Un fascismo renovado cobra nueva fuerza en Italia
El partido CasaPound, con opciones para entrar en el Parlamento, renueva el discurso de ultraderecha y se asienta en un clima de crisis econ¨®mica y migratoria
El edificio, ocupado desde 2003, tiene ocho plantas y el nombre del movimiento en la fachada. En el primer piso siempre hay alguien de guardia que controla la c¨¢mara que enfoca la calle del Esquilino, uno de los barrios con m¨¢s inmigrantes de Roma. Una veintena de familias sin recursos vive acogida en sus apartamentos. Hay cajas de comida almacenadas para quien pase necesidad. Solo italianos, as¨ª funciona. En el interior hay p¨®steres del fil¨®sofo Julius Evola o de Benito Mussolini. Pegatinas de las JONS, Amanacer Dorado y Hogar Social. Crisis econ¨®mica, gatillazo demogr¨¢fico y llegada masiva de inmigrantes. La cerilla del fascismo del tercer milenio prende y CasaPound crece cada vez que Italia saca las urnas. A pocos meses de las elecciones, la formaci¨®n aprieta para llegar al 3% necesario para entrar en el Parlamento e influir en las pol¨ªticas de centroderecha.
El movimiento, constituido en partido pol¨ªtico desde 2009 y autoproclamado revolucionario, basa su programa en el derecho a la vivienda (de ah¨ª la tortuga de su logotipo y la ocupaci¨®n sistem¨¢tica de espacios vac¨ªos), trabajo para todos los ciudadanos y el rechazo a la inmigraci¨®n y sus derivadas. CasaPound, con 99 sedes y 11 concejales en los ayuntamientos, edifica su actualizaci¨®n del fascismo sobre las ruinas de una clase media-baja empobrecida: el mercado electoral m¨¢s rentable hoy en d¨ªa. A diferencia de otros artefactos de ultraderecha, como Forza Nuova o Roma ai Romani, evitan la moral cat¨®lica o la homofobia. Una flexibilidad que contribuye a la seducci¨®n juvenil que ha permitido triplicar militantes (20.000) en 2017 y tener un media de edad baja. El movimiento europeo de este tipo que m¨¢s crece.
El mi¨¦rcoles por la tarde Simone Di Stefano ¡ª41 a?os, padre de dos hijos, dise?ador gr¨¢fico, vicepresidente del movimiento y candidato a primer ministro¡ª llega al cuartel general procedente de una manifestaci¨®n contra un centro de acogida en Tiburtina. La protesta ha terminado a golpes con un grupo de antifascistas. Ninguna novedad. Roma, cuya alcaldesa no ha contribuido a templar los ¨¢nimos con los desalojos de este verano, asiste a estos sucesos desde hace meses. Los v¨ªnculos de la ultraderecha con el mundo del f¨²tbol, en cuyos fondos se ha mezclado la pol¨ªtica y la violencia durante a?os, han sido evidentes durante a?os. Pero en CasaPound ya no, sostiene Di Stefano mientras intelectualiza al m¨¢ximo su discurso. ¡°?Cu¨¢ntos votantes podemos obtener en el fondo de un estadio? Queremos que nos apoyen los padres de familia, hablar a las se?oras mayores. Nuestro principio es la justicia social, que el Estado ayude primero a sus ciudadanos. Y si sobra, puede hacerlo con el resto. Pero no es el caso¡±, se?ala en una de las salas, llena de retratos de persojajes revolucionarios, donde realizan charlas e invitan a militantes de otras corrientes para debatir abiertamente sobre todo tipo de temas.
La ¨²ltima victoria fue en Lucca (90.000 habitantes), una preciosa ciudad toscana, gobernada por el PD, donde obtuvieron 8% de votos en las ¨²ltimas Administrativas y son tercera fuerza pol¨ªtica por delante del Movimiento 5 Estrellas -un partido al que aspiran arrebatar votantes-. La clave, sostiene su candidato, Fabio Barsanti, es mantener el contacto con la sociedad civil abandonada. "Escuchar a la gente", se?ala. Militante de la derecha radical desde los 16 a?os, se ha visto uno a uno con vecinos y trata de sacudir el miedo de la gente al fascismo. ¡°Hay m¨¢s gente que ama a Mussolini de lo que parece. Pero hay una cultura dominante que ha llevado adelante la ret¨®rica de la resistencia. De todos modos, cuando hablamos de fascismo lo hacemos sin nostalgia. Tomamos algunas ideas como la propiedad de la casa, la justicia social o la identidad nacional y las actualizamos¡±, se?ala por tel¨¦fono.
