La UE exige m¨¢s a May, pero abre una rendija para evitar una ruptura
La cumbre de l¨ªderes en Bruselas apunta a diciembre para hablar del futuro postBrexit
La UE hace un gui?o a Reino Unido para evitar que cunda el des¨¢nimo sobre el Brexit. Los jefes de Estado y de Gobierno constatar¨¢n este viernes en Bruselas que no hay progresos suficientes para dar por superada la fase del divorcio y pasar a lo que verdaderamente importa en Londres: el futuro acuerdo comercial con Bruselas. Pero, a la vez, la cumbre ofrecer¨¢ una especie de premio de consolaci¨®n a la primera ministra, Theresa May. Los Veintisiete se declarar¨¢n dispuestos a preparar ya la discusi¨®n sobre el marco que suceder¨¢ al Brexit. May les pidi¨® este jueves avances en este complejo proceso.
La retirada brit¨¢nica de la UE se ve de forma radicalmente opuesta a ambos lados del Canal de la Mancha. ¡°Vamos a examinar los progresos concretos que hemos hecho durante nuestras negociaciones y a fijar los ambiciosos planes que tenemos para las pr¨®ximas semanas¡±, confiaba la primera ministra brit¨¢nica, Theresa May, a su entrada a la cumbre. ¡°No hay progresos suficientes para pasar a la segunda fase¡±, sintetizaba la canciller alemana, Angela Merkel, aunque tambi¨¦n abr¨ªa una rendija al futuro: ¡°Continuaremos las discusiones con vistas a alcanzar la segunda fase en diciembre¡±.
Esa referencia concreta al final del a?o es lo que salva a May de volver a Londres con una sensaci¨®n de derrota. La cumbre de octubre estaba destinada a certificar los avances en las negociaciones de divorcio para abrir la ansiada segunda fase. Una vez constatado que ese escenario era inalcanzable, los Veintisiete idearon una f¨®rmula que limara asperezas. Las conclusiones que tienen previsto aprobar este viernes los l¨ªderes (en formato post-Brexit, ya sin May) apuntan a la cumbre de diciembre como fecha para aprobar el mandato de negociaci¨®n de la relaci¨®n futura. Y para ello se inician ya ¡°las discusiones preparatorias internas¡±.
Divisi¨®n sobre el libre comercio
El nivel de ambici¨®n que debe asumir la UE en sus tratados comerciales es uno de los puntos m¨¢s controvertidos de la cumbre. La divisi¨®n era palpable a la entrada de la reuni¨®n. El presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, encabeza la l¨ªnea menos entusiasta con la hiperactividad desplegada por Bruselas en este terreno en los ¨²ltimos tiempos, con negociaciones en marcha con Mercosur, M¨¦xico, Australia o Nueva Zelanda.
¡°Una Europa que protege es una Europa que sabe pactar buenos acuerdos de libre comercio para proteger a sus trabajadores y consumidores¡±, afirm¨® Macron a su llegada. ¡°No me gusta el enfoque de que debemos frenar las negociaciones de libre comercio¡±, contrapuso el primer ministro sueco, Stefan L?fven. Otros pa¨ªses como Holanda y Finlandia tampoco comparten esos recelos hacia la globalizaci¨®n. Enfrente, Francia apuesta por un equilibrio entre la tradicional posici¨®n librecambista de la UE y el gui?o a las cr¨ªticas de la ciudadan¨ªa a acuerdos como el CETA (con Canad¨¢) o el TTIP (con EE UU).
Esa concreci¨®n incomodaba a algunos Estados, que se resist¨ªan a dar ¨¢rnica a Reino Unido. El motivo es que un cap¨ªtulo de los tres que componen la cesta del divorcio (el ajuste de cuentas entre Londres y Bruselas a la hora de la salida) no ha avanzado ni un mil¨ªmetro desde el inicio de la negociaci¨®n. ¡°Pero la menci¨®n de diciembre no nos compromete a nada¡±, puntualiza un diplom¨¢tico europeo.
