Trump da la estocada final al plan de Obama contra las emisiones de efecto invernadero

La Administraci¨®n de Donald Trump dar¨¢ el martes la estocada final al plan de Barack Obama para reducir la emisi¨®n de gases de efecto invernadero en las centrales el¨¦ctricas, uno de los giros pol¨ªticos radicales de la nueva Casa Blanca, que le aleja as¨ª de los objetivos del Pacto de Par¨ªs, del que se ha descolgado, y le acerca al votante estadounidense preocupado por el empleo en las minas de carb¨®n. El jefe de la Agencia de Protecci¨®n Medioambiental (EPA, en sus siglas en ingl¨¦s), Scott Pruitt, avanz¨® este lunes que firmar¨ªa la propuesta para empezar la retirada de este programa impulsado por el Gobierno dem¨®crata, que se consider¨® una hostilidad contra las regiones afectadas y se top¨® con muchos problemas legales.

¡°Este es el mensaje del presidente: la guerra del carb¨®n ha terminado¡±, dijo Pruitt en un acto p¨²blico celebrado precisamente en un punto caliente de esta industria, la ciudad de Hazard, en el estado de Kentucky. El objetivo de Obama consist¨ªa en una reducci¨®n de la contaminaci¨®n del 32% en el horizonte de 2030, con respecto a los niveles de 2005, algo que afectaba a 1.600 plantas en todo el pa¨ªs. Las m¨¢s contaminantes hubiesen tenido que cerrar.

La medida, presentada en 2015 y de envergadura hist¨®rica, le acarre¨® un duro castigo electoral en las presidenciales del pasado noviembre y todo un rosario de pleitos por parte estados republicanos que llevaron al Tribunal Supremo a suspender su aplicaci¨®n mientras el asunto se resolv¨ªa en los tribunales.

Una debilidad legal del plan de Obama consiste en que daba por hecho que las plantas el¨¦ctricas afectadas deb¨ªan sustituir el carb¨®n por energ¨ªas limpias como la e¨®lica buscando suministros en otras instalaciones. El argumento que sus detractores usaron en los tribunales estriba en que la EPA solamente puede exigir a las centrales medidas de reducci¨®n de la contaminaci¨®n que puedan adoptarse en las mismas centrales.

El equipo de Trump tambi¨¦n apela a la legalidad para tumbar el plan, aunque su decisi¨®n va mucho m¨¢s all¨¢ de los tecnicismos. Muy esc¨¦ptico del calentamiento global, una se?a de identidad de la Administraci¨®n del republicano es la vocaci¨®n de acabar con la pol¨ªtica de Obama en la lucha contra el cambio clim¨¢tico, no solo con el adi¨®s al Pacto de Par¨ªs , sino situando al frente a de la EPA a un hombre como Pruitt, que no cree en la contribuci¨®n del hombre este fen¨®meno y que, como fiscal de Oklahoma, hab¨ªa bloqueado en los tribunales las regulaciones de Obama para luchar contra el calentamiento global.

"El anterior Gobierno utilizaba sin remordimientos cada parcela de poder para que la EPA creara a ganadores y perdedores y decidiera c¨®mo se genera electricidad en este pa¨ªs. Eso est¨¢ mal", dijo Pruitt este lunes.

La actividad de las centrales el¨¦ctricas que utilizan el gas o el carb¨®n supone alrededor de un tercio de las emisiones de di¨®xido de carbono en Estados Unidos, aunque muchas ya han comenzado un proceso de abandono de energ¨ªas f¨®siles. La regulaci¨®n de Obama, seg¨²n los datos facilitados en su d¨ªa, acarrear¨ªa un coste de 9.600 millones de d¨®lares, pero reportar¨ªa entre 37.000 y 90.000 millones de d¨®lares en beneficios a largo plazo.

La nueva Administraci¨®n debe ahora presentar su propia hoja de ruta, c¨®mo quiere que sea su modelo energ¨¦tico para el siglo XXI.