La batalla por el control de una Raqa libre del ISIS
Kurdos, turcos, sirios y EE UU compiten por sus intereses en la ofensiva para echar al Estado Isl¨¢mico de su basti¨®n
Raqa se convirti¨® en la capital del terror un sombr¨ªo 4 de julio de 2014. De la noche a la ma?ana, esta polvorienta ciudad siria que pocos sab¨ªan ubicar en un mapa, mut¨® en un enclave multicolor cuando miles de combatientes extranjeros de Europa y Asia acudieron en masa a la llamada de Abu Bakr al Bagdadi, l¨ªder del autoproclamado Estado Isl¨¢mico (ISIS, por sus siglas en ingl¨¦s). Tres a?os despu¨¦s, 50.000 soldados de las Fuerzas Democr¨¢ticas Sirias (FDS), bajo el amparo de los cazas de la coalici¨®n internacional contra el ISIS liderada por EE UU, avanzan sobre la capital siria de los yihadistas. Se han hecho con el 45% de Raqa desde que el pasado 6 de junio comenzara la operaci¨®n Ira del ?ufrates. Prometen acabar con entre 2.000 y 3.000 yihadistas cercados en su interior y que han convertido a los entre 20.000 y 50.000 civiles que siguen en Raqa en escudos humanos.
Desde hace 37 meses, la poblaci¨®n sobrevive parapetada en sus hogares para sortear las temidas leyes de un ISIS que ha cubierto de negro a las mujeres y amputado, vejado y decapitado a muchos hombres. Ser¨¢n principalmente las milicias kurdas las que los liberen del yugo, pero a¨²n queda por ver qui¨¦n gobernar¨¢ una provincia hist¨®ricamente bajo el feudo de las tribus ¨¢rabes locales. Las FDS, compuestas en un 40% por combatientes de tribus ¨¢rabes y en un 60% por milicianos kurdos de las Unidades de Protecci¨®n Popular (YPG, por sus siglas en ingl¨¦s) prometen liberar a los vecinos del yugo del ISIS. Lo hacen asesorados en tierra por unos 1.000 soldados de fuerzas especiales de EE UU, y 400 franceses y brit¨¢nicos.?
El c¨¢ncer del ISIS ha acabado por invertir las prioridades de los m¨²ltiples actores que combaten en el tablero sirio, y los kurdos aspiran a ser decisivos para respaldar sus aspiraciones pol¨ªticas. ¡°O se rinden o morir¨¢n dentro. No tienen m¨¢s opciones¡±, sostiene Nuri Mahmud, portavoz de las YPG, sobre la resistencia del ISIS en Raqa. Arremete contra Turqu¨ªa, a la que acusa de ser mentor ideol¨®gico del ISIS y no esconde que en el futuro los kurdos conf¨ªan ¡°en poder participar en la redacci¨®n de una nueva Constituci¨®n¡± del pa¨ªs que les favorezca en el norte. Excluidos de las conversaciones de paz celebradas en la ciudad suiza de Ginebra por el resto de grupos opositores, y tildados de terroristas por Ankara, la expulsi¨®n del ISIS de Raqa es la carta que el YPG se reserva para legitimar su aspiraci¨®n de mantener la autonom¨ªa que ha logrado en las zonas kurdas.
¡°Ser¨¢n los kurdos quienes liberen Raqa, pero ser¨¢ el r¨¦gimen sirio quien lo administre despu¨¦s¡±, opina en una conversaci¨®n telef¨®nica Nawar Oliver, experto militar del Centro de Estudios Omran de Estambul. Oliver considera que los kurdos no disponen de los medios para gobernar la ciudad aunque hayan logrado hacerse con el cercano embalse de Al Tabqa, crucial para el abastecimiento el¨¦ctrico. En cuanto a las ambiciones de Turqu¨ªa, una derrota de Bachar el Asad ha pasado a un segundo plano ante su obsesi¨®n por debilitar a un YPG fortalecido en su frontera sur gracias a la eficaz lucha contra el ISIS. ¡°Conforme los kurdos se ganan a la opini¨®n p¨²blica internacional, los turcos intentan recobrar popularidad preparando la expulsi¨®n de Al Qaeda de Idlib [¨²ltima provincia siria en manos insurrectas] a trav¨¦s de sus proxies [grupos aliados]¡±, a?ade.
¡°Bajo Trump, EE UU no parece tener la intenci¨®n de reconstruir una Raqa devastada¡±, valora sobre otro de los actores del escenario b¨¦lico Aron Lund, experto de The Century Foundation. Una postura que, seg¨²n Lund, podr¨ªa dar pie a un entendimiento entre Washington y Mosc¨² para permitir una salida tanto a los kurdos como a Damasco.
Huir de Raqa
"Los del Daesh arrastran a los vecinos con ellos de casa en casa abriendo boquetes en los muros", logra relatar en entrecortadas llamadas Hiba desde Raqa, viuda y madre de cinco. M¨¢s de 200.000 civiles (entre ellos numerosos desplazados de Alepo y Hama) han logrado huir de la ciudad, seg¨²n la ONU. La mayor¨ªa cruzando el E¨²frates en barcazas mediante pago a los traficantes. Aquellos que son descubiertos por los francotiradores del ISIS son disparados por la espalda. Los que logran franquear las mirillas habr¨¢n de proseguir varios kil¨®metros en veh¨ªculos bajo la lluvia de bombas de la Coalici¨®n que se ha cobrado 225 vidas en julio, seg¨²n cifra la Red Siria para los Derechos Humanos. El ¨²ltimo tramo se hace a pie, cruzando campos minados hasta alcanzar los retenes kurdos. Es el periplo que relata Ahmed al tel¨¦fono y desde el campo de refugiados de Ein Isa, que junto a su familia y miles de conciudadanos cuenta las horas para que amaine la 'Ira del ?ufrates'. Los reci¨¦n desplazados no esconden sus recelos ante los liberadores kurdos tras haber sobrevivido en siete a?os a la dejadez del gobierno central, el pasaje de los rebeldes, los castigos yihadistas y el machaque de las m¨²ltiples aviaciones que sobrevuelan sus cabezas.
Un solo hospital
Avanzando en la ribera sur del ?ufrates, las fuerzas sirias combaten en direcci¨®n opuesta. Beneficiadas por la ofensiva sobre Raqa, que promete deshacerles del ISIS sin gastar un solo cartucho, las tropas de Bachar el Asad se dirigen al sur. ¡°Su prioridad es reconquistar el corredor situado en pleno desierto que une Homs a Palmira y Deir Ezzor. Igual que las laderas del ?ufrates, donde han recuperado 10 pozos petrol¨ªferos¡±, dice Leith Fadel, director de la web Al Masdar. Es hacia Maadan, a 50 kil¨®metros al sur, donde se dirigen las tropas gubernamentales.
Ajenos a este juego pol¨ªtico, a los habitantes de Raqa no les queda ni con qu¨¦ curarse las heridas. ¡°Hemos tratado a 415 civiles con heridas provocadas por artefactos explosivos improvisados, minas terrestres, municiones sin detonar, metralla y disparos¡±, dice M¨¦dicos Sin Fronteras, que atiende a los desplazados. Peor suerte corren los heridos en Raqa. En el ¨²nico hospital tan solo opera una doctora tunecina asistida por su marido anestesista, ambos llegados para servir al ISIS.
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