La tragedia escondida en un portarretratos
La hija de un ejecutado por la dictadura de Pinochet en Chile descubri¨® a los 12 a?os la verdad sobre la muerte de su padre
Josefa Ruiz-Tagle, escritora y periodista chilena, ten¨ªa apenas ocho meses cuando la dictadura de Augusto Pinochet asesin¨® a su padre, Eugenio, el 19 de octubre de 1973. Militante del partido de izquierdas MAPU, durante el Gobierno de Salvador Allende trabajaba en la Industria Nacional de Cemento (Inacesa), destinada a la construcci¨®n de viviendas sociales. De profesi¨®n ingeniero, fue una de las 14 v¨ªctimas de la Caravana de la Muerte en la ciudad de Antofagasta, en el norte del pa¨ªs. El grupo de militares que recorri¨® Chile en un helic¨®ptero Puma termin¨® con la vida de unas 90 personas en diferentes ciudades, la mayor¨ªa prisioneros que esperaban ser sometidos a consejos de guerra ileg¨ªtimos.
¡°Siempre supe que lo hab¨ªan matado. Me dec¨ªan que estaba en el cielo ¡ªtodas esas mentiras que les cuentan los grandes a los ni?os¡ª, pero no sab¨ªa detalles sobre su muerte¡±, recuerda ahora Ruiz-Tagle, cuando se cumplen 44 a?os del Golpe de Estado chileno del 11 de septiembre de 1973. ¡°Ten¨ªa la certeza de que hab¨ªa asuntos que me estaban siendo omitidos y quer¨ªa saber la verdad, pero al interior de las familias hab¨ªa silencio. Los adultos, sin saber qu¨¦ decir, c¨®mo explicar el horror a los ni?os. Los ni?os, sin atreverse a preguntar por temer a romper un equilibro fr¨¢gil¡±.
Cuando ten¨ªa 12 a?os, sin embargo, hurgueteando encontr¨® lo que buscaba: la verdad sobre la muerte de Eugenio ¡ªcomo lo llama hasta ahora, por su nombre¡ª, asesinado de madrugada en pleno desierto. Estaba de visita en la casa de su abuela paterna, Alicia Orrego, una mujer de derecha que quebr¨® con su mundo despu¨¦s del golpe y jam¨¢s dej¨® de llevar luto. De repente, Josefa observ¨® una fotograf¨ªa que la retrataba de peque?a en una tina. La ni?a, que sin saberlo buscaba retazos de su propia historia, sigui¨® su instinto curioso y abri¨® el portarretratos. En ese ins¨®lito escondite hall¨® un documento escrito por dos de los mejores amigos de su padre donde detallaban, en parte, las condiciones en que la comitiva de militares liderada por Sergio Arellano Stark dej¨® el cuerpo de ese hombre de izquierda que acababa de cumplir los 26 a?os.
Le faltaba un ojo. Le hab¨ªan arrancado la nariz. Ten¨ªa profundas quemaduras en la cara. Ten¨ªa el cuello quebrado. Tajos y heridas de bala. Los huesos rotos en mil pedazos. Le hab¨ªan arrancado las u?as de las manos y los pies.
Josefa no revel¨® el hallazgo a nadie: ni a su madre ni a su abuela ni a su padre adoptivo, el intelectual chileno Jos¨¦ Joaqu¨ªn Brunner. Guard¨® un inquebrantable silencio sobre el texto que su abuela escondi¨® en el portarretratos, probablemente, para protegerla o salvarlo ante un allanamiento. ¡°Luego de leer el documento, qued¨¦ bastante afectada. El descubrimiento tuvo muchos impactos en mi vida. Me puse m¨¢s esc¨¦ptica de los seres humanos y de los adultos. Me volv¨ª rebelde. Los profesores y mis parientes que eran de derecha pasaron de ser medio malos a ser perversos, poco dignos de respeto¡±, se?ala la mujer de 44 a?os, dedicada por estos d¨ªas a escribir un libro con decenas de testimonios de hijos de detenidos desaparecidos o ejecutados pol¨ªticos.
Pasaron muchos a?os antes de que Josefa se animara a remover su secreto. Cuando fue madre a los 26 a?os, la misma edad que ten¨ªa su padre cuando fue asesinado en Antofagasta, escribi¨® un texto donde revel¨® lo que hab¨ªa descubierto de casualidad a los 12. ¡°Con el miedo de no poder proteger a mi hijo, un sentimiento que tienen muchas madres primerizas, me conect¨¦ con lo que debe haber sentido mi abuela Alicia, la mayor afectada en esta la tragedia¡±.
