El rescate ¨¦pico de un legado cultural asombroso
Una ONG est¨¢ catalogando, restaurando y digitalizando 377.491 libros manuscritos en ¨¢rabe y lenguas africanas que fueron rescatados de las garras yihadistas en el norte de Mal¨ª
La lectura y digitalizaci¨®n, por primera vez en la historia, de los cientos de miles de manuscritos antiguos rescatados de la ciudad de Tombuct¨² durante la ocupaci¨®n yihadista del norte de Mal¨ª en 2012 est¨¢ dando ya sus primeros frutos. Los historiadores y expertos ya sab¨ªan de la existencia de manuscritos aljamiados, es decir, escritos en lenguas africanas pero con caracteres ¨¢rabes. Sin embargo, los legajos de Tombuct¨² revelan que la importancia de estos en las sociedades precoloniales de ?frica Occidental es superior a la que se pod¨ªa suponer en un principio, ya que est¨¢n apareciendo miles de libros escritos en tamashek, wolof, sonink¨¦, b¨¢mbara o songhay. La extendida y err¨®nea idea de que las lenguas africanas s¨®lo eran orales sigue saltando por los aires.
En una discreta casa de dos plantas situada en una apartada y tranquila calle de tierra llena de piedras y socavones del barrio de Baco Djikoroni, en Bamako, 80 trabajadores de la ONG Savama realizan una tit¨¢nica tarea: la catalogaci¨®n, restauraci¨®n, lectura y digitalizaci¨®n de los 377.491 libros manuscritos procedentes, en su inmensa mayor¨ªa, de Tombuct¨² y que datan de entre los siglos XIII y XX. Todo comenz¨® en 2012, con la ocupaci¨®n yihadista del norte del pa¨ªs y la gigantesca operaci¨®n de rescate y puesta a salvo de todos esos papeles, que fueron saliendo camuflados en canoas, veh¨ªculos privados o autobuses durante meses.
El m¨¢ximo responsable de aquella gesta es la misma persona que hoy custodia los manuscritos y coordina los trabajos de restauraci¨®n, lectura y escaneado que comenzaron en 2013, el propietario de una de las bibliotecas privadas de la ciudad, Abdelkader Ha?dara. Sentado en su despacho de la segunda planta de la sede de Savama, asegura con una sonrisa: ¡°Ya hemos catalogado m¨¢s del 60% y digitalizado una cuarta parte del total. Esto nos ha dado la oportunidad de leerlos y de llevarnos muchas sorpresas. Cada d¨ªa descubrimos cosas que no sab¨ªamos que exist¨ªan, vemos autores o textos nuevos¡±.
Pr¨¢cticamente todos los manuscritos est¨¢n escritos en ¨¢rabe, la lengua culta dominante en el norte de ?frica desde que comenzara su islamizaci¨®n en el siglo VIII, pero una de esas sorpresas ha sido que al menos un 5%, lo que podr¨ªa representar unos 15.000 libros, est¨¢ escrito con caracteres ¨¢rabes, pero en diferentes lenguas africanas. ¡°Ya sab¨ªamos de su existencia, pero nos est¨¢ llamando la atenci¨®n el volumen, la presencia de una gran cantidad de manuscritos en idiomas como pulaar, b¨¢mbara, songhay, tamashek, sonink¨¦, bobo, hassan¨ªa, bozo, hausa o wolof. Incluso hemos visto algunos en lenguas que no hemos podido descifrar que quiz¨¢s ya est¨¦n muertas. Es una nueva escuela para todos¡±.
Entre esos libros, que son de unos pocos folios hasta m¨¢s de mil, hay poemas, cartas, tratados de teolog¨ªa, cr¨®nicas hist¨®ricas, registros de enfermedades o incluso informes de guerra. ¡°Nos hemos encontrado con manuscritos redactados por mandos militares dirigidos a sus generales escritos en lenguas africanas. Pensamos que de esta manera se pretend¨ªa ocultar la informaci¨®n al enemigo si el documento ca¨ªa en sus manos¡±, a?ade Ha?dara. En la poes¨ªa surgen m¨¢s ejemplos. ¡°En ¨¢rabe hay palabras muy complicadas para alguien que tenga un conocimiento somero del idioma, por eso muchos poetas las traduc¨ªan a su lengua local y las insertaban en su obra¡±, explica.
Pero como ocurriera con las lenguas romances, entre ellas el espa?ol, fue en el ¨¢mbito religioso donde los idiomas africanos emergieron con fuerza. ¡°Hay una obra teol¨®gica que explica el Cor¨¢n escrita en pulaar con caracteres ¨¢rabes. De esta manera se pod¨ªa aproximar el conocimiento del Islam a fieles capaces de descifrar el alfabeto, pero que no estaban necesariamente familiarizados con el vocabulario ¨¢rabe, que en aquellos siglos era un signo de distinci¨®n propio y exclusivo de los intelectuales y de ciertas ¨¦lites¡±, explica Ha?dara.
El custodio de la Biblioteca Andalus¨ª de Tombuct¨², conocida como Fondo Kati, Ismael Dadi¨¦, explica que ya en los a?os ochenta, tras la creaci¨®n del centro de investigaci¨®n Ahmed Baba en dicha ciudad, se puso de manifiesto la presencia de estos manuscritos aljamiados. ¡°El problema es que para saber la dimensi¨®n de los mismos hay que hacer un repertorio de todas las bibliotecas¡±, asegura. Eso es precisamente lo que est¨¢ haciendo la ONG Savama en Bamako gracias al apoyo de Unesco, la Fundaci¨®n Ford o la cooperaci¨®n suiza y alemana, entre otros.
La oportunidad que la catalogaci¨®n de los manuscritos representa no ha pasado desapercibida para historiadores e investigadores. ¡°Existe una enorme demanda de consultas, estudiosos de Mal¨ª pero tambi¨¦n de pa¨ªses ¨¢rabes que quieren acceder a los fondos¡±, asegura Ha?dara, quien el pasado mes de agosto organiz¨® un seminario con propietarios de bibliotecas de varios pa¨ªses para definir c¨®digos de conducta y buenas pr¨¢cticas entre los usuarios. ¡°Queremos abrir los manuscritos al mundo, pero es un material muy fr¨¢gil y queremos hacerlo bien. Hay gente que no sabe c¨®mo tratarlos y los propietarios tienen miedo a que se puedan perder o estropear. La digitalizaci¨®n es clave¡±, a?ade.
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