Ladrones vestidos de polic¨ªas asaltan una m¨ªtica pizzer¨ªa de Buenos Aires
Los delincuentes torturaron al gerente del establecimiento para que abriera la caja fuerte
La inseguridad es una de las m¨¢ximas preocupaciones de los argentinos. Los canales de noticias se hacen eco casi a diario de robos ocurridos en Buenos Aires y su ¨¢rea metropolitana y la mayor¨ªa de la poblaci¨®n pide m¨¢s polic¨ªas en las calles, en especial de noche. Pero fueron muchos los que se sorprendieron hoy al enterarse de que hab¨ªa sido asaltada la pizzer¨ªa G¨¹errin, una de las m¨¢s antiguas y populares de la capital argentina, situada en la tur¨ªstica avenida Corrientes. "Hasta en G¨¹errin roban", comentaba con preocupaci¨®n una mujer en la fila para pedir unas porciones de pizza rebosante de muzzarella.
El asalto ocurri¨® poco antes de las seis de la ma?ana del pasado lunes, seg¨²n fuentes policiales. El establecimiento estaba cerrado al p¨²blico, pero se encontraba all¨ª el sereno, dos empleados de la limpieza y el gerente. Un grupo de delincuentes vestidos con uniforme policial se hicieron pasar por agentes para ingresar a la pizzer¨ªa y reducir a los trabajadores. Al gerente lo llevaron hasta el ba?o, lo golpearon, le clavaron cuatro grapas en la oreja y lo intentaron asfixiar y ahorcar para que les diera las llaves de la caja fuerte. Al no conseguir su objetivo, pasados 20 minutos tomaron la caja registradora y huyeron.
Seg¨²n testigos citados por la Polic¨ªa, los delincuentes llevaban gorra, uniforme oficial y hasta chalecos antibala y se dividieron entre una camioneta y dos autom¨®viles negros para escapar de la pizzer¨ªa. Los siete ladrones permanecen pr¨®fugos, mientras que el gerente fue hospitalizado en estado de shock pero dado de alta a las pocas horas.
La pizzer¨ªa G¨¹errin fue fundada por dos emigrantes genoveses en 1932, cinco a?os despu¨¦s de su llegada a Buenos Aires. Situada a pocas manzanas del Obelisco, es frecuentada durante el d¨ªa por empleados de oficinas y comercios y turistas y por la noche por los amantes del teatro que asisten a algunos de los espect¨¢culos cercanos. Tres d¨ªas despu¨¦s del atraco, la custodia policial? y la presencia de c¨¢maras de televisi¨®n en la puerta llaman la atenci¨®n de los clientes m¨¢s curiosos, que se acercan a preguntar si ha pasado algo. Dentro, el local est¨¢ tan abarrotado como siempre y los camareros responden con evasivas.?
La mayor¨ªa de habitantes de Buenos Aires asegura que los asaltos violentos eran inusuales hace un par de d¨¦cadas y m¨¢s a¨²n en el centro de la capital argentina. Sin embargo, en los ¨²ltimos a?os se han registrado varios casos. El a?o pasado, un transe¨²nte del microcentro porte?o -el centro financiero del pa¨ªs- muri¨® por una bala perdida, cuando un abogado intent¨® detener a los tiros a dos ladrones motorizados que hu¨ªan despu¨¦s de haberle robado una mochila con 50.000 d¨®lares y documentos. En mayo, una mujer fue herida de bala en el tobillo y dos custodios sufrieron traumatismos m¨²ltiples al ser atacados por cinco delincuentes en moto cuando sal¨ªan de una casa de cambio.
"No podemos enrejarnos m¨¢s ni armarnos m¨¢s", se lament¨® Mar¨ªa Laura Fern¨¢ndez Rousse, una de las trillizas de oro, cuando hace tres semanas su hermana Mar¨ªa Emilia se tir¨® por el balc¨®n para evitar ser atrapada por los ladrones que hab¨ªan entrado a su casa. Los robos bajaron un 3% en Argentina durante el primer a?o de gobierno de Mauricio Macri, hasta 994 hechos por cada 100.000 habitantes, seg¨²n el organismo oficial de estad¨ªsticas. Sin embargo, la desconfianza institucional es alta: 7 de cada 10 v¨ªctimas de un delito sufrido en 2016 decidi¨® no denunciarlo.
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