Un periodista de la RAI, brutalmente agredido en Ostia
El hermano de un capo del distrito mar¨ªtimo de Roma, intervenido por infiltraciones mafiosas durante dos a?os, le rompe la nariz de un cabezazo al reportero cuando le interrogaba en su gimnasio
En Ostia, un distrito mar¨ªtimo a 20 kil¨®metros del centro de Roma, hay mafia. Lo dice la fiscal¨ªa, un juez, cuatro sentencias y las valientes investigaciones de periodistas como Federica Angeli, que salen cada ma?ana de su casa con cinco escoltas y un coche blindado. El d¨¦cimo municipio de la capital de Italia (250.000 habitantes) ha estado intervenido judicialmente por infiltraci¨®n mafiosa durante dos a?os y uno de los supuestos capos, Carmine Spada, conocido tambi¨¦n como Romoletto, sigue en la c¨¢rcel condenado a 10 a?os bajo el r¨¦gimen del 41 Bis, asociado a delitos asociados con dicho agravante. Uno de los elementos para que pueda aplicarse es la intimidaci¨®n violenta, oculta a menudo entre las sombras del delito. Pero el martes por la tarde, a plena luz del d¨ªa y delante de una c¨¢mara, Roberto Spada, hermano del boss, le rompi¨® la nariz de un cabezazo a un periodista que acudi¨® a su gimnasio a interrogarle por el resultado de las elecciones del domingo en el municipio, en las que su familia habr¨ªa apoyado al partido fascista CasaPound.
Los comicios se resolver¨¢n en segunda vuelta y los votos de la ultraderecha -ha obtenido el 10% de apoyos, el mejor resultado de la historia- ser¨¢n cruciales para decantar la victoria entre el Movimiento 5 Estrellas o el centroderecha. Un cuadro perfecto para la fontaner¨ªa de brocha gorda. Por eso, el reportero de RAI2 Daniele Piervicenzi se acerc¨® a uno de los gimnasios de boxeo de Roberto Spada y trat¨® de conocer su opini¨®n. Su familia, de origen sinti y afincada en Ostia desde varias generaciones, mantiene v¨ªnculos con el partido fascista y el periodista quer¨ªa conocer su implicaci¨®n en la campa?a. Tras un minuto de conversaci¨®n, harto del tema, Roberto mira hacia a un lado de la calle, se echa para atr¨¢s y le embiste con un sonoro cabezazo rompi¨¦ndole la nariz. Luego Spada empu?a una barra y sigue agrediendo al reportero ¨Cque sorprendentemente logra mantenerse de pie- y a su c¨¢mara.
No es Suburra, la serie de Netflix que retrata el mismo ambiente de clanes en el mismo barrio. La realidad suena m¨¢s cruda y ha quedado grabada en su totalidad por las c¨¢maras de la RAI: su reproducci¨®n se ha convertido en el fen¨®meno viral de la semana. Una brutal y reducida muestra de lo que sucede desde hace a?os en Ostia, donde tres familias se han repartido el control de los negocios inmobiliarios y de restauraci¨®n de la zona con extorsiones, palizas, torturas y asesinatos. El propio Roberto Saviano, amenazado de muerte por la Camorra desde que escribi¨® Gomorra, ha asegurado hoy que "Ostia es ya como Corleone, San Luca o Scampia: un terrotitorio de los clanes". "El estado italiano tiene una gran responsabilidad en esto. Vamos atrasados reconociendo las mafias de Lazio. Parece que si no eres calabr¨¦s o napolitano no puedes ser descrito como mafioso", ha criticado.
Roberto Spada reaccion¨® enseguida en Facebook justific¨¢ndose, pero luego borr¨® su comentario. En su mensaje admit¨ªa la agresi¨®n, pero aseguraba que ¡°la paciencia tiene un l¨ªmite¡± alegando que en los ¨²ltimos d¨ªas ha recibido la visita de 30 periodistas interrumpiendo sus menesteres. Seg¨²n Spada, el reportero de la RAI ha asustado a su hijo y ha invadido el espacio del gimnasio mientras se produc¨ªa una sesi¨®n de entrenamiento. En su propio muro, muchos de sus seguidores le han jaleado dici¨¦ndole que no ten¨ªa que pedir excusas. ¡°Los periodistas son terroristas¡±, pod¨ªa leerse en un comentario.
Las reacciones pol¨ªticas al m¨¢s alto nivel han sido inmediatas. Desde el primer ministro de Italia, Paolo Gentiloni, a la alcaldesa de Roma, Virgina Raggi, han condenado la agresi¨®n. Pero la reflexi¨®n m¨¢s certera, sin embargo, ha sido Rosy Bindi, presidenta de la Comisi¨®n Parlamentaria Antimafia. ¡°La agresi¨®n al equipo de RAI2 es un episodio grav¨ªsimo e inquietante. No se puede tolerar que se intimide con m¨¦todos mafiosos a quien realiza el trabajo de informar. Estoy segura de que el ministro del Interior sabr¨¢ asumir todas las medidas necesarias para evitar condicionamientos y asegurar el desarrollo normal del voto¡±. Incluso el vicepresidente de CasaPound, partido al que supuestamente apoya el clan, ha querido desmarcarse de los hechos. ¡°Dej¨¦moslo claro, Roberto Spada no es de CasaPound. Solo compartimos la presencia en una fiesta en una plaza hace 18 meses¡±.
El d¨ªa 19 de noviembre se vota la segunda vuelta de las elecciones, que ser¨¢n cruciales para determinar sin la intervenci¨®n por infiltraciones mafiosas a las que ha sido sometida el distrito ha servido para algo. Las im¨¢genes de RAI2 no invitan al optimismo.
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