Bolivia-Chile: resolver en el siglo XXI lo que a¨²n est¨¢ pendiente
El esp¨ªritu de la demanda boliviana es buscar una soluci¨®n negociada para la cuesti¨®n del acceso al mar
Recuerdo muy bien las palabras del entonces presidente chileno Ricardo Lagos en la Cumbre de las Am¨¦ricas de Monterey de 2004. Cuando en esa ocasi¨®n convoqu¨¦ a Chile a iniciar un di¨¢logo constructivo para resolver la forzada mediterraneidad de Bolivia, el mandatario chileno comenz¨® diciendo que no hab¨ªa ning¨²n tema pendiente entre las dos naciones. Esa afirmaci¨®n ha sido parte fundamental de la pol¨ªtica de Santiago para con Bolivia y el argumento que ha esgrimido impenitentemente ante los organismos multilaterales y la comunidad internacional.
El 24 de septiembre de 2015 la Corte Internacional de Justicia (CIJ) fall¨® rechazando la Demanda Preliminar de Incompetencia presentada por Chile, que intentaba bloquear la demanda boliviana en su contra. Una parte sustantiva de ese fallo dice: ¡°la Corte concluye que los asuntos en disputa no son asuntos resueltos por arreglo de partes, o por laudo arbitral o por sentencia de un tribunal internacional¡±. Por primera vez, no fue Bolivia quien lo dijo, sino el m¨¢ximo tribunal internacional de justicia: s¨ª hay temas pendientes entre Chile y Bolivia, lo que desmonta definitivamente el argumento chileno de que el Tratado de 1904 (referido a nuestros l¨ªmites territoriales) resolvi¨® todos los problemas existentes entre ambas naciones.
Bolivia inici¨® en 2013 una demanda contra la Rep¨²blica de Chile ante la CIJ, basada en la evidencia de los m¨²ltiples compromisos hechos a Bolivia e incumplidos a lo largo de varias d¨¦cadas. Compromisos formales del Estado chileno de negociar con Bolivia para, como resultado de esas negociaciones, otorgar a Bolivia un acceso soberano al mar. Dichas promesas, de acuerdo con el derecho internacional, generan obligaciones jur¨ªdicas exigibles y es ese y no otro el objeto de la controversia que la CIJ valorar¨¢ una vez se hayan presentado los alegatos finales de ambos litigantes en 2018.
Es imprescindible comprender que el esp¨ªritu de Bolivia al presentar su demanda ante la Corte, es buscar una soluci¨®n pac¨ªfica y negociada a un problema que Chile no solo no ha querido resolver por ese medio, sino que se ha empe?ado en encapsular en una negociaci¨®n bilateral que conden¨® siempre a un callej¨®n sin salida.
El canciller Heraldo Mu?oz ha afirmado en un art¨ªculo reciente que ¡°Chile defiende no solo el derecho internacional y la palabra empe?ada, sino la pr¨¢ctica diplom¨¢tica de dialogar y buscar puntos comunes en la confianza que, de no llegar a acuerdos, los pa¨ªses no estar¨¢n comprometidos jur¨ªdicamente con aquello que hubieran conversado o expuesto¡±. El coraz¨®n de este razonamiento debe contrastarse con una imprescindible diferenciaci¨®n, la precisi¨®n que distinga di¨¢logo y conversaci¨®n de propuesta formal que compromete la fe de un Estado. Nada mejor que un ejemplo ilustrativo para que sea el lector el que saque conclusiones. El 19 de diciembre de 1975, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile Patricio Carvajal respondi¨® textualmente en una carta con su firma al embajador de Bolivia en Santiago: ¡°la respuesta chilena se funda en un arreglo de mutua conveniencia que contemplar¨ªa los intereses de ambos pa¨ªses¡se considerar¨ªa¡la cesi¨®n a Bolivia de una costa mar¨ªtima soberana unida al territorio boliviano por una faja territorial, igualmente soberana¡±.
Bolivia, superado el dogal de la bilateralidad, ha podido explicarle a la comunidad internacional la realidad de su demanda, sus fundamentos jur¨ªdicos y las razones esenciales por las que pide un acceso soberano al mar. Ocurri¨® lo que Chile no hubiese querido que ocurra, verse forzado a explicar porqu¨¦ se niega a darle a Bolivia un acceso soberano al mar que sus propias autoridades, a lo largo de casi un siglo, se comprometieron a negociar.
El ¨²nico camino posible al imperativo de la integraci¨®n en el siglo XXI pasa por la soluci¨®n definitiva de la mediterraneidad boliviana. Es precisamente por ello que los temas de La Haya est¨¢n en La Haya.
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