, fue denunciado por varias organizaciones ¡ªentre ellas el CCIF¡ª a causa de la prohibici¨®n que emiti¨® para la entrada a las piscinas naturales de la localidad contra mujeres con velo, algo que dej¨® claro en un cartel a la entrada del recinto donde aparec¨ªa el icono de una mujer con un hijab cruzado por una franja roja, s¨ªmbolo de prohibici¨®n. En el reglamento interno de las piscinas se especificaba adem¨¢s que las mujeres deb¨ªan ba?arse con un ba?ador ¡°de una o dos piezas¡± y que en la playa del recinto estaban prohibidos ¡°el monokini, el burkini o el velo que disimule total o parcialmente la cara¡±. Ante la denuncia las asociaciones, el alcalde de Lorette, G¨¦rard Tardy, retir¨® tanto el cartel como las reglamentaciones, pero aun as¨ª, un tribunal de Lyon le conden¨® a pagar 2.100 euros a las organizaciones demandantes. El Consejo de Estado, ante el que el regidor apel¨® el fallo, acaba de confirmar la sentencia, tambi¨¦n esta semana.
¡°Algunos alcaldes, como el de Lorette, intentan, sin ¨¦xito, reactivar la pol¨¦mica del burkini¡±, considera Charef. ¡°Esperemos que las decisiones del Consejo de Estado sean lo suficientemente disuasorias. Es la muestra del papel decisivo de las organizaciones de lucha contra el racismo cuando se movilizan¡±.
Pero si la justicia sigue dando portazos a los que intentan prohibir el burkini, algunas autoridades locales, que han aprendido la lecci¨®n, se sirven de subterfugios para seguir impidiendo el uso de esa prenda en sus playas. Es el caso de Marsella, donde se ha optado por eliminar toda menci¨®n espec¨ªfica al burkini, pero se han elaborado las normas de tal manera que esa ropa de ba?o quede prohibida. Seg¨²n destac¨® la emisora France Bleu, en una ordenanza municipal del 15 de junio, el ayuntamiento de Marsella estipula que los trajes de ba?o a usar ¡°no deben dificultar la entrada al agua ni constituir un freno a las operaciones de salvamento¡±. ¡°Esto le permite decir a la polic¨ªa a la gente que va al agua con prendas inapropiadas que debe salir¡±, explic¨® a la emisora Didier R¨¦ault, delegado adjunto encargado de las playas. ¡°Vale tanto para el burkini como para un mono de trabajo. Si alguien quiere ir a la playa vestido con un mono de esqu¨ª, es posible. Pero no se podr¨¢ ba?ar con ¨¦l¡±, ironiz¨®.
El CCIF est¨¢ dispuesto a reaccionar al m¨ªnimo incidente, advierte su fundadora. ¡°En cuanto se le proh¨ªba a las ba?istas el acceso a las piscinas, intervendremos con la misma determinaci¨®n que con el caso de la comuna de Lorette¡±, promete Charef, para quien ¡°esta estigmatizaci¨®n permanente de las ciudadanas de confesi¨®n musulmana resulta insoportable¡±.
¡°?Ni que los funcionarios p¨²blicos no tuvieran otra preocupaci¨®n que perseguir a sus administrados en las playas!¡±, lamenta.
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