El duelo circular
En 1999 Josefa escribi¨®: ¡°A los 12 a?os me fui enterando, a trav¨¦s de una serie de documentos, de c¨®mo hab¨ªa muerto mi pap¨¢. Documentos literalmente escondidos en la casa de mi abuela, encontrados por m¨ª como ayudada por un radar. A¨²n hoy me impresiona que se me haya ocurrido buscar en un marco detr¨¢s de una foto, donde aparec¨ªa yo de dos a?os ba?¨¢ndome en la tina. Como si detr¨¢s de mi mirada angelical tuviera que esconderse algo terrible¡±.
Sobre las crueles torturas a su padre, Josefa relat¨® que a los 12 a?os ley¨® las frases con resistencia y horror. Que quedaron tatuadas en su mente. ¡°Con gran esfuerzo, logr¨¦ silenciar su repetici¨®n insistente en el pensamiento. Para poder disfrutar de la vida cotidiana tuve que bloquear el recuerdo. Este silencio intrapersonal se proyectaba sobre las relaciones interpersonales: no le dije nada a nadie hasta muchos a?os despu¨¦s y a¨²n hoy las he repetido pocas veces¡¡±.
El 23 de noviembre de 2000, cuando los restos de Eugenio Ruiz-Tagle fueron trasladados desde Antofagasta hasta la capital, Josefa ley¨® p¨²blicamente el texto donde desvelaba su secreto. Intuye que su madre, M¨®nica Espinosa, debe haber sentido una enorme tristeza. ¡°Pero entend¨ª que las madres siempre viven con angustia y, sobre todo, dej¨¦ de tenerle miedo a darle pena a la gente¡±, se?ala Josefa en la sala de su casa del municipio precordillerano de La Reina, en Santiago de Chile.
Madre de dos hijos, de 19 y 16, reflexiona sobre el dolor de una generaci¨®n completa marcada por esta historia violenta. ¡°El duelo ha permanecido abierto por casi medio siglo. Tiene una dimensi¨®n circular. Cuando ya parece superado, cuando parece que van a parar las pesadillas, por alg¨²n motivo algo vuelve a abrirse¡±. Las efem¨¦rides, por ejemplo, reavivan el dolor. Tiene miedo del d¨ªa en que su hijo mayor cumpla los 26 y sea ¨¦l quien tenga la edad de su abuelo que fue asesinado tan joven, y con una hija tan peque?a, en medio de la nada.
El ¨²ltimo 11 de septiembre de Bachelet
La presidenta de Chile, la socialista Michelle Bachelet, encabeza este lunes las ceremonias de conmemoraci¨®n por los 44 a?os del golpe de Estado de 1973. Ser¨¢ el ¨²ltimo 11 de septiembre que lidere como mandataria, antes de entregar el poder en marzo pr¨®ximo. Entre las actividades programadas por La Moneda est¨¢ la celebraci¨®n de una misa en memoria del expresidente Salvador Allende y sus colaboradores, muertos durante el asalto militar a la Casa de Gobierno. Bachelet, como todos los a?os, visitar¨¢ junto a la familia Allende el Sal¨®n Blanco, que recrea el lugar donde el socialista se quit¨® la vida y que fue inaugurado por la propia presidenta en 2008. En esta ocasi¨®n, la socialista visitar¨¢ el monumento de Allende, ubicado en la Plaza de la Constituci¨®n, a pocos metros de La Moneda, para rendir un homenaje.
En materia de derechos humanos, los ¨²ltimos meses de Bachelet en el Gobierno deber¨ªan estar marcados por el cierre de Punta Peuco, un penal destinado exclusivamente a condenados por cr¨ªmenes en la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). La clausura de la c¨¢rcel especial fundada en 1995, en plena democracia, es una de las peticiones hist¨®ricas de los familiares de las v¨ªctimas y del mundo pro derechos humanos. Actualmente alberga a unos 130 exmilitares condenados por la justicia, que ser¨ªan trasladados a Colina 1, una c¨¢rcel para presos comunes.
En Chile existen unos 1.000 exagentes sometidos a proceso, aunque solo un centenar est¨¢ en prisi¨®n. En diciembre de 2013 la Corte Suprema dict¨® sentencia respecto del episodio de Antofagasta de la Caravana de la Muerte, donde fueron fusilados Eugenio Ruiz-Tagle y otras 13 personas. El m¨¢ximo tribunal de justicia conden¨® a siete militares en retiro.
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