¡°No insistiremos en la desaparici¨®n forzada si las pruebas demuestran otra cosa¡±
Los familiares de Santiago Maldonado est¨¢n convencidos de que alguien coloc¨® el cuerpo del artesano argentino en el r¨ªo donde lo encontraron, pero conf¨ªan en las pruebas definitivas
La familia Maldonado ha vivido un largo infierno de tres meses. Empez¨® el 1 de agosto, cuando en medio de un operativo policial de represi¨®n a un grupo mapuche en tierras de Benetton, desapareci¨® Santiago, un artesano que viv¨ªa en El Bols¨®n, en plena Patagonia. Y ese calvario sigue a pesar de que su cad¨¢ver fue localizado en el r¨ªo Chubut despu¨¦s de 78 d¨ªas. Porque la investigaci¨®n es lenta, y ellos siguen convencidos de que alguien coloc¨® all¨ª ese cuerpo, que nadie hab¨ªa podido encontrar en los dos meses largos de b¨²squeda con varios rastrillajes en el r¨ªo. En buena parte de la sociedad argentina se ha instalado la idea de que el joven se ahog¨® solo. Los Maldonado piden prudencia y esperar a la investigaci¨®n.
El hermano mayor, Sergio, y su mujer, Andrea Antico, que han ejercido el liderazgo de la familia, reciben a EL PA?S en la sede de Amnist¨ªa Internacional. ¡°Estamos como en un duelo infinito, estancados¡±, explican mientras esperan el lento avance de los an¨¢lisis del cuerpo de Santiago. A¨²n tienen mucho apoyo social y logran convocar a miles de personas en las manifestaciones, pero el caso perdi¨® fuerza cuando el juez dijo que no hab¨ªa signos externos de violencia en el cad¨¢ver. Ellos aseguran que despu¨¦s de todo lo que han visto en este caso no conf¨ªan en nadie, pero han decidido aferrarse a la justicia. Tanto que est¨¢n dispuestos a cambiar de opini¨®n si las pruebas son rotundas.
¡°No vamos a seguir insistiendo con la desaparici¨®n forzada si las pruebas muestran otra cosa¡±, explica Andrea. ¡°Nuestra forma de educaci¨®n no es salir a romper todo. No nos queda otra que confiar en la justicia¡±, insiste. Sergio, m¨¢s visceral, explica la sensaci¨®n de la familia despu¨¦s del calvario que han pasado, donde los acusaban de todo, incluso de perseguir fines econ¨®micos, pero remata su decisi¨®n de apelar a la justicia. ¡°Si pienso con el coraz¨®n, le tiro una bomba a la casa de Gobierno, pero yo s¨¦ que tengo que pensar con la cabeza. Mi hermano Germ¨¢n tiene otro pensamiento, est¨¢ m¨¢s dolido y no puede diferenciar eso. Yo trato de ser lo m¨¢s coherente que puedo, no quita que en alg¨²n momento no lo pueda lograr. Hasta ahora con Andrea, cuando uno se desv¨ªa el otro lo agarra de la mano¡±. ¡°Santiago no confiaba en la Justicia, en los pol¨ªticos y las religiones. O sea, en el Estado. Entonces, todo lo que nosotros estamos utilizando, ¨¦l no lo hubiera utilizado y no hubi¨¦ramos llegado a nada. Y aclaro que yo no hubiese ido a hacer lo que hizo ¨¦l, porque no tengo ni la capacidad ni las bolas necesarias¡±, recuerda a su hermano.
A¨²n faltan semanas para el informe definitivo, pero los an¨¢lisis parciales que se han filtrado hasta ahora apuntan que muri¨® ahogado y el cuerpo estuvo en el agua los 78 d¨ªas que tardaron en encontrarlo. Los Maldonado desconf¨ªan. ¡°Que el juez haya salido a decir que el cuerpo no ten¨ªa marcas visibles jugo en contra porque parte de la sociedad ya tiene su veredicto de como es. Se convencieron que se ahog¨® y a otro tema¡±, se queja Andrea.
