El premio S¨¢jarov y el fin de la MUD
Cuando la oposici¨®n venezolana reciba el galard¨®n, la coalici¨®n ya habr¨¢ dejado de existir
El jueves 26 de octubre, el Parlamento Europeo otorg¨® el prestigioso premio Andr¨¦i S¨¢jarov a la libertad de conciencia a la oposici¨®n venezolana, personificada en el diputado Julio Borges, actual presidente de la Asamblea Nacional, y otros siete dirigentes que se hallan en prisi¨®n o sujetos a arresto domiciliario. Ellos son Leopoldo L¨®pez, Antonio Ledezma, Daniel Ceballos, Yon Goicoechea, Lorent Saleh, Alfredo Ramos y Andrea Gonz¨¢lez. De los siete, cuatro han sido elegidos alcaldes de distintas capitales y municipios del pa¨ªs y despojados arbitrariamente de sus atribuciones. Todos han sido objeto de vejaciones sin cuento y de inhumanas condiciones de reclusi¨®n.
No son estos los ¨²nicos prisioneros del dictador: el Foro Penal Venezolano (FPV), una respetad¨ªsima ONG, mantiene constantemente actualizada la cifra de nuestros presos pol¨ªticos. Seg¨²n el FPV, al momento de escribir estas notas, Nicol¨¢s Maduro mantiene en sus c¨¢rceles a 380 presos pol¨ªticos.
¡°No solo premiamos a la oposici¨®n democr¨¢tica¡±, dijo en su momento el presidente de la Euroc¨¢mara, Antonio Tajani, ¡°homenajeamos tambi¨¦n con ¨¦l a todo el pueblo venezolano. A los encarcelados injustamente solo por haber expresado su opini¨®n, a los que luchan por sobrevivir en un r¨¦gimen autoritario¡±. Tristemente, sin embargo, el premio lleg¨® a Venezuela en medio de la m¨¢s desconsoladora discordia entre las muchas agrupaciones hasta entonces solo tenue y problem¨¢ticamente concertadas en la Mesa de Unidad Democr¨¢tica (MUD).
Como consecuencia de ello, el desempe?o de la MUD en la Asamblea Nacional, ¨²nico reducto opositor, ha resultado tan err¨¢tico en sus improvisaciones, marchas y contramarchas que el resultado ha sido catastr¨®fico.
La ANC es un circo de justicia tumultuaria que sanciona todos los tir¨¢nicos designios de Nicol¨¢s Maduro.
Pero ha sido la juramentaci¨®n ante la espuria Asamblea Nacional Constituyente (ANC) de cuatro de los cinco gobernadores de oposici¨®n, electos para el cargo en las controvertidas y tortuosas elecciones regionales del 15 de octubre pasado, lo que ha significado una cat¨¢strofe de la que la oposici¨®n venezolana muy dif¨ªcilmente pueda recobrarse en el futuro cercano. Los cuatro gobernadores postulados por el partido Acci¨®n Democr¨¢tica fueron alentados a juramentarse por su secretario general, Henry Ramos Allup.
Los electores que hace dos a?os votaron masivamente por los candidatos de la MUD a la Asamblea leg¨ªtima y que brindaron apoyo decidido a las manifestaciones sangrientamente reprimidas por Maduro durante cuatro meses este a?o no aceptan, indignados, que esos gobernadores se juramenten ante un ilegal soviet supraconstitucional, aborto del descomunal fraude que fueron las elecciones parlamentarias del pasado 30 de julio.
Esas elecciones se realizaron despu¨¦s de meses de protesta ciudadana que cobr¨® la vida de m¨¢s de 120 manifestantes opositores. La ANC de Maduro, as¨ª ¡°elegida¡± y ante la que se juramentaron los gobernadores de Acci¨®n Democr¨¢tica, es un circo de justicia tumultuaria que sanciona todos los tir¨¢nicos designios de Nicol¨¢s Maduro.
Tanto Acci¨®n Democr¨¢tica como algunos de los restantes partidos de la MUD, tenidos por muchos como peleles de Maduro, desestiman la gravedad de lo ocurrido. Exhortan a guardar la calma y no juzgar con excesiva severidad las juramentaciones que, seg¨²n ellos, en nada comprometen su condici¨®n opositora. Pero l¨ªderes como Henrique Capriles han anunciado no volver a la MUD mientras se permita a Ramos Allup sentarse en su seno.
Para cuando Julio Borges reciba el premio S¨¢jarov, en diciembre de este a?o, la coalici¨®n opositora que en 2015 infligi¨® al r¨¦gimen de Maduro el m¨¢s duro rev¨¦s en toda la ¡°era chavista¡± al arrasar en las elecciones parlamentarias y copar la mayor¨ªa de las bancadas de la Asamblea Nacional, seguramente habr¨¢ dejado por completo de existir.
Qui¨¦n sabe si no ser¨¢ lo mejor: en la Biblia se lee que hay tiempos en que conviene dispersar los reba?os y confundir las lenguas.
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