Los j¨®venes, nuevos m¨¢rtires del trabajo en Jap¨®n
La agencia de publicidad japonesa Dentsu ha sido sancionada con una multa de 3.700 euros por el suicidio de una joven empleada que entr¨® en depresi¨®n por exceso de trabajo
La agencia de publicidad japonesa Dentsu, la quinta del mundo en ingresos, fue sancionada este viernes con una multa de 3.700 euros por el suicidio de Matsuri Takahashi, una joven empleada que entr¨® en depresi¨®n como consecuencia de karoshi, exceso de trabajo, un fen¨®meno originado a mediados del siglo pasado en este pa¨ªs.
En los tweets dejados tras su suicidio, Takahashi, de 24 a?os, se evidencia la fuerte carga laboral del mes anterior a su muerte, ocurrida cuando salt¨® desde el dormitorio de su empresa el 25 de diciembre de 2015.
¡°Otra vez tengo que trabajar el fin de semana. Quiero morir¡± dec¨ªa uno de los textos divulgados despu¨¦s de que su madre demandara a Dentsu. El mes anterior a su muerte la joven lleg¨® a trabajar 105 horas extras, 25 horas m¨¢s de las 80 a partir de las cuales un caso de fatiga puede ser considerado ¡°accidente laboral¡±.
La sentencia contra Dentsu se produjo dos d¨ªas despu¨¦s de que la cadena de radio y televisi¨®n p¨²blica japonesa NHK anunciara que una de sus periodistas de 31 a?os fallecida en 2013 por complicaciones cardiovasculares hab¨ªa muerto por karoshi. En su recargada agenda, mientras cubr¨ªa campa?as electorales, lleg¨® a completar 159 horas extras al mes.
En marzo de este a?o un obrero de 23 a?os que participaba en la construcci¨®n del Estadio Nacional, la sede de los JJ OO de Tokio 2020, se suicid¨® como consecuencia de fatiga laboral. En su nota de despedida afirmaba: ¡°mis condiciones f¨ªsicas y mentales han llegado al l¨ªmite¡±. Sus horas extras mensuales sobrepasaron las 211.
Acu?ado en los a?os 80, en v¨ªsperas del estallido de la burbuja econ¨®mica, el t¨¦rmino karoshi vuelve a estar de moda gracias a las demandas de familiares de v¨ªctimas que mueren de repente por fatiga laboral acumulada o que, presionadas por la inacabable carga de trabajo y el hostigamiento de colegas y superiores, entran en depresi¨®n y se quitan la vida.
Los primeros m¨¢rtires del trabajo eran en su mayor¨ªa padres de familia curtidos en la tit¨¢nica reconstrucci¨®n que tuvo lugar despu¨¦s de la derrota de la Segunda Guerra Mundial. Incentivados por el empleo vitalicio pasaban interminables jornadas en su empresa hasta que ca¨ªan fulminados por s¨²bitos ataques al coraz¨®n y accidentes cardiovasculares que solo empezaron a ser clasificados como karoshi entrada la d¨¦cada de los ochenta.
Las cifras oficiales m¨¢s recientes calculan que en 2015 hubo m¨¢s de 2.000 suicidios por karoshi. Pero abogados como Kazunari Tamaki, que representa familias de muertos por exceso de trabajo, aseguran que muchos casos se quedan sin denunciar.
Tamaki, quien ha logrado sonadas victorias legales en casos de karoshi y tiene como objetivo hacer que el gobierno fije un tope legal de 45 horas extras mensuales, explica que en Jap¨®n los sindicatos no sirven para inspeccionar o defender y la ¨²nica opci¨®n es recurrir a los cambios de las leyes.
Entre los sectores m¨¢s afectados por el karoshi figuran firmas de servicios, hospitales, medios de comunicaci¨®n, productoras de animaci¨®n y videojuegos.
El gobierno del primer ministro Shinzo Abe, creador de una pol¨ªtica de crecimiento apodada ¡°abenomics¡±, ha propuesto poner l¨ªmites vinculantes de horas extras. Pero muchas empresas cuestionan ese tipo de medidas por la escasez de mano de obra originada en el envejecimiento de la poblaci¨®n y el fuerte rechazo a la inmigraci¨®n extranjera.
La levedad de la sanci¨®n impuesta a Dentsu es considerada por muchos activistas como una muestra de la dificultad de terminar con el karoshi en una cultura donde el aguante y el estoicismo son valores tradicionales inculcados desde la infancia.
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