Ser alcalde en M¨¦xico, un cargo de alto riesgo

En el comedor de la viuda se acumulan el ma¨ªz, los frijoles, el az¨²car y las galletas que han tra¨ªdo los vecinos. A pesar de que Huitzilan, un municipio ind¨ªgena de 15.000 habitantes escondido en la sierra de Puebla, es considerado ¡°de alta marginalidad¡±, cientos de personas, algunos con zapatos por primera vez, llegaron para despedir a su alcalde con comida para el velorio.

Durante el novenario el Padrenuestro se pronuncia en n¨¢huatl, espa?ol y totonaco y bajo el tejado de aluminio tres mujeres- su madre, su hermana y su esposa- lloran al finado, acribillado hace ocho d¨ªas en mitad de la carretera.

A Manuel Hern¨¢ndez, de 35 a?os lo estaban esperando al salir de una curva. Ven¨ªa ¡°de hacer unos mandados en Zacapoaxtla¡±, cuando un coche que lo segu¨ªan se atraves¨® en el camino. Le dispararon con un R-15 y al intentar huir ¡°lo remataron como si fuera un animal¡±, recuerda su viuda.

Cuando comenz¨® a hacerse este reportaje, ¨¦l era ¨²ltimo alcalde asesinado, pero cuando se publica, Crisp¨ªn Guti¨¦rrez, acribillado el viernes a mil kil¨®metros de ah¨ª hacia el Oeste, en un pueblo de Colima, ocupa su puesto.

Huitzilan es un ejemplo m¨¢s del repunte de la violencia que ha puesto sus ojos en los ayuntamientos. En los ¨²ltimos diez a?os han sido asesinados m¨¢s de 50 regidores, tres de ellos en el ¨²ltimo mes.

Desde que lleg¨® Enrique Pe?a Nieto al poder en 2012 han muerto 23 presidentes municipales, seg¨²n la Asociaci¨®n Nacional de Alcaldes (ANCA). Sin embargo, el fen¨®meno no es exclusivo del gobierno del Revolucionario Institucional (PRI) y durante la gesti¨®n de Felipe Calder¨®n (2006-2012), del opositor Acci¨®n Nacional, fueron asesinados otros 32.

Sin escoltas, sin recursos y en un contexto de violencia e impunidad del 90%, ser alcalde es una tarea de h¨¦roes que se lleva por delante el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil. La tradici¨®n se?ala que a medida que se acerquen las elecciones presidenciales de dentro de ocho meses, aumentar¨¢ el goteo de muertes.

A la cacer¨ªa contra los alcaldes se suma la reconfiguraci¨®n que vive el crimen organizado. ¡°Antes, los grandes grupos criminales se dedicaban principalmente a exportar drogas hacia Estados Unidos. Era un mundo de narcos, no de mafiosos. Y en ese contexto, los gobiernos municipales eran b¨¢sicamente irrelevantes. Ahora son bandas m¨¢s peque?as y depredadoras. Su capacidad de generar ingresos tiene que ver con la capacidad de provocar violencia. Me refiero a bandas mafiosas como Guerreros Unidos, Los Rojos o los guachicoleros (bandas dedicadas a la extracci¨®n de gasolina de los ductos)¡±, dice Alejandro Hope, acad¨¦mico y columnista experto en seguridad.

En M¨¦xico hay 2.446 municipios y de ellos 600 no tienen polic¨ªa local. El 80% de los 1.800 municipios restantes tiene un cuerpo policial de 20 personas o menos. Seg¨²n Hope es en esos lugares donde se producen la mayor¨ªa de ejecuciones. ¡°Son asesinatos muy baratos porque no provocan reacci¨®n en el Estado y por tanto no calientan la plaza. Llevamos tres alcaldes muertos y varios atentados en el ¨²ltimo mes y el Estado no ha respondido, ni tiene una estrategia explicita de protecci¨®n hacia ellos¡±, a?ade.

En la ¨²ltima d¨¦cada, adem¨¢s de los alcaldes en activo, otros 37 ex ediles han sido acribillados. La mayor cantidad de ejecuciones se ha registrado en Oaxaca y Puebla, que suman casi la mitad de los asesinados en todo el pa¨ªs. Seg¨²n ANCA, que aglutina a los alcaldes del opositor PAN, las razones de la violencia son ¡°el bajo desarrollo institucional, la precariedad, la falta de recursos para seguridad y la presencia del crimen organizado¡±, dice su ¨²ltimo informe.

El viernes el alcalde de Ixtlahuac¨¢n, Colima, fue asesinado cuando iba en su coche. Unas horas antes, Jos¨¦ Misael Gonz¨¢lez, de Calcom¨¢n, Michoac¨¢n, recibi¨® un balazo en un hombro. Gonz¨¢lez se hab¨ªa unido a los grupos de Autodefensa que se hab¨ªan levantado en armas en 2013 contra los Caballeros Templarios hasta lograr su expulsi¨®n de Michoac¨¢n.

¡°Somos la parte m¨¢s d¨¦bil y apenas con un sueldo de 9.000 pesos (unos 400 euros)¡±, explica Bety Gonz¨¢lez. Seg¨²n la viuda, la muerte de su marido es crimen pol¨ªtico organizado por los caciques cafetaleros de la zona en contra de la organizaci¨®n Antorcha Campesina que lideraba Manuel Hern¨¢ndez. Desde que en 1984 su organizaci¨®n lleg¨® al poder, mandar en este pueblo es m¨¢s una condena que un privilegio; tres alcaldes en activo y dos retirados han sido asesinados.

Sin embargo, cunde la sensaci¨®n de que est¨¢ vez habr¨¢ justicia m¨¢s all¨¢ de las monta?as. ¡°Antorcha Campesina tiene fuerza social y me siento acompa?ada porque s¨¦ que van a movilizar para reclamar justicia, si no estar¨ªa sola en casa llorando¡±, describe.

Hasta que se calmen las ganas de venganza en Huitzilan, agentes ministeriales de pistola a la cintura y cadena de oro llegados de Puebla conviven con silenciosos ind¨ªgenas de huarache (calzado t¨ªpico) y sombrero blanco. El nuevo alcalde, el antiguo Secretario de educaci¨®n, asiste al velorio y traga saliva.