El problema del conflicto
Lo que produjo el 1 de octubre en Catalu?a es una forma distinta de relaciones comunitarias
Al terminar de escribir esta columna, el futuro es incierto. El refer¨¦ndum o la votaci¨®n ha concluido y sus resultados no son conocidos. Sus secuelas tampoco. Los actores se ven a s¨ª mismos triunfantes y advierten debilidades en el rival. Unos ven la m¨¢s flagrante violaci¨®n al derecho por un ejercicio no autorizado en norma jur¨ªdica alguna; otros ven la m¨¢s grave de las violaciones a los derechos, por haber reprimido su expresi¨®n. En los d¨ªas por venir, es previsible, crecer¨¢n las imputaciones. En ruedas de prensa, declaraciones y redes inflamadas se sostendr¨¢n posiciones propias y se denigrar¨¢n las ajenas. Quienes ya se pronunciaron, lo seguir¨¢n haciendo; quienes no, terminar¨¢n por adoptar, abierta o discretamente, una de las causas enfrentadas. De a poco se ir¨¢n revolviendo las ideolog¨ªas y se ir¨¢n recubriendo los argumentos con datas hist¨®ricas cada vez m¨¢s lejanas. Se hablar¨¢ de reinos, de unidades, de nacionalidades y de or¨ªgenes. Los esencialismos aparecer¨¢n y con ellos se pretender¨¢ cubrir al otro hasta contenerlo.
En estas pr¨¦dicas y sus correspondientes actuares, pueden consumirse d¨ªas valiosos, agraviar a¨²n m¨¢s a los diferentes, cerrar las posibilidades de encuentro. Apelar a la racionalidad que significa mantenerse unidos no ser¨¢ suficiente. Se ha entrado en un camino, pienso, en el que el objetivo es la victoria, como sol¨ªa decirse, a cualquier costo. La suposici¨®n de contar con la raz¨®n hist¨®rica, cualquier cosa que ella sea, determinar¨¢ la irracionalidad de las acciones. Los efectos se subordinar¨¢n a lo que se piense que son las nacionalidades, al modo como se relaten las historias de los padres y las madres fundadoras, a la manera como se acomoden glorias y quejas. De persistir cada cual en sus afanes y de no actualizarse salidas, la confrontaci¨®n es posible.
Se ha entrado en un camino en el que el objetivo es la victoria, como sol¨ªa decirse, a cualquier costo
Al momento de escribir estas ideas, las partes est¨¢n engalladas. De ellas mismas es dif¨ªcil esperar soluciones. Sin embargo, como los actores inmediatos han quedado identificados al extremo de la personificaci¨®n, es posible que otros, lateralmente, piensen y encuentren respuestas al conflicto. El marco general del problema y de su soluci¨®n es el Estado auton¨®mico. Esto es, una de entre las muchas formas hist¨®ricas que han servido para distribuir territorial y materialmente el ejercicio del poder. En un arco que puede ir desde la m¨¢s perfecta descentralizaci¨®n hasta la m¨¢s pura de las centralizaciones, existen diversos modos para definir, finalmente, qu¨¦ se hace por una de las partes y qu¨¦ por las otras. Al aprobarse la Constituci¨®n en 1978, se construy¨® un modelo de relaciones. Algo se asign¨® al Estado central y algo a las comunidades aut¨®nomas, y se previeron los mecanismos para realizar algunos ajustes en el tiempo.
Si la forma del Estado espa?ol es b¨¢sicamente eso, un listado de competencias para los ¨®rdenes componentes y la definici¨®n de los procesos y actores que los actualizar¨¢n, en las circunstancias actuales es necesario revisarlos con respecto a lo que ya fue. En la crispaci¨®n vigente, esta idea puede parecer ingenua, extempor¨¢nea o hasta rid¨ªcula. No creo que lo sea. Salvo para quienes, y con independencia de la votaci¨®n pasada o de alguna de las que podr¨¢n seguirse convocando, desean la m¨¢s pronta dominaci¨®n o la m¨¢s pronta partida, hay un amplio conjunto de personas que todav¨ªa pueden abordar y trascender el conflicto con una perspectiva nueva. Aquella que encuentre c¨®mo redefinir lo que debe mantenerse como propio del Estado espa?ol a fin de seguir si¨¦ndolo, y aquello que por no tener tan esencial car¨¢cter, puede ejercerse a plenitud por Catalu?a. Supongo que esto que a m¨ª se me ocurre para salvar una situaci¨®n que puede tener un mal fin, ha pasado por la cabeza de quienes no ven comprometidos en los hechos inmediatos, su prestigio personal o su esencia pol¨ªtica. Lo que produjo el 1 de octubre es una forma distinta de comprender las relaciones comunitarias, desde la fuerza por parte de sus poblaciones actuantes. El que las cosas vayan a ser diferentes en el futuro, no tienen por qu¨¦ conllevar p¨¦rdidas para todos y males para muchos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.