Trump redobla su amenaza a Corea del Norte: ¡°Si hace algo en Guam se encontrar¨¢ con lo nunca visto¡±

Donald Trump opt¨® este jueves por echar gasolina al fuego. El presidente no solo no rebaj¨® la tensi¨®n con Corea del Norte , sino que redobl¨® sus amenazas al afirmar ante la prensa que su declaraci¨®n del martes "quiz¨¢ no fue lo bastante dura". Trump hab¨ªa advertido al r¨¦gimen de Pyongyang con "un fuego y una furia jam¨¢s vistos en el mundo" si segu¨ªan amenazando a Estados Unidos, lo que ha desatado una crisis may¨²scula. La dictadura norcoreana asegura que tiene un plan para atacar las bases militares americanas en la isla de Guam este mismo mes si Washington opta por las armas. Trump respondi¨® que, si lo hace, "encontrar¨¢ con lo nunca visto". Los pa¨ªses aliados de Estados Unidos han llamado a la calma, pero la escalada crece.

M¨¢s informaci¨®n

EE UU y Corea del Norte se enzarzan en una contienda verbal sin precedentes

Corea del Norte estudia atacar las bases militares de EE UU en Guam

Trump advierte a Corea del Norte: ¡°Se encontrar¨¢n con una furia y un fuego que el mundo jam¨¢s ha visto¡±

"Hay gente que dice que fue demasiado duro, quiz¨¢ no fue lo bastante duro", enfatiz¨® el republicano a las puertas de su mansi¨®n en Bedminster (Nueva Jersey), justo antes de una reuni¨®n de seguridad con su vicepresidente, Mike Pence, su asesor de seguridad nacional, H.R. McMaster, y su jefe de gabinete, John Kelly. Corea deber¨ªa estar "muy, muy nerviosa", dijo, y, si no se comporta, "se encontrar¨¢n con unos problemas que pocos pa¨ªses han tenido". El mandatario afirm¨® que siguen abiertos a negociaciones, pero con escepticismo. "Han negociado durante 25 a?os. Miren Clinton. Miren lo que pas¨® con Bush o con Obama. Obama ni siquiera quer¨ªa hablar de ello. Pero alguien tiene que hablar, yo hablo", a?adi¨®.

Tras la reuni¨®n, recuper¨® el tono de hombre fuerte, de guardi¨¢n del orden. "Si hace algo en Guam", amenaz¨® luego, "ocurrir¨¢ algo que no se ha visto nunca". "No va a seguir amenzando por ah¨ª, a Corea del Sur, a Jap¨®n...", apunt¨®.

Durante sus vacaciones en Nueva Jersey, Trump pudo haberse dedicado a jugar a golf y disfrutar del r¨¦dito pol¨ªtico de haber arrancado de la ONU nuevas y duras sanciones econ¨®micas contra Corea del Norte. Pero el martes estall¨® con ret¨®rica belicista. Oficialmente, la Casa Blanca sostiene que las palabras de Trump hab¨ªan sido previamente debatidas y decididas. Sin embargo, asesores del presidente y miembros de su c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo han contado a la prensa estadounidense que la declaraci¨®n tom¨® a todos con el paso cambiado. Medio mundo se ha llevado las manos a la cabeza.

La andanada se antoja incomprensible para los analistas dentro y fuera de Washington, ya sean trump¨®logos o dedicados a Corea. Su Administraci¨®n acaba de lograr una victoria may¨²scula, que China accediera el s¨¢bado a aprobar en el Consejo de Seguridad de la ONU un paquete de duras sanciones econ¨®micas contra Pyongyang por su carrera nuclear. Xi Jinping, el socio indispensable de EE UU para la resoluci¨®n del conflicto, hab¨ªa cedido a las presiones de Trump, p¨²blicas ¡ªa golpe de exclamaciones en Twitter¡ª, y m¨¢s tradicionales, vinculando el futuro de sus relaciones comerciales con los resultados de las conversaciones con Corea del Norte.

Corea del Norte "deber¨ªa estar muy, muy nerviosa", afirma

La resoluci¨®n de la ONU hab¨ªa supuesto un bofet¨®n para Kim Jong-un, pues implica una ca¨ªda de ingresos por exportaciones de unos 1.000 millones de d¨®lares anuales, que es la tercera parte del total para un pa¨ªs ya de por s¨ª aislado. El r¨¦gimen actu¨® conforme al guion, con amenazas. Al d¨ªa siguiente de que se aprobara la medida, el peri¨®dico estatal Rodong Sinmun public¨® un editorial (escrito antes de la resoluci¨®n) en el que advert¨ªa que convertir¨ªa EE UU ¡°en un mar de fuego inimaginable¡± si hab¨ªa nuevas penalizaciones y Washington optaba por la v¨ªa militar.

Y Trump cogi¨® las cerillas y convirti¨® un triunfo diplom¨¢tico en un conflicto. Est¨¢ enfrentado abiertamente al n¨²cleo duro de su partido en el Congreso y el Senado, donde sus grandes iniciativas han fracasado. Con este episodio, las cr¨ªticas de los legisladores, no solo dem¨®cratas sino tambi¨¦n republicanos, se han multiplicado. Y sus hombres han salido al paso sin orden ni concierto. El secretario de Estado, Rex Tillerson, fue fiel a su papel llamando al sosiego, mientras que el jefe del Pent¨¢gono, Jim Mattis, opt¨® por la l¨ªnea dura, presumiendo de poder¨ªo militar y alertando del riesgo de ¡°destrucci¨®n¡± del pueblo coreano.

Sebastian Gorka, consejero de Trump en la Casa Blanca, pidi¨® un cierre de filas en torno al presidente, con el argumento de que lo vivido esta semana es ¡°una analog¨ªa¡± de la crisis de los misiles de 1962, el a?o en el que el mundo m¨¢s cerca estuvo de una guerra nuclear. Entonces, el presidente John F. Kennedy se top¨® con que la Uni¨®n Sovi¨¦tica hab¨ªa estado instalando lanzaderas de misiles en Cuba. Tambi¨¦n entonces los generales le aseguraban la superioridad militar estadounidense y, seg¨²n relata Michael Dobbs en un libro sobre este cap¨ªtulo de la historia, Kenny se quedaba en ocasiones en minor¨ªa a la hora de tratar de arrancar un acuerdo con Krushchev antes de recurrir a la v¨ªa militar.

Muchas veces se ha dicho que el sistema est¨¢ por encima de Trump. Que por demagogo y profano en pol¨ªtica que resultara un candidato, la fortaleza institucional ¡ªla del Congreso y el Senado o la Justicia estadounidense¡ª garantiza la estabilidad de la mayor potencia mundial. Pero en estas crisis el presidente s¨ª es el verdadero comandante en jefe. Este es aficionado a la ret¨®rica atrevida. Y no ha hecho con Corea del Norte una excepci¨®n. En buena parte, les habla a sus feligreses, a aquellos a los que prometi¨® que Estados Unidos ¡°volver¨ªa a ganar guerras¡±.