Trump pide fondos para el muro con M¨¦xico a cambio de un acuerdo sobre los ¡®dreamers¡¯

El futuro de los dreamers vuelve a estar en el aire. Tras anunciar en septiembre su disposici¨®n a un acuerdo con los dem¨®cratas para salvarles de la deportaci¨®n, el presidente Donald Trump ha decidido ahora forzar el paso y ha exigido a cambio un endurecimiento de la pol¨ªtica migratoria que incluye financiar el muro con M¨¦xico, limitar los permisos de residencia, acelerar las expulsiones de menores centroamericanos, contratar a 10.000 agentes y retirar fondos a las ciudades santuario. Un paquete de m¨¢ximos que ya ha sido rechazado por la oposici¨®n y que hacer prever una correosa negociaci¨®n.

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Trump y los dem¨®cratas se acercan a un pacto para proteger a los 800.000 ¡®dreamers¡¯

Comienza la construcci¨®n de prototipos del muro de Trump en la frontera con M¨¦xico

Negociar con Donald Trump es un riesgo. El antiguo tibur¨®n inmobiliario suele llevar la partida al l¨ªmite. Da igual que sea el pacto nuclear con Ir¨¢n, la escalada con Corea del Norte o el Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte. El objetivo final siempre es el mismo: obtener alguna ventaja respecto a la situaci¨®n inicial. Para ello aprieta el acelerador hasta el fondo y espera que sea el otro quien acabe apart¨¢ndose.

Los dreamers, esos 800.000 inmigrantes que llegaron siendo menores a Estados Unidos, no son una excepci¨®n. A principios de septiembre, tras meses de dudas, Trump decidi¨® liquidar el programa (DACA, Acci¨®n Diferida para Llegadas Infantiles en sus siglas en ingl¨¦s) que les permit¨ªa permanecer legalmente en el pa¨ªs. Pero, consciente del impacto que la deportaci¨®n de estos j¨®venes tendr¨ªa en sus propias filas, concedi¨® una pr¨®rroga de seis meses para buscar una salida en el Congreso.

Con el reloj en cuenta atr¨¢s, los esfuerzos negociadores se multiplicaron en los primeros d¨ªas hasta cuajar en un principio de acuerdo con los l¨ªderes dem¨®cratas en el Senado y la C¨¢mara de Representantes. El pacto, que exclu¨ªa el muro con M¨¦xico, hizo pensar en una soluci¨®n r¨¢pida. Pero la presentaci¨®n este domingo por la noche de los planes migratorios de Trump, ha vuelto a oscurecer el horizonte.

El paquete anunciado no s¨®lo incluye la financiaci¨®n del muro con M¨¦xico, una de las promesas electorales de mayor carga xen¨®foba y con un coste calculado en 20.000 millones de d¨®lares, sino que endurece el control de fronteras, la concesi¨®n de asilo, las deportaciones y la persecuci¨®n policial de los sin papeles. ¡°Todos estos cambios han de incluirse como parte de cualquier legislaci¨®n que trate el estatus de DACA. Sin ellas, la inmigraci¨®n ilegal y en cadena, que carga severamente a los trabajadores americanos y contribuyentes, continuar¨¢ sin fin¡±, advierte el presidente en una carta al Congreso.

La reforma, en caso de aprobarse, supondr¨ªa el mayor giro migratorio desde 1986 y contribuir¨ªa al sue?o aislacionista de Trump. Junto a la financiaci¨®n del muro, la iniciativa lanzada por la Casa Blanca incluye apartados tan espinosos como la devoluci¨®n expr¨¦s de los menores sin papeles y no acompa?ados. Esta medida, que ya afecta a los procedentes de M¨¦xico y Canad¨¢, no se aplica a¨²n a las decenas de miles de ni?os y adolescentes de Honduras, Guatemala o El Salvador que, huyendo de la miseria y el azote de las maras, han buscado en los ¨²ltimos a?os un futuro mejor en Estados Unidos.

Otro puntal del plan radica en la denegaci¨®n del permiso de residencia a quienes no sean hijos o c¨®nyuges de inmigrantes integrados. Frente al reagrupamiento familiar, la Casa Blanca pretende ahora favorecer un ¡°sistema de puntos¡± basado en los m¨¦ritos que ¡°proteja a los trabajadores y contribuyentes americanos¡±.

Tampoco es menor el ataque a las denominadas ciudades santuario. Ante la resistencia de las grandes urbes del pa¨ªs, en especial Los ?ngeles y Nueva York, a cooperar con las autoridades federales en materia de inmigraci¨®n, la Casa Blanca quiere romperles el espinazo mediante la coerci¨®n econ¨®mica. Para ello propone retirarles fondos si incumplen sus ¨®rdenes, entre ellos facilitar toda la informaci¨®n sobre indocumentados.

El proyecto se redondea con un fuerte aumento de los medios: contrataci¨®n de 10.000 agentes m¨¢s del Servicio de Inmigraci¨®n y Control de Aduanas (ICE, en sus siglas en ingl¨¦s), as¨ª como 1.000 abogados, 370 jueces y 300 fiscales especializados.

El sesgo antimigratorio de la iniciativa vaticina una negociaci¨®n compleja. La inmigraci¨®n es uno de los fuertes de Trump. Un espacio donde confluyen electores de ambos lados, pero que tiene un l¨ªmite claro en la expulsi¨®n de los dreamers. Tanto una mayor¨ªa republicana como dem¨®crata la rechazan. Y el presidente, consciente de ello, no quiere frenarla sin sacar el m¨¢ximo partido.