Roma y Mil¨¢n, donde la campa?a de presi¨®n al alcalde Beppe Sala ha terminado con un aumento de su seguridad, son feudos de referencia. La formaci¨®n ofrece un discurso menos liberal que los xen¨®fobos Fratelli di Italia y Liga Norte y critican su tibieza. Pero estos partidos, que aspiran a gobernar Italia formando una coalici¨®n con Forza Italia y ya han anunciado que intentar¨¢n derogar la reciente ley que proh¨ªbe la propaganda fascista (ley Fiano), viven condicionados por sus propuestas m¨¢s radicales. ?Han olvidado los italianos el fascismo?
El historiador Filippo Focardi, autor del libro Il cattivo tedesco, bravo italiano (el alem¨¢n malo y el italiano bueno), cree que ha existido desde los a?os 90 un proceso de vaciado de contenido de aquel recuerdo. ¡°Lo preocupante ahora es que su presencia en el Parlamento se?alar¨ªa un retroceso despu¨¦s de que el Movimiento Social Italiano (MSI) se transformase en los 90 asumiendo el nombre de Alianza Nacional [el partido posfascista formado por Gianfranco Finni] para dar cabida a todas esas formaciones¡±.
Este renacer fascista, de momento, forma solo parte del ruido de fondo pol¨ªtico. Pero acompa?a con ¨¦xito iniciativas de la derecha como el veto al IUS Soli, la ley que otorgar¨ªa la ciudadan¨ªa a los hijos de inmigrantes nacidos en el pa¨ªs. Sobreviven junto a CasaPound ¡ªcon relaciones tensas entre ellos¡ª otras formaciones radicales y algunos rescoldos de Alianza Nacional, como el exministro de Sanidad de Berlusconi, Francesco Storace con su Movimiento Nacional por la Soberan¨ªa.
El polit¨®logo y profesor de la LUISS Giovanni Orsina sostiene que el fascismo nunca se march¨® de Italia, pero el caldo de cultivo actual ha fomentado su auge. ¡°La identidad nacional y racial vuelven a ser importantes. Hay una crisis demogr¨¢fica europea que en Italia es particularmente grave. Tenemos una patronal que dice que los italianos se van porque aqu¨ª no hay trabajo. Los inmigrantes llegan durante meses a ritmos de 200.000 al a?o. Se publican todo tipo de cr¨®nicas sobre violaciones, inseguridad... Y lo m¨¢s importante: no hay que olvidar que nosotros inventamos el fascismo¡±. Ahora, tambi¨¦n, su reformulaci¨®n.
Nueva ley contra la apolog¨ªa del fascismo
El Parlamento italiano aprob¨® hace una semana la ley Fiano ¡ªpor el diputado que la ha promovido¡ª que ampl¨ªa los l¨ªmites de la prohibici¨®n de la propaganda de este tipo m¨¢s all¨¢ de si quien lo comete est¨¢ plante¨¢ndose reconstruir el partido fascista, como establece la Constituci¨®n. La Liga Norte ya ha anunciado que la derogar¨¢ si llega al Gobierno. El Movmiento 5 Estrellas, por su parte, se abstuvo en la votaci¨®n de la c¨¢mara de diputados.
Para su impulsor, Emanuele Fiano (PD), el contexto social actual la hace imprescindible. ¡°Despu¨¦s de 9 a?os de crisis econ¨®mica y social, tenemos un contexto empobrecido. Se ha unido a todo ello la crisis de la inmigraci¨®n que ha creado un cuadro social fr¨¢gil y muy enfadado con la clase pol¨ªtica. Y ese contexto es el mejor en toda Europa para las fuerzas extremistas. Debemos impedir que vuelvan las antiguas recetas¡±, se?ala. La ley deber¨¢ pasar todav¨ªa el tr¨¢mite del Senado.
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