Antes de la sesi¨®n de este viernes, May pretend¨ªa aprovechar la cena de anoche, a la que s¨ª asist¨ªa, para hacer un llamamiento a la concordia. Ning¨²n pa¨ªs esperaba promesas concretas, pero la l¨ªder brit¨¢nica calde¨® el ambiente por la ma?ana, con una carta de apego hacia los m¨¢s de tres millones de ciudadanos comunitarios que residen en Reino Unido y que se ver¨¢n directamente afectados por la ruptura. Este es el ¨²nico apartado de la negociaci¨®n que registra avances significativos.
Aunque todas las voces europeas cuentan, el papel de Alemania en el tono final del Brexit (suave o duro) se anticipa fundamental. M¨¢s all¨¢ de las declaraciones p¨²blicas, el Ministerio de Exteriores alem¨¢n aboga en un documento interno, al que ha tenido acceso este diario, por un amplio acuerdo de libre comercio, que incluya como m¨ªnimo la pol¨ªtica exterior y de seguridad, la lucha contra el terrorismo, la cooperaci¨®n en justicia, la pol¨ªtica agr¨ªcola y de pesca, la energ¨ªa, el transporte (en especial el a¨¦reo) y los asuntos digitales y de I+D. La clave, sin embargo, es el pacto sobre los servicios financieros: saber si la City puede seguir siendo el centro financiero de Europa o si Berl¨ªn va a presionar para tra¨¦rselo al continente; a Fr¨¢ncfort.
Antes de adentrarse en el Brexit ¡ªel apartado m¨¢s sustancial de la cita de l¨ªderes en Bruselas¡ª, los Veintiocho abordaron otros asuntos. La cita empez¨® con la migraci¨®n. Los gobernantes se felicitaron por haber dejado atr¨¢s los peores momentos de la crisis migratoria, pero son conscientes de que las tensiones pueden emerger en cualquier momento.
Fondos para ?frica
La Comisi¨®n Europea urgi¨® a los pa¨ªses a nutrir el fondo fiduciario para ?frica, el principal instrumento del que se ha dotado la UE para fomentar el desarrollo del continente vecino (principalmente para contener los flujos migratorios). Algunos pa¨ªses recelan de este instrumento, dotado con 3.100 millones de euros (casi la totalidad proveniente de los presupuestos comunitarios). ¡°Claramente es insuficiente; si queremos estar presentes en ?frica, tenemos que incrementarlo¡±, inst¨® el presidente del Ejecutivo de la UE, Jean-Claude Juncker.
Los Veintiocho evitaron ahondar en el debate m¨¢s controvertido: la reforma del sistema de asilo para equilibrar la responsabilidad entre Estados miembros. Como palanca de presi¨®n al Consejo Europeo, que representa a los Estados, la Euroc¨¢mara aprob¨® este jueves su modelo, que ahora deber¨¢ ser negociado con los gobernantes. Se trata de un sistema permanente de reparto de refugiados entre los pa¨ªses comunitarios, algo que levanta ampollas entre muchos mandatarios (especialmente los del Este). El Parlamento propone que cada pa¨ªs acoja asilados en funci¨®n de su PIB y su poblaci¨®n y que se resten fondos estructurales a aquellos que no cooperen. Es muy improbable que el Consejo respalde esta f¨®rmula.
En la cena, m¨¢s informal, hubo una discusi¨®n sobre Turqu¨ªa. El asunto se incluy¨® en la agenda a petici¨®n de Alemania, cuando la ficci¨®n de mantener a ese pa¨ªs como aspirante a ingresar en la UE calent¨® la campa?a de las elecciones alemanas. Casi un mes despu¨¦s, los ¨¢nimos se han serenado y ni Berl¨ªn, ni casi ninguna otra capital, abogan en serio por suspender formalmente ese v¨ªnculo ¡ªen la pr¨¢ctica congelado¡ª con un socio estrat¨¦gico.
A la vez, se resisten a quedarse de brazos cruzados ante el deterioro de la democracia en Turqu¨ªa. Y se agarran a una v¨ªa intermedia: mantener, sobre el papel, la perspectiva de adhesi¨®n pero congelar ¡ªo reorientar¡ª los fondos europeos que recibe Turqu¨ªa en concepto de preparaci¨®n para la integraci¨®n europea.
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