La angustiosa espera en ?lvaro Obreg¨®n, 286
El desasosiego se instala frente a un edificio de la colonia Roma en el que se trabaja para liberar a 46 personas bajo los escombros
La esperanza llega en cuotas a los escombros de la calle ?lvaro Obreg¨®n. Al rumor de que va a entrar maquinaria pesada, le sigue otro de que a¨²n hay seis personas con vida. Al reloj, que marca las 72 horas que los protocolos internacionales se?alan para dejar de buscar vidas, le sigue el pu?o en alto de los rescatistas, porque alguien cree haber escuchado una voz en los escombros.
El edificio de la calle ?lvaro Obreg¨®n N.? 286, entre las colonias Roma y La Condesa, concentra en seis pisos derruidos el tiovivo de emociones en que se ha convertido el rescate durante las ¨²ltimas horas y que se complic¨® tras la r¨¦plica del s¨¢bado. Unas 40 personas segu¨ªan atrapadas bajo los escombros a media tarde de este lunes, seg¨²n la lista que han colgado en la farola los familiares. De ellos se cre¨ªa que, al menos, seis podr¨ªan estar con vida, debido a que los perros y los aparatos han detectado calor y las bater¨ªas de los celulares.
Mientras tanto, la angustia m¨¢s tangible del terremoto son un mont¨®n de madres bajo una lona de pl¨¢stico, con la cabeza apoyada en las manos, mientras pasan las horas.
El martes 19 de septiembre a las 13.14 de la tarde, el edificio se vino abajo cuando la tierra comenz¨® a moverse de lado a lado hasta que se desplom¨® y engull¨® a casi 70 personas, en el tiempo que tarda un sem¨¢foro en cambiar de color. En el resto del pa¨ªs hay m¨¢s de 300 fallecidos.
Hasta ese d¨ªa el edificio era un digno inmueble de seis alturas con despachos de abogados y contadores. A un lado, una tienda de decoraci¨®n y al otro, viviendas de clase media.
Durante las primeras 24 horas de movilizaci¨®n vecinal los rescatistas lograron, con m¨¢s talento que medios, sacar del edificio a 23 personas con vida.
Para los que segu¨ªan bajo las piedras, comenz¨® entonces una carrera contrarreloj, con la esperanza de que estuvieran protegidos en un tri¨¢ngulo de vida, formados por una hipot¨¦tica columna derru¨ªda o una mesa. Los familiares de Javier Sandoval, por ejemplo, aseguraban haber recibido un mensaje suyo desde escombros. El hermano de Jes¨²s Emmanuel, en cambio, lleg¨® velozmente desde Guanajuato y estuvo quitando piedras desesperadamente durante dos d¨ªas hasta que alguien le dijo que no buscara m¨¢s, que su hermano estaba en la morgue.
Los manuales internacionales se?alan que deben pasar 72 horas antes de abandonar la b¨²squeda y dar por muertas a las personas atrapadas en caso de sismo. Sin embargo, terremotos como el de Hait¨ª o el de M¨¦xico en 1985 han demostrado que es posible encontrar supervivientes hasta siete d¨ªas despu¨¦s del sismo.
El viernes, cuatro horas despu¨¦s de cumplirse el macabro deadline, el padre de Noem¨ª continuaba frente a la mole de hormig¨®n y varillas siguiendo en silencio el trabajo de los rescatistas israel¨ªes. Al otro lado de la cinta amarilla hab¨ªa decenas de periodistas y toda su familia, ind¨ªgenas Mazahuas, llegados de San Sim¨®n de la Laguna (Estado de M¨¦xico).
Noem¨ª Manuel Garc¨ªa, la joven a la que esperan se vino a vivir hace solo unos meses a la Ciudad de M¨¦xico.Tiene 21 a?os, estudia y trabaja por las tardes como oficinista. Hab¨ªa llegado al cuarto piso una hora antes del temblor.
¡°Que hagan algo porque esto es desesperadamente lento. Queremos ayudar y no nos dejan¡±, dice angustiada su t¨ªa, despu¨¦s de tres d¨ªas a la intemperie frente a la mole de cascajos. ¡°Estamos pas¨¢ndolo mal aqu¨ª en la calle pero ?c¨®mo estar¨¢ ella? ?qu¨¦ estar¨¢ sintiendo?¡±, se pregunta. ¡°Es en lo ¨²nico que pienso¡±.
Un experto rescatista reci¨¦n bajado de la monta?a de escombros, dice que logr¨® ver 13 cuerpos y que estaban todos en fila india. ¡°Estaban bajando por la escalera para huir del sismo¡±, explica.
Repentinamente, a las seis de la tarde, en ?lvaro Obreg¨®n, 286 hay m¨¢s agitaci¨®n de lo normal. ¡°Un ortopedista, motosierras, tambos¡¡± los equipos de rescate piden objetos inusuales.
La ilusi¨®n prende en todos cuando un responsable llama a los familiares para comentar los avances: ¡°Col¨ªn, Sandoval ¡¡°, vocea los apellidos. Finalmente los rescatistas han logrado terminar un t¨²nel y parece que podr¨¢n acceder a la gente atrapada. "Pero tardar¨¢", dice el responsable.
Al caer la noche las familias siguen sin tener noticias nuevas y la esperanza se desvanece a¨²n m¨¢s de madrugada. No hace falta ser ninguna autoridad para darse cuenta que el olor seco y agrio de los cad¨¢veres es cada vez m¨¢s evidente.
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