El hurac¨¢n Irma deja siete millones de usuarios sin luz en Florida
Carreteras y aeropuertos cerrados, comunicaciones cortadas, problemas de suministro. La gigantesca tormenta causa inmensos da?os en la pen¨ªnsula. EL PA?S lo cuenta desde el lugar de los hechos
Florida vivi¨® el d¨ªa despu¨¦s sin dejar de pensar en el pasado. Al tiempo que el hurac¨¢n Irma perd¨ªa su esencia destructiva y se dilu¨ªa en una tormenta tropical, emergi¨® el inmenso da?o causado a su paso por la pen¨ªnsula. Siete millones de usuarios sin luz (33% poblaci¨®n), fallos generales en la conexi¨®n telef¨®nica, los principales aeropuertos cerrados, carreteras cortadas, amplias zonas mar¨ªtimas inundadas, problemas de suministro de gasolina y da?os por valor de hasta 50.000 millones de d¨®lares. Un escenario grave que sac¨® a la luz la debilidad de las infraestructuras de EEUU, pero tambi¨¦n su enorme capacidad para reconstruirse y salir adelante.
Miami fue durante una noche una ciudad fantasma. Pasado el hurac¨¢n, bajo el toque de queda, las calles de esta urbe de 5,3 millones de habitantes quedaron vac¨ªas. Peque?a Habana y Ocean Drive, los coloridos iconos de su vitalidad, eran espacios quietos. Se pod¨ªa conducir a lo largo de kil¨®metros sin hallar a nadie. Ni vecinos ni perros; solo coches patrulla y una sucesi¨®n de palmeras y postes ca¨ªdos que hac¨ªan impracticables la mayor¨ªa de los accesos. Suspendida en un bochorno tropical, entre r¨¢fagas de lluvia y el aroma de tierra rota, la capital de la luz se hab¨ªa apagado.
Fue al amanecer cuando la ciudad intent¨® su vuelta la vida. Irma ya quedaba lejos. El monstruo meteorol¨®gico se hab¨ªa transformado en una tormenta tropical y avanzaba desfalleciente por el norte, hacia Georgia. La gente, ya sin amenaza, se anim¨® a salir poco a poco.
Los comercios estaban casi todos cerrados, no hab¨ªa transporte p¨²blico, y la luz y el tel¨¦fono no funcionaban en amplias zonas. Pero muchos, hartos de estar encerrados desde el s¨¢bado, quer¨ªan respirar y ver el sol. Otros simplemente estaban desinformados y buscaban respuestas.
¡°Ni s¨¦ si se trabaja hoy, ni si el hurac¨¢n ha hecho da?o¡± dec¨ªa Mar¨ªa, cubana de 52 a?os, que caminaba rumbo al Burger King, donde cobra 8,5 d¨®lares la hora. ¡°No vaya a ser que abran, no est¨¦ y me despidan¡±.
Por Peque?a Habana andaba tambi¨¦n el anciano Roy Hern¨¢ndez, un compatriota con m¨¢s de 30 a?os de vida en Miami y un cigarrillo eterno en la boca. ¡°Casi todo el mundo estaba preparado. Nosotros, en casa, guardamos comida y pusimos contraventanas. No me pareci¨® nada del otro mundo. Yo viv¨ª el hurac¨¢n Flora all¨¢ en 1963 y eso s¨ª que fue¡¡±, comentaba.
La gran tragedia hab¨ªa pasado de largo en Miami. Y tambi¨¦n de Florida. Aunque los da?os resultaron inmensos, muchos pron¨®sticos fueron m¨¢s all¨¢ que la realidad.
Irma se hab¨ªa anunciado como un azote cargado de muerte. Nacido a finales de agosto en las costas de ?frica, el hurac¨¢n hab¨ªa devastado el Caribe antes de enfilar a Florida.
A su paso por las Islas V¨ªrgenes, San Mart¨ªn, Barbados y Cuba seg¨® 37 vidas y destruy¨® largas ¨¢reas costeras. Con categor¨ªa 5 se mostraba como el m¨¢s poderoso registrado nunca en la zona. Pero en su camino hacia Florida perdi¨® fuelle y a medida que pasaban las horas redujo su fuerza. El golpe, a¨²n as¨ª, fue tremendo.
A lo largo de 24 horas congel¨® la vida en Florida, el cuarto estado m¨¢s poblado de EEUU. Por momentos, se temi¨® lo peor. Hubo cuatro muertos por accidente de tr¨¢fico, y las im¨¢genes de olas desbocadas y casas sumergidas hicieron pensar en una cat¨¢strofe. Pero la movilizaci¨®n emprendida por las autoridades, que hab¨ªan ordenado preventivamente la evacuaci¨®n de seis millones de personas y abierto casi 400 refugios, minimiz¨® el efecto de Irma.
El mazazo, con todo, dej¨® un mundo por reconstruir. Carreteras, urbanizaciones, tendidos el¨¦ctricos, comunicaciones¡ Los Cayos, el id¨ªlico archipi¨¦lago sure?o, sufri¨® graves p¨¦rdidas por las inundaciones. Tal era su deterioro que su acceso fue cortado ayer, como tambi¨¦n lo estaba al cierre de esta edici¨®n la entrada a la isla de Miami Beach, el espol¨®n tur¨ªstico de la ciudad.
Florida, golpeada pero no tumbada, debe ahora afrontar una tit¨¢nica tarea. ¡°Necesitaremos tiempo para que las v¨ªctimas de Irma puedan volver casa. Ha habido muchos da?os. Las l¨ªneas el¨¦ctricas est¨¢n afectadas en todo el Estado; tenemos muchas carreteras inutilizadas. Pedimos paciencia a todos los afectados. Lo lograremos con tiempo¡±, afirm¨® el din¨¢mico gobernador Rick Scott.
Los c¨¢lculos de las aseguradoras dan cifra a esta reconstrucci¨®n. Los da?os oscilan entre 20.000 millones y 50.000 millones de d¨®lares, seg¨²n las evaluaciones de Citi y AIR Worldwide, firmas especializadas en cat¨¢strofes. Son n¨²meros altos, pero inferiores a las que se llegaron a barajar antes del paso del hurac¨¢n. Entonces se habl¨® de hasta 100.000 millones.
Esta reducci¨®n, al igual que la apertura al alza de Wall Street, apuntan a que finalmente Irma trajo menos da?o del esperado. Pero m¨¢s que el habitual en temporada de huracanes. Millones de habitantes de Florida lo comprobaron en su vida cotidiana. Ahora les toca volver a la normalidad. El d¨ªa despu¨¦s no ha hecho m¨¢s que empezar.
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