¡®La Pulga¡¯, el fontanero solidario
Un plomero y luchador amateur viaja 500 kil¨®metros para auxiliar en el rescate de las v¨ªctimas del terremoto del 19 de septiembre
150 cent¨ªmetros y 45 kilos. Basta echar una mirada a Juan Ram¨®n Santos Silva para saber por qu¨¦ un extra?o lo bautiz¨® como La Pulga. El apodo naci¨® en medio del desastre. Un brigadista que trabajaba en las zonas de derrumbe tras el terremoto del pasado 19 de septiembre fue quien le encasquet¨® el mote despu¨¦s de verlo emerger de un hueco de 80 x 90 cent¨ªmetros. En la emergencia no hubo tiempo para preguntarse los nombres. Fue la camarader¨ªa de quienes buscan salvar vidas la que permiti¨® la confianza. ¡°As¨ª me empezaron a decir todos¡±, cuenta este hombre de 32 a?os con cuerpo de adolescente.
La vida de Juan Ram¨®n cambi¨®, como la de muchos, la tarde del 19 de septiembre. Aquella tarde estaba en Guadalajara, Jalisco, donde trabaja de fontanero instalando calentadores el¨¦ctricos. Los fines de semana, sin embargo, Juan Ram¨®n cambia de llaves. Se enfunda una m¨¢scara y se convierte en Mini reo, un luchador amateur que divierte a los ni?os sobre el ring de una arena de Tlaquepaque.
Juan Ram¨®n intentaba digerir las malas noticias tras el terremoto a trav¨¦s de la pantalla del televisor. Fue el rescate de los menores del colegio Enrique R¨¦bsamen el que lo llam¨® a la acci¨®n. ¡°Soy de las personas que llora en silencio, no lloro delante de la gente. Dije: ¡®tengo que estar ah¨ª¡¯. Me parti¨® el alma¡±, dice. Empac¨® dos peque?as mochilas: una con ropa y otra con material m¨¦dico para donar.
Recorri¨® m¨¢s de 500 kil¨®metros en autoestop. La crisis lo hizo visitar la capital mexicana por primera vez. Durante el camino se imagin¨® una y otra vez una escena donde salvar¨ªa a los ni?os atrapados bajo los escombros. Pero fue recibido por una ciudad inmovilizada por el caos. Nunca pudo dar con la escuela en la que so?¨® sus rescates. Le fue m¨¢s f¨¢cil seguir las direcciones al derrumbe de ?lvaro Obreg¨®n 286.
Zona cero. La pulga asciende el edificio en ruinas. ¡°Cuando sub¨ª hab¨ªa un hueco y me met¨ª sin protecci¨®n y sin nada. Cuando me meto comenc¨¦ a sentir partes humanas. Fueron las dos primeras personas que encontr¨¦¡±. El rescatista hab¨ªa pasado su bautismo de fuego. Un militar qued¨® sorprendido por su astucia para moverse entre los cascotes. El soldado le recomend¨® ir al derrumbe a espaldas del edificio, en Amsterdam entre las calles de Huichapan y Cacahuamilpa.
¡°Cuando llegu¨¦ me met¨ª a un port¨®n y empec¨¦ a oler como los chuchos. Empec¨¦ a mover piedras. Dos del Ej¨¦rcito ven¨ªan detr¨¢s de m¨ª. Cuando comenc¨¦ a mover los escombros sent¨ª pelo humano. Hab¨ªa una persona ah¨ª¡±, relata. Juan Ram¨®n pas¨® cerca de 72 horas sin dormir. Su combustible eran chocolates y bebidas de taurina y l¨ªquidos para prevenir la deshidrataci¨®n.
-?Qu¨¦ se ve all¨ª adentro?
-No se ve nada aunque tengas un sol esplendoroso o las luces m¨¢s potentes. Adentro es totalmente oscuridad. Cuando est¨¢s all¨ª los sentidos que debes tener muy presentes son el o¨ªdo y la agilidad. Si oyes alg¨²n ruido te tienes que mover. Un segundo sonido quiere decir que la cosa va para abajo.
La Pulga dice no sentir miedo. ¡°Antes de meterme me persigno porque yo soy cat¨®lico. Pongo la mente en blanco de que nada va a pasar¡±. La inmersi¨®n es sin casco. Solo con cubrebocas y lentes. Ya entre los escombros va arrastr¨¢ndose y dejando una marca, que ¨¦l compara al rastro que van dejando las serpientes, y le sirve para volver. Al reptar avanza los brazos como si fueran pasos. Cuenta: uno, dos, tres¡ Toca algo. Lo marca. Marcha atr¨¢s.
El m¨¦todo es falible. El domingo se desorient¨® entre los escombros y se perdi¨® durante dos horas. 120 minutos entre la destrucci¨®n. El laberinto se convirti¨® en una pesadilla. ¡°Vi muchas cosas¡ m¨¢s que nada cuerpos¡±, dice antes de hacer una pausa y tomar aire. El rostro muestra el esfuerzo por reprimir una arcada. No solo se le impregnaron las im¨¢genes en la memoria. Tambi¨¦n el fuerte olor a muerte. ¡°All¨ª adentro me maree y quise perder el conocimiento¡±.
La Pulga est¨¢ de vuelta en Guadalajara. La experiencia de esta semana le ha dejado muchas cosas. Las buenas, un grupo de nuevas amistades. Capitalinos que le abrieron las puertas de su casa para que pudiera descansar. La mala, un insomnio que lo hechiza con las terribles im¨¢genes que vio en los sitios de la tragedia. Sus amigos citadinos confiesan que est¨¢n buscando a un psic¨®logo que pueda tratarlo. El fontanero que lleg¨® a M¨¦xico con lo puesto regres¨® a Jalisco con una pesada carga de estr¨¦s postraum¨¢tico y una carrera de rescatista en ciernes.
¡°Mi manager de la lucha me va a pagar un rega?ad¨®n, pero no importa. Lo importante es ayudar¡. No importa si eres luchador con m¨¢scara o sin m¨¢scara o si eres un extraterrestre. Lo importante es que la sociedad sepa quien es La Pulga¡±.
Gepostet von Kaballero Negro am Montag, 18. September 2017
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