Trump responde al atentado de Nueva York con promesas de recortes migratorios

Donald Trump reaccion¨® al primer atentado yihadista de su presidencia con una arenga antiinmigraci¨®n fiel a su libro de estilo, pero de una vehemencia sorprendente incluso en sus par¨¢metros. El martes, Sayfullo Saipov, de 29 a?os, invadi¨® con su camioneta un carril bici en Nueva York y mat¨® a ocho personas siguiendo instrucciones del ISIS. Era de origen uzbeko y hab¨ªa logrado la residencia gracias a una loter¨ªa de visados. El dato bast¨® a Trump para anunciar apenas 24 horas despu¨¦s de la tragedia el cese de ese sistema y desempolvar un lugar maldito de la lucha antiterrorista americana: la c¨¢rcel de Guant¨¢namo.

El de la tarde de Halloween fue el peor atentado sufrido en Nueva York, la ciudad natal del presidente, desde el 11-S. La metr¨®polis, cuya polic¨ªa local cuenta con una unidad antiterrorista sin parang¨®n, con su propio servicio de inteligencia y agentes repartidos por el mundo, se vio atacada por un tipo de terrorista al que es dif¨ªcil de parar: un lobo solitario armado con una camioneta alquilada. ¡°Un animal¡±, dijo Trump este mi¨¦rcoles, antes de comenzar la reuni¨®n de su gabinete en Washington. Preguntado por un periodista, respondi¨® de ¡°desde luego¡± se plantear¨ªa enviarlo a ese centro de reclusi¨®n que George W. Bush abri¨® en la base militar estadounidense de Cuba, precisamente despu¨¦s de la masacre de la Torres Gemelas.

La camioneta del terrorista segu¨ªa por la ma?ana en el barrio de Tribeca, siniestrada y abierta, mientras la polic¨ªa cient¨ªfica recog¨ªa pruebas y los vecinos segu¨ªan su vida normal. Dice Joe Lapore, de 58 a?os, que hace 16 vio el primer avi¨®n asesino pasar sobre su cabeza mientras aguardaba en un sem¨¢foro de la calle 39, y que siempre supo que "alg¨²n d¨ªa iba a volver a ocurrir". Fue ayer. Los j¨®venes que esta ma?ana paseaban por la zona no pensaban en el 11-S, pero todo aquel por encima de la treintena lo rememoraba en cuanto abr¨ªa boca. Trump record¨® Guant¨¢namo.

Aquel centro se convirti¨® en un limbo legal en el que proliferaron las torturas y donde sospechosos sin acusaci¨®n formal pod¨ªan permanecer enjaulados indefinidamente. Lleg¨® a albergar casi 800 reclusos y fue un quebradero de cabeza para Barack Obama, que lo hered¨® a¨²n con m¨¢s de 200 y no lo consigui¨® cerrar, aunque ahora solo quedan 41 encarcelados. En los planes del nuevo presidente estadounidense nunca ha estado clausurarlo. Ya advirti¨® en enero de que frenar¨ªa otros traslados y ahora ha dejado claro que puede enviar a nuevos detenidos, algo que no ocurre desde 2008 y que, adem¨¢s, en el caso de Saipov, supondr¨ªa el primer traslado de un detenido el suelo americano.

Trump vincul¨® terrorismo con inmigraci¨®n sin contemplaciones durante su carrera hacia la Casa Blanca. En diciembre de 2015, tras el atentado de San Bernardino (California), defendi¨® que se prohibiera la entrada en el pa¨ªs de musulmanes. Ahora, en la primera prueba de fuego, lejos de calmar las aguas, le ha sacado a¨²n m¨¢s punta a su discurso. ¡°Este hombre entr¨® aqu¨ª, o como quiera llamarlo, y se trajo a otra gente con ¨¦l. Y ¨¦l fue el punto de contacto inicial, y 23 personas vinieron con ¨¦l potencialmente¡±, dijo. ¡°Queremos librarnos de esa cadena migratoria¡±, recalc¨®, y afirm¨® que los familiares del detenido tambi¨¦n supon¨ªan un ¡°peligro potencial¡± para los estadounidenses.

El ideario del republicano choca con la pol¨ªtica dominante en Nueva York, rabiosamente dem¨®crata y con un alcalde, Bill de Blasio, perteneciente al ala m¨¢s progresista del partido. Ciudad santuario -es decir, que no persigue activamente la inmigraci¨®n irregular salvo que haya delitos de por medio-, la metr¨®polis ha acogido m¨²ltiples protestas contra el veto migratorio y otras pol¨ªticas restrictivas de Trump. Ahora, parad¨®jicamente, se ha convertido en el resorte que ha activado nuevas promesas de mano dura contra la llegada de extranjeros.

¡°?Qu¨¦ tiene que ver esto con la inmigraci¨®n? Era un loco, un terrorista. Cuando ese hombre en Las Vegas mat¨® a toda esa gente, nadie habl¨® de d¨®nde era¡±, explicaba la estudiante Sof¨ªa V¨¢zquez, de 19 a?os, junto al cord¨®n policial que proteg¨ªa la zona del ataque. En medio de su declaraci¨®n en plena calle, una mujer en la treintena la interrump¨ªa airada: ¡°Por el amor de Dios, ese hombre vino aqu¨ª en 2010 y se radicaliz¨® en nuestro pa¨ªs. C¨®mo puedes decir que no tiene nada que ver con la inmigraci¨®n, hay que dejar esa correcci¨®n pol¨ªtica¡±, estall¨®, antes de marcharse sin querer decir su nombre y apellidos.

El rifirrafe es una buena muestra de la divisi¨®n de opiniones en Estados Unidos y de que, pese a los discursos p¨²blicos, muchos americanos ven con buenos ojos medidas como la de acabar con el sistema de visados que trajo a Saipov. "El terrorista entr¨® en nuestro pa¨ªs a trav¨¦s de lo que se conoce como 'Programa de Loter¨ªa de Visas de Diversidad', una perla de Chuck Schumer. Quiero que est¨¦ basado [el sistema de visados] en el m¨¦rito", dijo el mandatario. Ahora pedir¨¢ al Congreso que acabe con esa loter¨ªa. Se trata de un sorteo de 50.000 permisos de residencia y temporales al a?o que busca fomentar la diversidad del pa¨ªs, por eso est¨¢n pensados para ciudadanos de lugares de bajo flujo migratorio. Fue creado en 1990 con el apoyo de Schumer, l¨ªder dem¨®crata en el Senado, y firmado como ley por Bush padre.

Trump tambi¨¦n advirti¨® de que se extremar¨ªan lo controles para conceder visados, una necesidad que esgrimi¨® cuando impuls¨® el veto a seis pa¨ªses de mayor¨ªa musulmana. Uzbekist¨¢n, la tierra natal del terrorista de Tribeca, no formaba parte de esa lista de pa¨ªses. Tampoco Afganist¨¢n, de donde proced¨ªa el que puso una bomba en Chelsea el oto?o pasado. Ni los hermanos de origen checheno que atacaron Boston en 2013 se ver¨ªan rechazados por esa lista.

"Nosotros apoyamos que se pueda vetar a determinadas personas, pero no a grupos de gente solo por su religi¨®n o por su pa¨ªs de origen", dijo De Blasio, que el d¨ªa 7 se enfrenta a su reelecci¨®n como alcalde. El gobernador, Andrew Cuomo, pidi¨® a los ciudadanos que siguieran con su vida. ¡°Sed neoyorquinos¡±, dijo. Lo fueron, los vecinos cuentan que la cabalgata de Halloween se desarroll¨® como si nada hubiera pasado.?