¡°El tema es en qu¨¦ marco se ahog¨®¡±, insiste Sergio, ¡°Hipot¨¦ticamente muri¨® ahogado, pero, ?C¨®mo?, ?Estaba pescando?¡±, ironiza. ¡°?Por qu¨¦ cae ah¨ª? ?Muri¨® en ese lugar o en otro lado? ?D¨®nde estuvo el cuerpo? Es claro que los 78 d¨ªas no estuvo en ese lugar. Si hipot¨¦ticamente estuvo en ese lugar, ?Qu¨¦ hicieron en todos los rastrillajes?, ?Por qu¨¦ no lo vimos nosotros que pasamos por all¨ª? El lugar se ve¨ªa de todos lados. Cuando desapareci¨® hab¨ªa 30 cent¨ªmetros de agua en ese lugar y cuando lo encontramos el cuerpo estaba enganchado de una ramita de un cent¨ªmetro de espesor¡±.
Sergio no cree a la Gendarmer¨ªa, que cambi¨® su versi¨®n varias veces. Pero ahora tambi¨¦n est¨¢ en cuesti¨®n la de los mapuches, y algunas teor¨ªas apuntan que ellos sab¨ªan que Maldonado se hab¨ªa ahogado all¨ª porque uno de los ind¨ªgenas intent¨® sin ¨¦xito ayudarlo a cruzar. Sergio insiste en que no conf¨ªa en nadie, ni siquiera en los mapuches, pero sigue m¨¢s cerca de su versi¨®n que la de la polic¨ªa. ¡°Si tenemos que elegir entre los mapuches, que desde un principio nos dicen una versi¨®n que siguen sosteniendo y Gendarmer¨ªa que nos dice que no estuvo ah¨ª y en realidad s¨ª llegaron al r¨ªo, no es muy dif¨ªcil de pensar en qui¨¦n uno va a confiar¡±.
Para Sergio, hay cosas que indican que el cuerpo no pudo estar en el r¨ªo 78 d¨ªas: los dedos de su hermano conservan las huellas dactilares, y las ropas estaban pr¨¢cticamente ¨ªntegras. Y sobre todo insiste en que no es cre¨ªble que nadie lo viera en esos 78 d¨ªas con rastrillajes de hasta 400 personas. ¡°El cuerpo se puso¡±, insiste.
El caso ha generado un fuerte enfrentamiento pol¨ªtico. Los Maldonado se sienten en el medio de una batalla entre el Gobierno y los mapuches en la que todos los argentinos opinan de lo que hace la familia como si fueran dirigentes pol¨ªticos. ¡°Se gener¨® divisi¨®n, incluso en allegados nuestros¡±, reconoce Sergio. ¡°Ponen a Santiago como algo para estar a favor o en contra, ?Pero es una vida! Pod¨¦s estar de acuerdo o en desacuerdo con alg¨²n gobierno en lo social o econ¨®mico, pero no pod¨¦s estar a favor o en contra de la muerte de una persona. Hay una parte de la sociedad que cuando se sepa la verdad va a seguir pensando lo que quieren. No van a aceptar otra cosa¡±, se resigna.
Para los Maldonado, al margen de batallas pol¨ªticas, el caso muestra la realidad catastr¨®fica del Estado argentino. ¡°Van 94 d¨ªas y no hay nadie procesado. Queda en evidencia que el sistema judicial est¨¢ destrozado. El juez tuvo que viajar junto a sus cuatro secretarios custodiando el cuerpo y nosotros tuvimos que estar all¨ª mir¨¢ndolo durante horas para que nadie venga, porque no confi¨¢bamos. Desde el celular del m¨¦dico, que supuestamente tiene un secreto profesional, sale la foto del cuerpo y se viraliza. Hubo 360 denuncias que dec¨ªan que lo hab¨ªan visto por todas partes. En Chile, en San Luis, C¨®rdoba, Entre R¨ªos. No apartan a la Gendarmer¨ªa y la que investiga es la Polic¨ªa Federal, que est¨¢ dentro de la misma ¨®rbita. Est¨¢ todo mal¡±, resume Sergio. ¡°Santiago vino a interpelar todo. El sistema judicial, pol¨ªtico y la sociedad misma. La agresi¨®n que vivimos a trav¨¦s de redes sociales es brutal. En Argentina siempre se genera con todo un Boca River, y ha pasado incluso con esta muerte¡±, remata Andrea.
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