Catalu?a y Trump: ?c¨®mo llegamos a esto?
El ¡®zugzwang¡¯ muestra que en estas situaciones embudo la soluci¨®n no es la l¨®gica inmediata
?Qui¨¦n en su sano juicio habr¨ªa cre¨ªdo hace dos a?os que Donald Trump ser¨ªa el pr¨®ximo presidente de Estados Unidos? ?Qui¨¦n podr¨ªa haber adivinado en el 2000 que los mexicanos volver¨ªamos a votar por el PRI apenas dos sexenios despu¨¦s de habernos librado de 70 a?os de la llamada ¡°dictadura perfecta¡±? ?C¨®mo imaginarse que tantos catalanes que celebraron como suyo el triunfo de Espa?a en la copa del mundo de 2010 hoy se sientan obligados a salir en defensa de Catalu?a contra lo que consideran un exceso de Madrid?
Catalanes independentistas ha habido siempre, priistas de hueso colorado siguieron si¨¦ndolo incluso despu¨¦s de que la apertura democr¨¢tica los ech¨® de Los Pinos, supremacistas blancos y otros extremistas apoyaron a Trump desde el principio. El tema no es ese sino entender c¨®mo diablos los que eran segmentos no mayoritarios terminaron convirti¨¦ndose en tendencias dominantes en un momento dado y contra las probabilidades. ?Qu¨¦ ha sucedido para que miles de catalanes moderados e incluso favorables al Estado espa?ol se sumen a los otros para exigir respeto a Catalu?a? ?C¨®mo explicar el voto a favor del PRI de varios millones de mexicanos hartos del PRI? Y podemos decir cualquier cosa sobre la llamada white trash estadounidense, pero es obvio que muchos votantes de las clases medias optaron por el empresario de los reality shows, contra todo pron¨®stico.
?Qu¨¦ ha sucedido para que miles de catalanes moderados e incluso favorables al Estado espa?ol se sumen a los otros para exigir respeto a Catalu?a?
Desde luego existen enormes diferencias entre los tres fen¨®menos a los que hago referencia. No obstante, y sin ning¨²n deseo de simplificar, me parece que hay un elemento com¨²n. Los tres pasan en alg¨²n momento por algo que los alemanes llaman zugzwang (zug, movimiento y zwang, exigencia, obligaci¨®n). Designa en ajedrez la posici¨®n en que uno de los jugadores queda reducido a un estado de impotencia activa: est¨¢ obligado a mover, pero cualquier movimiento solo empeora su situaci¨®n.
Record¨¦ esta alusi¨®n ajedrecista al leer las declaraciones del Rey en defensa de las acciones del Gobierno nacional. El contenido de su declaraci¨®n pudo haber sido m¨¢s afortunado, pero en esencia el monarca estaba haciendo lo que considera es su deber para con el Estado espa?ol. La actuaci¨®n del propio Rajoy, m¨¢s all¨¢ de que algunas decisiones pudieron haberse efectuado con mayor tino pol¨ªtico, estaba haciendo una interpretaci¨®n l¨®gica de lo que la ley le demanda. Justamente ese es el tema. La situaci¨®n parecer¨ªa haber desembocado en esa impotencia activa que describe el zugzwang: el protagonista est¨¢ obligado a moverse, pero cualquier movimiento empeora la situaci¨®n. Al menos el tipo de movimiento que el protagonista considera que es su deber. El mismo que incluso muchos catalanes que no desean la independencia se sienten obligados a hacer al salir a las calles para protestar por lo que consideran una represi¨®n inaceptable en contra de sus conciudadanos. Pero al hacerlo, saben que indirectamente apoyan una causa que no era la suya.
Quiz¨¢ la ¨²nica salida estriba en tomar un poco de distancia del tablero
Toda proporci¨®n guardada me recuerda los dilemas a los que se enfrent¨® Hillary Clinton a lo largo de la campa?a presidencial. Las rese?as de su reciente libro de memorias lo revelan. Una y otra vez se vio obligada a responder a Trump ante las obvias falsedades y distorsiones, pero, ahora entiende, eso no hizo sino alimentar la figura del provocador. Defendi¨¦ndose se perjudicaba, no haci¨¦ndolo, tambi¨¦n. Los medios de comunicaci¨®n quedaron atrapados en la misma impotencia. Imposible no dar cuenta de los esc¨¢ndalos e infamias, pero al hacerlo terminamos convirti¨¦ndolo en una celebridad a ojos de millones de votantes.
?Y el PRI? El PRI regres¨® al poder por la sensaci¨®n de empresarios y votantes de centro de que simplemente era la menos mala de las opciones luego de desilusionarse de los Gobiernos del PAN y de comprarse la idea de que L¨®pez Obrador, el candidato de la izquierda, era una amenaza para M¨¦xico. Otra vez, una impotencia activa.
Lo que el zugzwang nos muestra es que en estas situaciones embudo la soluci¨®n no se encuentra en la l¨®gica inmediata que se desprende de las posiciones de las piezas de ajedrez. Quiz¨¢ la ¨²nica salida estriba en tomar un poco de distancia del tablero y tratar de enfocar la situaci¨®n desde lo que los norteamericanos llamar¨ªan pensar fuera de la caja. El ajedrez no lo permite, la vida pol¨ªtica s¨ª. Cualquier cosa antes que mover al rey y sus alfiles en un inexorable y lastimoso jaque.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.