La JEP, una urgencia real
Sin justicia transicional, las FARC se quedan sin juzgamiento y las v¨ªctimas no tendr¨¢n ni verdad ni reparaci¨®n
Por estos d¨ªas los del S? a la paz se declaran enga?ados y los del NO reclaman que ten¨ªan raz¨®n. Ni lo uno ni lo otro. Lo ¨²nico cierto es que la participaci¨®n pol¨ªtica de las FARC est¨¢ garantizada en los acuerdos: pueden participar en pol¨ªtica sin que ning¨²n tipo de sanci¨®n los inhabilite. Solo hay que leer (art¨ªculo 20, Acto Legislativo 01 y art¨ªculo 36 del Acuerdo sobre V¨ªctimas). A menos, claro est¨¢, que no digan la verdad y entonces les quedar¨ªa dif¨ªcil tener papel de congresistas o de candidatos presidenciales dentro de una celda. As¨ª que el anuncio de ¡°Timochenko¡± de lanzarse a buscar votos no deber¨ªa sorprender a nadie.
Si estamos o no de acuerdo es otro tema. Yo no lo estoy. Habr¨ªa preferido ver a los ex miembros de esa guerrilla pasar primero por el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparaci¨®n y No Repetici¨®n, pero eso no se logr¨® ni en Colombia ni en ninguna parte del mundo cuando se ha tratado de desarmar a las guerrillas.
Mi desacuerdo no me impide ver y alertar sobre quienes han dilatado y puesto palos en la rueda a la aprobaci¨®n de la ley estatutaria de la Justicia Especial para la Paz, porque eso no invalida su car¨¢cter neur¨¢lgico del acuerdo de paz, y las consecuencias de no instalar la JEP son mayores.
Si la ley que reglamenta la justicia especial no se aprueba antes de finalizar el mes de noviembre, podr¨ªa darse por roto el acuerdo con las FARC con la respectiva denuncia de incumplimiento ante los garantes internacionales. Las disidencias que tanto afectan la implementaci¨®n pos acuerdos aumentar¨¢n. En el escenario de tener que tramitarla por la v¨ªa ordinaria en el Congreso y no por Fast Track, estar¨ªamos cruz¨¢ndonos con la etapa electoral y si a esto se suma el control que debe hacer la Corte Constitucional de las leyes, estamos hablando del nacimiento de la JEP en 2020.
Sin justicia transicional, las FARC se quedan sin juzgamiento y eso significa que las v¨ªctimas, que han sido el centro de todo este esfuerzo, no tendr¨¢n ni verdad ni reparaci¨®n. Ahora bien, con JEP o sin JEP, los exguerrilleros har¨¢n pol¨ªtica. Por lo tanto, quienes han evitado su aprobaci¨®n, deber¨ªan hacer un esfuerzo por quienes realmente se van a ver favorecidos, que son nuevamente los que sufrieron la guerra. Y si los terceros involucrados en el delitos del conflicto creen que sin JEP se salvan, pues tampoco. Donde no hay justicia transicional u ordinaria, entra la internacional a juzgarlos a ellos y a los militares, l¨¦ase CPI.
De la mano con todos los intentos por introducir algunos importantes cambios a la ley que reglamenta entonces la JEP, y de otros por no reformar la pol¨ªtica de sus oscur¨ªsimos esquemas clientelares, varios partidos han jugados sus cartas. El presidente de la C¨¢mara, Rodrigo Lara, por ¨®rdenes de su jefe, el candidato Germ¨¢n Vargas Lleras, a menos que lo haga de manera inconsulta, fue denunciado por empantanar la discusi¨®n. Dilatar y dilatar, luego citar y citar, y luego advertir persecuci¨®n a su trabajo por parte de los medios. Y ahora est¨¢ en el plan de apretar el acelerador. Previamente el fiscal N¨¦stor Humberto Mart¨ªnez hizo lo propio y as¨ª algunos otros miembros de Cambio Radical.
Y antes de ellos, el Centro Democr¨¢tico por los argumentos ya conocidos en la campa?a del NO. L¨¢stima tantos temores innecesarios, l¨¢stima tanta falsa democracia, y tantos falsos dilemas. Si hubieran aprobado a tiempo los desarrollos legislativos necesarios, de pronto hasta tuvi¨¦ramos a los guerrilleros declarando ante el Tribunal. Pero ni eso les pareci¨® sensato
Muchos otros est¨¢n aprovechando las ¨²ltimas semanas del Congreso para pedir m¨¢s d¨¢divas de un gobierno en etapa final, por la v¨ªa de la presi¨®n o el chantaje los que se mantienen en la conocida como Unidad Nacional que niegan los llamados intercambios por la gobernabilidad (puestos) y la lucha se hace d¨ªa a d¨ªa m¨¢s compleja cuando en ese mismo parlamento, cada uno est¨¢ buscando la trinchera m¨¢s c¨®moda para llegar a las parlamentarias de marzo.
Por ahora solo vale traer a la memoria casos como en el Antonio Navarro, medidas las enormes diferencias, entre los guerreros de ayer y de hoy, para pensar si no vale la pena un poco de humildad, de compromiso con un tema superior como es honrar a esas millones de v¨ªctimas que lo dieron todo para recibir un poco de verdad, de resarcimiento. Ellos perdonaron lo que pol¨ªticos en campa?a se niegan a conciliar. No pueden aspirar a gobernar a Colombia quienes se niegan a entender que las v¨ªctimas y las nuevas generaciones tienen la palabra.
A ellos no les quiten la posibilidad de dar un paso adelante en la reconciliaci¨®n a trav¨¦s de la JEP y de la Comisi¨®n de la Verdad, que est¨¢n peligrando en el Congreso.
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