La masacre del penal de Cadereyta, en M¨¦xico, envuelta en sospechas
Una reputada ONG asegura que los muertos del mot¨ªn del 10 de octubre fueron bastantes m¨¢s de 18, la cifra oficial. La CIDH ha pedido investigar la actuaci¨®n de la polic¨ªa
A tres semanas de la ¨²ltima gran masacre carcelaria en M¨¦xico, CADHAC, una reputada ONG del norte del pa¨ªs, ha exigido a las autoridades que investiguen lo ocurrido con seriedad. Entre el 9 y el 10 de octubre,?un mot¨ªn en la c¨¢rcel de Cadereyta, en Nuevo Le¨®n, acab¨® con 18 reos muertos y otros tantos heridos. Al menos eso dice la fiscal¨ªa del estado. Despu¨¦s de entrevistar a cientos de familiares de internos, CADHAC asegura que fueron bastantes m¨¢s.
Consuelo Morales, directora de CADHAC, ha explicado a EL PA?S que la organizaci¨®n ha recibido informes de al menos 400 familiares de internos. De los 400, 170 llegaron a la sede de la organizaci¨®n. "Por lo que hemos escuchado, podemos decir que fueron m¨¢s de 18 los muertos, aunque no sabemos cu¨¢ntos. Las autoridades no est¨¢n siendo transparentes, por lo que pedimos una investigaci¨®n eficiente". Las acusaciones de Morales han forzado a la fiscal¨ªa a emitir un comunicado este 2 de noviembre, d¨ªa festivo en M¨¦xico. "Las revisiones realizadas por la Agencia de Administraci¨®n Penitenciaria, la Procuradur¨ªa General de Justicia y la Comisi¨®n Estatal de Derechos Humanos coinciden en el registro de 18 internos fallecidos", reza el comunicado. Luego a?ade que no se han recibido denuncias "por la supuesta desaparici¨®n de m¨¢s reos".
CADHAC dice que no son s¨®lo los muertos, sino la actuaci¨®n policial. "Hemos recibido informes de que hay internos a quienes violaron con macanas -porras- de polic¨ªa, a otros los tiraron por las escaleras, incluso de que hay quemados".
El mot¨ªn empez¨® la noche del martes 9 de octubre. Al parecer, un grupo de reos rechaz¨® el nombramiento del nuevo director. Le acusaban de ser zeta. Los rebeldes incendiaron partes del penal, tomaron rehenes y se atrincheraron. Entre los rehenes hab¨ªa custodios. Por la ma?ana, colgaron una manta de una de las paredes de la prisi¨®n. "No Z ni noreste", dec¨ªa, en referencia al cartel de los zetas y a una de sus escisiones.
Cientos de polic¨ªas llegaron al penal a lo largo de la ma?ana. El vocero de seguridad de Nuevo Le¨®n, Aldo Fasci, explicaba entonces que exigieron la liberaci¨®n de los custodios. Que les dieron de plazo hasta las 14.00. Los rebeldes se negaron y los uniformados entraron. Los disparos llegaron poco m¨¢s tarde.
Lo que pas¨® dentro sigue siendo poco menos que un misterio. Fasci asegur¨® que los rebeldes estaban golpeando a los custodios y amenazaban con lanzarlos por la azotea. "Ya no hay marcha atr¨¢s en esto. En la medida que suba el volumen de la violencia, pues, tenemos que subir el rango del orden y c¨®mo ponerlo", argument¨® el vocero.
Pocos d¨ªas m¨¢s tarde empezaron las sospechas. El 13 de octubre, el diario Reforma informaba de que las autoridades hab¨ªan dado por muerto a un preso que estaba vivo. Se lo encontr¨® su cu?ada. "Te dieron por muerto. Tu pap¨¢ ya estaba viendo lo del funeral, le dijo".
Los familiares hab¨ªan criticado desde el principio la actuaci¨®n policial, calificandola de desproporcionada. El vocero se vio obligado a salir a los medios a defender el proceder de los agentes. El 18 de octubre, la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, exigi¨® que se investigara el uso de la fuerza empleada por las autoridades.
El mot¨ªn del 10 de octubre es el segundo en el mismo penal en menos de un a?o. En marzo, otra ri?a dej¨® cuatro muertos. Aunque el ombudsman mexicano alerta cada poco tiempo del mal estado general de los penales, Nuevo Le¨®n es uno de los casos m¨¢s dram¨¢ticos. El a?o pasado, en febrero, 49 internos del penal de Topo Chico murieron en una ri?a.
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