El Papa Francisco viaja a Colombia para apoyar el proceso de reconciliaci¨®n

La expectaci¨®n es enorme. El Papa juega en casa, y no solo por la espontaneidad que le otorgar¨¢ hablar todo el tiempo en espa?ol ante los millones de fieles que le aguardan. Francisco llega a uno de los pa¨ªses m¨¢s cat¨®licos del mundo, donde 45 millones de sus habitantes est¨¢n bautizados y la Iglesia mantiene como en pocos sitios su vigor religioso e institucional. Por eso, desde el Vaticano y tambi¨¦n desde Colombia, en boca de su vicepresidente ?scar Naranjo, se insiste en que el viaje tiene una vocaci¨®n pastoral. Pero el pa¨ªs es hoy un cruce de caminos de la pol¨ªtica latinoamericana que obligar¨¢ realizar a abundantes referencias ¡ªm¨¢s o menos claras¡ª al conflicto con las FARC y a la crisis pol¨ªtica y social de Venezuela.

Cuando el presidente Juan Manuel Santos anunci¨® la visita del Papa el pasado marzo dej¨® claro que Jorge Mario Bergoglio ir¨ªa a ¡°apoyar a los colombianos en la construcci¨®n de la paz¡±. Algo en lo que muchos han querido ver una cierta legitimaci¨®n de su pol¨ªtica frente a las cr¨ªticas de los que se oponen a los acuerdos de paz, encabezados por el expresidente ?lvaro Uribe. Desde el Vaticano rechazan de plano cualquier posicionamiento y piden, solamente, ¡°escuchar al Papa¡±. Pero en su videomensaje, el Pont¨ªfice fue m¨¢s all¨¢: ¡°Siempre se necesita dar un primer paso para cualquier proyecto¡±. ¡°La paz es la que Colombia busca desde hace mucho tiempo y trabaja para conseguirla. Estable, duradera. Para vernos y tratarnos como hermanos y no como enemigos¡±. Y ayer manifest¨® en Twitter que el objetivo de su viaje es la ¡°b¨²squeda de la reconciliaci¨®n y de la paz en ese pa¨ªs¡±.

Colombia atraviesa una transici¨®n sin precedentes en la historia reciente que para afianzarse necesita superar el escollo de la enorme polarizaci¨®n social. El proceso de paz con las FARC, la guerrilla m¨¢s antigua de Am¨¦rica, ha puesto fin a un conflicto armado con el Estado de m¨¢s de medio siglo, pero su desarrollo ha contribuido a ahondar la brecha entre los partidarios del acuerdo y sus detractores.

La guerra con la insurgencia, que dej¨® 220.000 muertos y seis millones de desplazados, el paramilitarismo, el narcotr¨¢fico, la desigualdad han hecho de Colombia un pa¨ªs de v¨ªctimas y verdugos. La reconciliaci¨®n de los ciudadanos y de la clase pol¨ªtica a¨²n est¨¢ lejos. Y palabras como convivencia, odio y perd¨®n impregnan el imaginario de una sociedad azotada por la violencia que se asoma ahora a una nueva etapa.

El contexto en el que se produce el viaje papal ha alimentado las expectativas sobre sus mensajes. El Papa, que inicia su visita en Bogot¨¢ y la termina el domingo en Cartagena de Indias, mantendr¨¢ un encuentro de oraci¨®n ma?ana en la ciudad de Villavicencio con v¨ªctimas de la violencia, exguerrilleros, militares y polic¨ªas. Tambi¨¦n ir¨¢ a Medell¨ªn, la ciudad de Pablo Escobar que trata de sacudirse el estigma de s¨ªmbolo mundial del narcotr¨¢fico, donde las autoridades esperan la asistencia de cerca de un mill¨®n de personas.

Colombia es el s¨¦ptimo pa¨ªs con m¨¢s cat¨®licos del mundo, y la Iglesia moviliza tradicionalmente el voto conservador, que en el refer¨¦ndum celebrado hace un a?o inclin¨® la balanza en contra del acuerdo de paz con las FARC. Con todo, tambi¨¦n los dirigentes de la antigua guerrilla celebran la visita de Francisco. ¡°Hemos enviado cartas a Su Santidad pidiendo su respaldo a los esfuerzos de paz de Colombia. Nos respondi¨® muy amablemente¡±, afirm¨® Iv¨¢n M¨¢rquez, n¨²mero dos de la organizaci¨®n, que se acaba de constituir en partido pol¨ªtico.

Las FARC solicitaron un encuentro privado que finalmente no tendr¨¢ lugar. El Vaticano tambi¨¦n ha descartado ya que el Papa vaya a reunirse en privado con representantes de la oposici¨®n venezolana ni con obispos de aquel pa¨ªs, como se especul¨® en las ¨²ltimas semanas. No obstante, la grav¨ªsima crisis institucional que golpea a Venezuela sobrevolar¨¢ indirectamente este viaje, que se produce 31 a?os despu¨¦s del que hizo Juan Pablo II. De hecho, Colombia comparte con el pa¨ªs vecino una frontera de 2.200 kil¨®metros que se ha convertido en una de las principales v¨ªas para huir del r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro. En julio, el Gobierno de Santos concedi¨® visado a 150.000 venezolanos sin papeles.