Israel presiona a EE UU para revisar el pacto nuclear iran¨ª

Teher¨¢n vuelve a estar en el centro de la diana internacional. El primer ministro israel¨ª, Benjamin Netanyahu, lleg¨® este lunes a Nueva York con el objetivo de convencer a Donald Trump de que ponga fin o modifique sustancialmente el pacto nuclear con Ir¨¢n. Una petici¨®n que no s¨®lo pone en peligro el gigantesco esfuerzo diplom¨¢tico refrendado en julio de 2015, sino que vaticina en manos del volc¨¢nico presidente de Estados Unidos un deterioro de la precaria relaci¨®n con el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s. ¡°Salir de un pacto as¨ª tendr¨ªa un alto coste para Estados Unidos¡±, dijo el presidente iran¨ª.

Trump no ha reducido la belicosidad verbal con Ir¨¢n. Considera al r¨¦gimen de los ayatol¨¢s un basti¨®n del terror y uno de los elementos m¨¢s nocivos del tablero de Oriente Pr¨®ximo. Un factor de inestabilidad regional que igual apoya a organizaciones terroristas como Ham¨¢s o Hezbol¨¢, que participa en las aberraciones del Gobierno sirio o que desprecia los derechos humanos. Bajo esta perspectiva, Teher¨¢n no ha dejado de recibir sanciones. Castigos de perfil bajo, dirigidos a empresas y particulares, pero sin afectar al coraz¨®n del acuerdo nuclear. Este sigue intacto. La Casa Blanca, aunque a rega?adientes, lo ha prorrogado este a?o tres veces, y las posibilidades de cambiarlo generan una profunda divisi¨®n en el Gobierno.

El Departamento de Estado defiende el pacto y ha alertado de la peligrosa deriva que implicar¨ªa la ruptura de un acuerdo que, tras a?os de esfuerzos diplom¨¢ticos, fren¨® el programa nuclear iran¨ª a cambio de eliminar un doloroso paquete de sanciones. Trump, sin embargo, no est¨¢ convencido. En campa?a, lo calific¨® como ¡°el peor acuerdo del mundo¡± y prometi¨® que acabar¨ªa con ¨¦l en cuanto pudiese. Una vez en el poder, la presi¨®n de los otros firmantes y el propio peso de la realidad, han amortiguado sus impulsos, pero no han logrado apaciguar su malestar. Las invectivas siguen y para mediados de octubre, Trump ya ha avanzado que tomar¨¢ una decisi¨®n.

En este punto de ebullici¨®n, Teher¨¢n no se ha recatado en mostrar tambi¨¦n los dientes. En una entrevista a la CNN, el presidente iran¨ª, Hasan Rohani, sali¨® este lunes en defensa del pacto y alert¨® de los efectos que acarrear¨ªa su ruptura. ¡°Salir de un acuerdo as¨ª tendr¨ªa un alto coste para Estados Unidos y no creo que los americanos quieran pagarlo por algo que ser¨¢ in¨²til para ellos y que s¨®lo traer¨¢ desconfianza hacia el pa¨ªs¡±, dijo Rohani, pocas horas despu¨¦s de que su vicepresidente, Ali Akbar Salehi, acusase a la Casa Blanca de violar el esp¨ªritu y la letra del acuerdo con su ¡°actitud abiertamente hostil¡± y sus ¡°medidas contrarias al pacto¡±.

Bajo este horizonte oscuro, la sombra de Israel no ha dejado de agrandarse. Por un lado, est¨¢ colaborando estrechamente con el yerno del presidente, Jared Kushner, en crear un anillo anti-iran¨ª con pa¨ªses de mayor¨ªa sun¨ª como Egipto, Arabia Saud¨ª o Jordania. Por otro, arrecia su intento de acabar con el pacto nuclear. Para ello no ha dudado en aprovechar los proleg¨®menos de la Asamblea General de la ONU para reunirse con Trump y tratar de convencerle de que la mejor medida es echar por tierra el acuerdo o reelaborar otro que incline la balanza del lado de sus intereses.

Netanyahu considera a Ir¨¢n su gran enemigo zonal y sostiene que lo suscrito, lejos de terminar con su peligrosidad, le da un respiro. ¡°Es malo y debe abandonarse o cambiar de ra¨ªz¡±, ha declarado el primer ministro israel¨ª.

Para el l¨ªder del Likud, la l¨ªnea dura es la ¨²nica forma de contener a su adversario. En este pulso, Netanyahu ha visto una oportunidad de oro en las dudas del presidente estadounidense. La posibilidad de una ruptura si para el 15 de octubre Washington considera que Teher¨¢n no ha cumplido con sus t¨¦rminos, dan alas al juego de halcones. Un aumento de la presi¨®n zonal y del fortalecimiento de la amenaza armada frente al di¨¢logo y el acuerdo.